3. Choqué de lágrimas

965 Words
Ciriella la cual a penas esta ingresando a la empresa; pero el lado bueno es que perdió por un momento al empleado. “Es muy grande la empresa nunca había visto una tan hermosa” dio en su mente con la mirada arriba admirando la lleva arquitectura del lugar, sin la mirada adelante. —Que linda empresa… aj —alzó la voz la muchacha dado que el niño se tropezó para ir hasta la entrada, al chocar con la muchacha, Ciriella mira hacia abajo y con un poco de dolor en la pierna debido a que la cabeza del niño la golpeó un poco fuerte pero no grave. —¿Te encuentras bien, pequeño?. —con las manos del infante en las piernas de la mujer. —Sí… estoy bien… ma…má—comento mientras alza su mirada y queda asombrado por algo que noto en la mujer, provocando que el chico de una pequeña pausa y proceda hablar. —¿Debes de estar buscando a tu papá?, te ayudaré a encontrarlo —dice mientras da una sonrisa amistosa al igual que cierra los ojos. —¡No mami por favor!... !no me dejes, no hagas que me separen de ti! —grita tomando la pierna de la mujer a rezando lo más fuerte que pueda demostrando una gran desesperación por la mujer y no en contra suya esa, desean que por ninguna razón o motivo lo separen de ella. —¿Pero yo no soy tu mamá? —cuestión con la duda ya qué no es su madre. —¡Si, tú eres mi mamá, así que por favor no me dejes! —mencionó con los ojos llorosos y rojos al igual que con las mejillas calientes al igual que ligeramente rosadas pero poco notables. —Está bien no te dejaré solo, pero ¿dime pequeño dónde está tu padre?. —¡No sé dónde está él, pero yo no quiero estar con él en este momento me trajo a su empresa y yo no quiero estar aquí, el es muy malo! —pronuncia sin dejar las piernas de la mujer con el rostro alzado y las manos fuertes como el metal. —Pero pequeño no te puedo dejar aquí solo, ¿así que por que no vamos a buscar a tu padre?, ¿dime dónde fue la última vez que estuviste con el?, de seguro debe estar muy preocupado por ti, así que por favor, si sabes donde esta, ¿dímelo? —interroga calmada al igual que Ciriella no quiere que el niño llore más. —No mami, papá es muy malo y él no quiere que yo esté aquí; el solamente le importa el trabajo, le dije que no quería venir a la empresa y aún así me llevo con el y eso para no es justo. La mirada de los empleados y de las personas externas de la empresas tienen su mirada en ellos, juzgando en silencio como este pequeño se comporta de manera tan desastrosa sin saber el contexto, es casi igual al ver por poco tiempo una foto sin poder saber o ver todas las cosas que está en ella. Ciriella suspiró con ligereza; “no sé quién es su padre pero no puedo dejar a este niño solo y no entiendo por qué me dice mamá, pero debo de llevarlo con su papá cuanto antes” “además no debo de llegar tarde a mi entrevista debo de hacerlo cuanto antes para que consiga el trabajo y así no hacer una carga para mi hermano” pensó la muchacha la cual tomo de la mano del infante. —Entiendo, pequeño que no quieres ver a tu padre… ¿qué te parece que si vamos por algo de comer? —menciona mientras se agacha para estar su rostro altura del niño. —M-me parece bien, mamá. —Entonces vamos pequeño, pero ya no llores ¿si?. —con un dedo frotando la mejilla del pequeño intentando aliviar su tristeza. —Si. —asintiendo con la cabeza y dando una diminuta sonrisa de estar más calmado. La mujer se levantó tomando la mano del pequeño y llevándolo a hasta la cafetería del lugar gracias a pedir indicaciones de un empleado, además de que el niño se sintiera más cómodo, hasta llegar a la cafetería. —¿Qué vas a querer pequeño?. —No se, tu elige por mi mamá. —No eres alérgico a un alimento o ha algo. —No que yo sepa mamá. —llegando hasta la ventanilla para ordenar, Ciriella levanta la cabeza para ver en una pantalla los platillos y bebidas del lugar. —Buenos días, ¿me podría vender dos rebanadas de pastel de chocolate relleno de fruta con miel y dos tazas de té canela con dos terrones de azúcar?, por favor. —Entendido, con tarjeta o efectivo será su compra. —Tarjeta, por favor. —la empleada tomo la tarjeta y cobro el pedido. —Gracias por si compra, ¿gusta tomar asiento? en un momento le llevaremos su orden. —Sí, gracias. Ciriella y el pequeño fueron hasta la mesa qué se ubica en una de las esquinas dado que el pequeño eligió esa mesa y al cabo de unos pocos minutos lego su orden donde el pequeño miró con alegría a la mujer, y el empleado se fue. —A comer pequeño, pero cuidado con el té que esta caliente. —Sí mamá , gracias mamá por estar conmigo. —No hay de que pequeño. —comenzando a degustar con cada cucharada por los dos mientras comen en silencio el niño no deja de sonreír por lo que Ciriella le devuelve la sonrisa. El empleado con nervios que cuida al niño entra a la cafetería luego de haberle perdido la pista. .
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