Había pasado un mes y medio desde que Luciana había huido de lo que Santiago le hacía sentir, él había querido verla, hablar con ella, pero los planes de Ronald eran otros y tenía que aguantarse a fingir que no le importaba, la había visto muy pocas veces, y esas veces había sido frío y cortante. Emily también estaba sufriendo porque no había visto a Luciana como quería, pero también lo hacía porque estaba feliz con las ideas que le metía Ronald en la cabeza, así que a él solo le quedaba esperar a que todo saliera bien. En ese momento se abrió la puerta de forma brusca, al levantar la mirada molesto por la forma tan brusca vio que entraba Luciana quién cerraba la puerta muy molesta. —Fíjate a ver si no la has roto — dijo mientras se cruzaba de brazos y la miraba. Luciana contuvo el a