Unas horas después del anochecer decidimos salir de la casa, está vez solo iríamos Dylan y yo, los demás se quedaron porque entre menos seamos es mejor, además parece que este lugar disminuye nuestros poderes porque los chicos se han sentido más débiles y yo también lo he sentido. –Chicos –escuchamos la voz de Mady un par de cuadras alejadas de la casa. –Mady –murmuró Dylan al verla. –Iré con ustedes, creo que puedo descifrar el reloj –sacó un pedazo de papel de su bolsillo. –Es peligroso no te dejaremos ir –respondí –. Regresa a casa Mady. –Mi padre te lo dijo no es así. –me miró –. Él siempre exagera, me mira como alguien débil y siempre quiere protegerme, pero no soy débil y sé que puedo hacerlo, por favor déjenme acompañarlos, déjenme probarle a mi padre que puedo hacerlo que ya n