Capitulo 40 Gerardo, adinerado, inteligente, millonario, amplió sus empresas de una forma extraordinaria, conocido en todas partes del país y otros países. Su pasado, lo condena por las noches no puede dormir, arrepentido es demasiado tarde, qué no daría por tener a su hija con vida, cree qué la ha perdido para siempre. Una noche, siendo las 4 de la madrugada despierta llorando, cree qué su hija está muerta, Adriel le ha mentido. Cada vez, qué llega a una de sus oficinas, hay periodistas esperando para entrevistarlo, sobre su vida, trata de entrar, por la parte de atrás para qué no lo vean, camina por la calle se acerca un periodista. —¡Buenos días, señor empresario! mi nombre Eduardo, soy de la revista, me encantaría, me dijera ¿Cómo está su hija? Lo siento no puedo contes