Maratón (2/3.)
Se sentía destrozado y mucho más. Había faltado a esa promesa de hace tantos años, ¿Cómo había acabado así? De un momento para otro ella ya no estaba. El se sentía culpable por no haberla protegido como era debido, dejando que ella se fuera hacia su propia perdición. Kris aún recordaba el día que hizo una promesa y no cualquier promesa, una importante para él y para ella.
Proteger a su hermana mayor. Su luz. La que siempre estuvo ahí con el cuándo sus padres estaban demasiado ocupados para prestarle atención a él. A la edad de 13 años Kris se dio cuenta su hermana de ya 23 años era lo más importante para él y se juró protegerla con su propia vida. La manera en la que su hermana mayor le defendía y quería era única de total admiración. Sin embargo, no todo fue perfección dentro de la familia Clark.
Se escuchaban los gritos de la pareja de casados. Kris odiaba con toda su alma cuando eso pasaba ya que frente a las personas su familia era "Perfecta" pero detrás de cámaras era todo lo opuesto. Su padre el hombre poderoso en todos los negocios era un mujeriego y mal padre. No le importaba nada que no fuese para su conveniencia. Y qué decir de la señora de la casa. Solo se casó por pura conveniencia, nunca hubo amor en ese matrimonio. Ella solo quería salir de la vida que ella creía no merecía. Dos personas con ambiciones sin duda, era la mejor combinación.
"¡Debí dejarte tirada en la miseria, no eres nada!"
Kris sufría con cada palabra dicha de sus padres.
"¿Que acaso tú te crees perfecto? ¡Si de mí dependiese te dejaría con esos dos bastardos!"
Tapo sus orejas mientras trataba de no escuchar nada de lo que sus padres estaban gritando.
"¡No son más que una maldita carga! ¡Yo no quería hijos!"
No funcionó...
-Kris...Kris hermanito... ¿Dónde estás? -esa dulce voz lo saco de su tormento. Levantó la vista cuando vió a su hermana mayor con rostro de tristeza, pero, a ella ya no le importaba nada. Su única razón de vivir en esa casa era Kris. -
-Bren...Brenda...-susurró a penas. Y cuando se dio cuenta, estaba llorando. - Haz que paren por favor...no los soporto. -sollozó, Brenda lo trajo hasta ella y lo abrazó como si ese abrazo creara una barrera que callara los gritos. -
-Tranquilo mi niño ya pasara...-susurro. -Yo estoy aquí tranquilo...-Kris sollozó aún más. Solo quería una familia feliz como esas que aparecían en los programas o novelas que solía ver su hermana. -
"¡Ese bastardo nunca debió nacer, de no ser por el alcohol de ese 3 de diciembre no tendríamos a ese bastardo!"
Negó con la cabeza, nunca sería feliz. Sus padres solo eran pura apariencia ante las personas. La familia perfecta no existía, eso era un hecho. La familia Clark solo era una mentira.
"Estoy saliendo con un chico muy guapo. Un día de estos quizás te lo presente Kris."
"Su nombre es Justin, es perfecto. Hoy vamos a salir ¿No es genial?"
-Ese Justin es...Uhmm... ¿Tu novio? -pregunto el niño de trece años haciendo sus manos puños. Su hermana sonrío alborotando su cabello. -
-No estés celoso Kris, aún tenemos que conocernos un poco más. -Sonrío. -Tu siempre serás mi preferido. -Su hermana empezó a reír cuando empezó a hacerle cosquillas a Kris. -
-Está bien, pero prometo protegerte y siempre cuidarte. -dijo recuperando el aliento. - Si ese tal Justin se atreve a lastimarte se las verá conmigo. -Brenda río por las ocurrencias de su hermanito, pero nunca pensó que lo decía tan enserio. Ya que cuando Justin se aparecía por la mansión de los Clark, Kris siempre estaba al acechó. -
Así fueron pasando los años hasta que Kris cumplió 18. Había cambiado tanto física como mentalmente. Si su hermana estaba a su lado el sería feliz. Su hermana ahora ya de 28 años le dio una noticia sorprendente a la familia Clark.
"Justin y yo nos vamos a casar. ¿N es genial?"
"Creemos que este paso es importante para ambos. Y estamos muy decididos a hacerlo"
Y aunque su familia intento hacerla "Entrar en razón" Brenda aún así siguió con sus planes de boda. Miro de reojo a su hermano que ya no era tan menor. tenía la mirada perdida y es que Kris estaba cambiando. Según se enteró su hermana, había conocido a una hermosa joven. Solo la había visto escasas veces, pero ella tenía algo que hacía que su hermano cambiara.
Y de qué manera...
- ¿No estas feliz por la noticia de nuestra boda? -Kris levantó la mirada encontrándose con el rostro de su hermana. Ellos eran algo similares; Ambos eran rubios naturales, sus padres igual. Con la diferencia en sus ojos ya que Brenda tenía unos hermosos ojos color avellana y el azul. Kris se sentía mal había escuchado al que era prometido de su hermana tener una conversación que para nada se acercaba a una de negocios. Mas bien parecía que tenía una pequeña platica s****l con alguna zorra fácil.
