El duque y la duquesa tuvieron que regresar a la realidad cuando alguien decidió que Gabrielle apenas estaba empezando brillar aquella tarde. Pues mientras que el Sol empezaba a esconderse, la duquesa sería la siguiente estrella en aparecer. Una mano en el hombro de Gabrielle la obligó a apartarse del duque que seguía intrigado con ella, para su propia vergüenzas y desconcierto. —Gabrielle, querida. —habló la reina con un tono suave.-Perdón que les interrumpa después de un momento tan bonito, pero quería comentarte que como bien sabrás antes de ser reina fui periodista y no sé si lo sabes, pero tuve el honor de conocer a tu madre. La revelación de la mujer llenó el corazón de Gabrielle de ansiedad, nada le ponía más nerviosa que conocer a alguien que hubiese conocido a su madre. —La v