Raphael sonreía al lado de Johanne escuchando sus historias de cuando era niña, hasta que en mitad del mercado el joven recordó que tenía que hacer unos recados antes de volver a casa. -¿Tienes todo lo que necesitas? -preguntó Rafa y Johanne asintió con una sonrisa, entonces recordó algo. -No, tu madre me pidió que le comprase unas cuantas hierbas, y sé de una señora que aquí cerca que tiene una gran variedad de ellas. -Pues ve a comprarlas si quieres, yo tengo que hacer un par de recados que me pidió Gabrielle para la fundación. Luego podemos encontrarnos en aquella heladería que te gusta. -ofreció Raphael con una sonrisa que hizo temblar las piernas de Johanne. -No tengo para mucho, pero puedo invitarte a un helado. -Con eso para mí es más que suficiente. -contestó Johanne dándole un