Capitulo 27. Enzo, de visita en casa de Gerardo, recibe un llamado de su hijo. —Padre, ¿Cómo estás? —Llegué muy bien, todo arreglado. Sin querer, él teléfono estaba en alta voz, se escuchaban voces de los niños, Natacha, pensó. "Mis hijos serían así de chiquitos." —Perdón, son mis nietos. Comenzó, la interrogación de Natacha, hacía Enzo. —¿Es abuelo? Gerardo, hizo señas a su amigo, qué tuviera cuidado. —Soy abuelo... Comenzó hablar con las palabras entrecortadas. —Es-te. Si de dos bellos bebés. Gerardo, le hacía movimiento con la cabeza, ¡Qué no! —¡Que, bien! ¡Felicitaciones! ¿Qué edad, tienen tus nietos? —Mmm, soy tan olvidadizo qué no me acuerdo. Gerardo, respiró con alivio, "Menos mal qué mi amigo, no dijo la edad, de los niños", se acercó hacia su hija. —Basta, de preg