Cuando llegaron al viñedo todo estaba como si fuera un cuento de hadas tal y como lo quería Irina, ellos habían llegado un poco tarde a la hora que debían estar, ya que Santiago al ver a Luciana con ese vestido y tan hermosa no pudo evitar hacerla suya, cosa que los retraso y eso estaba volviendo loca a Irina. —Ya era hora que llegarán, Irina está fuera de sí — comentó Camille, que a último minuto había decidido ir por su cuenta, incluso se había llevado a Emily con ella, porque sabía muy bien que estaba haciendo su amado primo. Santiago le sonrió despreocupado. —Ya iré yo a verla, no te preocupes y gracias por todo — le dijo Luciana abrazando a Camille, luego le dio un beso a Santiago en los labios para ir en busca de su amiga. Santiago la siguió con la mirada hasta que la perdió de v