Narra Hanna
—Claro que si. Levántate, Hanna.
Un profundo escalofrío me recorrió. Nunca antes me había excitado tanto la simple mención de mi nombre.
Me puse de pie, exhibiéndome para dos hombres dominados por el deseo, y ni siquiera tuve miedo. Sabía cuando estaba eligiendo el vestido que tenía que superar al anterior. De hecho, me había sorprendido la cantidad de ropa bonita que tenía pero que aún no había usado; Supuse que usaría la mayoría de ellos pronto para estos dos.
Gael estuvo a punto de gruñir como un animal solo mirándome, y Daniel tampoco pudo contenerse.
Hubo un revoloteo bajo en mi vientre y sentí que me tensaba. Pero estas sensaciones palidecieron en comparación con mis pezones palpitantes y el latido del corazón con hipo. Mi pecho se agitaba con la espera de su próxima
