-¡Gabrielle, Gabrielle! -gritaba Rafa loco por subir aquella escaleras para ir hasta la habitación de la duquesa, pero el equipo de seguridad del palacio le impedía hacerlo. -¡No estás sola, estoy aquí Gabrielle… estoy aquí! -Rafa miró al duque con asco. Iker no podía levantar la mirada del suelo, sabía que todos lo veían como lo que era en aquel momento… un monstruo. -¡Maldito infeliz! -bramó Raphael forcejeando con los guardaespaldas del duque loco por saltarle encima. -¡Te juro que te vas a arrepentir por haberle hecho daño, te lo juro duque! -Cariño, cariño por favor tienes que calmarte. -suplicó Babe. -Dile que no la voy a dejar sola, mamá, que siempre estaré aquí para ella y que por favor… que por favor me perdone por no estar aquí para protegerla de ese animal. -Rafa le echó una