Santiago esperaba a Luciana al pie de las escaleras, caminaba de un lado para otro, ansioso y con ganas de ir él mismo por ella, respiró profundo, porque realmente se sentía nervioso, aunque no era la primera vez que iba hacer algo como eso, si era la primera vez que tenía esos sentimientos tan fuertes, ¿sería verdad que las segundas oportunidades eran mejores que las primeras? ¿Y no sólo eso, sino que todo era aún más intenso? ¿O será que simplemente esos sentimientos tan fuertes eran cuando realmente se conocía al amor de su vida? Fuera, lo que fuera no importaba, porque Luciana iba a ser su mujer y una de las mejores que había tenido en su vida. Salió de sus pensamientos cuando oyó unos tacones acercándose a las escaleras, cuando levantó la vista, estaba seguro que lo que estaba viendo