-¿Por qué? -preguntó Gabrielle frunciendo el ceño e Iker acortó la distancia entre ellos. -¿Por qué no puedo acercarme a Dante? -Porque nada le pone más cachondo a ese cabrón que ver a una mujer con un anillo en el dedo. Una mujer comprometida es lo que más morbo le da. -escupió el duque. -Intentará seducirte, como lo haces con todas. -Ahí es donde está el punto, yo no soy como las demás. -respondió Gabrielle. -No sé con qué clase de mujer te has cruzado… o bueno, sí lo sé, pero puedes estar seguro de que no nací para ser el juguete de nadie. -afirmó con convicción. -Ahora será mejor que te vayas de mi habitación, quiero descansar y tú deberías limpiarte la sangre que tienes en la cara .-demandó, pero al contrario de marcharse Iker se sentó en el sillón que había cerca de la ventana. No