—Para mí, estas muerto, enterrado a siete pies bajo tierra maldito degenerado. Los ojos de Robert parecían desorientados sin saber que pensar o decir. Tal vez era que ya no hablaba de manera suave, ya no era esa mujer que estuvo encerrando con medicamentos, porque si recordé que tras mi accidente debía tomar ciertos “tranquilizante” que me ayudarían a sentirme mejor según el. No recordaba los nombres, pero al consultarlo con mi hermano y al el investigar se pudo enlazar con medicamento de ansiedad, corticosteroides y esquizofrenia. Me sorprendió que aun estuviera viva con el coctel de medicamento que se me daba sin saberlo ¿Cómo lo tomaba? Tras pensar tanto tiempo con lo único que pude enlazarlo era con mis bebidas proteicas que tomaba que Robert siempre compraba para mi pues al “apoyarm