Seduciendo a mi padrastro

Capítulo 1: La cena con el hombre de la panaderia

Capítulo 1: La cena con el hombre de la panaderia

Vaya día el de hoy, apenas había llegado y ya había pasado más malos ratos que el viaje a este país.

Desempaqué mi maleta para bajar a desayunar algo con el maldito pan que el estúpido hombre de la tienda a duras penas me vendió, de verdad que no entendía como funcionaban las cosas aquí

En fin, era solo 1 mes antes de irme a la universidad y perderme lejos otra vez, asi que estaba bien para mí.

1 mes a cambio de desaparecerme para siempre.

Terminé de prepararme el pan con queso que había en la nevera y fui a la televisión, al sentarme en el sofá vi unos interiores de hombre, fruncí el ceño lanzándolo a un lado del piso.

Ew.

Al parecer mi mamá hacia de las suyas aquí metiendo hombres, ella nunca se casó, mi papa si formó su familia enseguida, es que ellos me tuvieron muy jóvenes, mi madre salió embarazada cuando tenía apenas 15 años, en un crucero 5 estrellas a las Bahamas, mi padre era un europeo mayor que ella, fue como una ventura de verano… Que después de 9 meses tuvo consecuencias.

Mi papa siempre estuvo pendiente de mi en mis primeros años, cuando cumplí 13 que entré a la secundaria me llevó con él al ver que mi madre no podía cuidarme, hasta ahora que tenía 18 años y vine a verla.

Pero sin rencores... Estar en Europa era definitivamente todo lo que quería en la vida y no esperaba para iniciar la universidad.

Sonó la puerta haciéndome sobresaltar, maldición, ¿en qué momento me quedé dormida?

Limpié la baba seca de mi mejilla levantándome, justo cuando mi mamá llegó con muchas bolsas del mercado, se notaba cansada y algo quemada por el sol, en cuanto me vio su rostro se ilumino lanzando las bolsas al suelo y estirando los brazos hacia mí.

—Hola hija, ¿Cómo estás?

La abracé y no me había dado cuenta de lo mucho que la extrañaba hasta ahora que mi corazón estaba acelerado y solo quería fundirme en sus brazos hasta que terminara el mes.

—Perdona no haber estado —dijo—, tenía que trabajar.

—Tranquila. —murmuré.

Limpié las lágrimas de mis ojos, realmente la había extrañado mucho y no lo sabia hasta ahora, ella también estaba llorando. Fuimos a la cocina a preparar almuerzo, parecía que los temas de conversación no se agotaban, no parábamos de hablar de algo cuando ya íbamos por otro tema.

Ya habíamos incluso terminado la comida, todo se veía delicioso.

—Ayudame a poner la mesa —dijo mi madre entregándome 3 platos.

—¿Por qué 3 platos? —pregunté, solo éramos las dos.

—Para mi novio —sonrió—, vendrá a almorzar con nosotras.

—Ah… —murmuré— pensé que íbamos a estar solas.

Ella vio mi rostro decepcionado y pareció un poco apenada.

—Lo estaremos, Jacob solo viene a comer —dijo—, tiene que trabajar mucho, es dueño de una panadería.

Coloqué los platos en la mesa mientras ella traía los demás envases con la comida.

—Ay no, no me hables de panadería —dije girando los ojos—, que fui a una y el sujeto que me atendió fue un idiota en todas las letras.

—¿En serio? ¿Qué panadería fuiste? —preguntó mi madre, iba a responderle cuando escuchamos la puerta de la casa abrirse.

—Oh, debe ser Jacob —dijo mi madre, su rostro iluminado, bueno su felicidad me alegraba.

Volteé cuando el famoso novio de mi mama entró al comedor y me quedé en blanco.

Era el estúpido de la panadería que me trato mal.