Kris decidió callar.
-Claro que sí...es solo que...-su hermana levantó una ceja. Ella no se merecía un hombre así. - ¿Estas seguras de que quieres casarte Brenda? -preguntó. Su hermana se sorprendió por la pregunta. -Dios me ayude, pero, creo que nuestros padres tienen razón. -dijo. -
-Kris hermanito. Claro que esto segura, amo a Justin como a nadie más en este mundo. Solo quiero que seas la única persona que de verdad se alegre por mi...-Kris forzó una sonrisa. aparta la mirada. -
Solo porque su hermana fuese feliz el la apoyaría, pero se las cobraría con su cuñado.
-Bien...espero de todo corazón que todo sea felicidad para ustedes...-Brenda abrazó a su hermano quien ahora era más alto. Kris siempre se preguntó de por qué existía el famoso dicho "El amor es ciego" ahora lo entendía. -
Un año había pasado y Kris entiendo rápidamente que significaba el amor. Gabriela Park era la razón de su vida y la luz de sus mañanas. Dulce y tierna, pero algo en ella incitaba a Kris a protegerla. Era verdaderamente feliz a su lado.
Pero no todo era felicidad. Cuando su hermana mayor se había casado Justin quiso mudarse lo más lejos posible de su familia. A otro país para ser mas exactos, donde era muy poca las veces que los hermanos hablaban, pero Kris se tranquilizaba con ver a su hermana mayor por la video cámara o escuchar su voz. Todo empezó a cambiar en la vida de Brenda. Justin era romántico, estaba segura de que era el único y verdadero amor. Eran felices.
Hasta que el primer golpe vino.
"Di que fue un accidente. Que te caíste de las escaleras ¿De acuerdo?"
"Si Justin..."
Kris estaba empezando a notar el cambio en su hermana mayor. Ya no sonreía como antes, ya no era feliz, no era la misma de hace tantos años. Su hermana cambió, Kris quedó totalmente horrorizado cuando vio un enrome moretón en la espalda de su hermana. Esta solo le dijo que se había caído y claro que Kris no le creía, su esposo tenía algo que ver con todo esto.
Un 14 de febrero era el segundo año en el que se había conocido con Gabriela. Le pidió miles de disculpas por faltar a esa cena tan especial para ella. Pero esa reunión en casa de sus abuelos era para decidir quién se quedaría con la dichosa fortuna codiciada hasta por los vecinos del lugar.
"Lo prometiste Kris...dijiste que sería diferente...no puedo con esto..."-se quería golpear a si mismo por faltar a su palabra. Se odiaba. -
-Por favor Gabriela, Entiende ¿sí? Esto es importante. Te prometo que la próxima vez será diferente...-dijo queriendo gritar en ese instante. -
-Kris ¿Que sucede? ¿Por qué tardas? -esa era la voz de su hermana. Podía soñar ridículo, pero Gabriela no conocía a la hermana mayor de Kris nunca se dio que el la presentara, además ellos estaban demasiado ocupados el uno en el otro. -
"¿Quien...quien está ahí?"-preguntó con voz cortada. -
-Me tengo que ir. Hablamos más tarde...-colgó odiándose a sí mismo. -
-Tenemos que bajar ¿Estás bien? -la voz de su hermana se hizo presente otra vez. -
-Si...-respondió cortante. Su hermana se sintió herida, pero, no más que él. Él había prometido protegerla y no podía. -Se lo que te hace tu esposo. -apretó sus puños. El rostro de Brenda palideció. -
-Yo...yo...Kris...-no terminó por que fue interrumpida. -
- ¿Por qué no lo dejas? ¿Por qué permites que te haga eso? Divórciate de él...-gruñó. -
-No puedo...-susurro ella. Oh no, estaba llorando. Kris odiaba ver a su hermana llorar. -De verdad que no puedo. -dijo en un sollozo. -
- ¿Por qué no? ¡Te está lastimando! -gritó. Su hermana sonrío. -
-Lo amo...-eso fue un golpe duro para Kris. Entonces se prometió no ser igual que el esposo de su hermana. No ser igual que su padre un hombre frío con todo y todos. -
No lo sería...
"¡Fue un accidente lo juro! y-yo de verdad no quería y.... ¡Tienen que creerme ella estaba ahí en medio y estaba tomado de más!"
"La víctima sufrió golpes internos y externos muy graves, la posibilidad de que sobreviva es muy baja..."
"Nosotros le advertimos que no se casara. No podemos hacer nada más."
"Aquí yace Brenda Clark. Amada hija y hermana. Gran y excepcional mujer."
Todo su mundo se había caído. Ella ya no estaba. Él sabía que estaba sucediendo, pero no hizo nada para evitarlo, fue su culpa, su culpa de lo sucedido. Ese 14 de febrero donde cumplía 3 años de relación con su novia Gabriela fue el primer año donde su hermana ya hacia muerta a manos de su esposo.
(...)
Todos estaban en su contra, pero ¿Que más daba? lo más importante en su vida se fue para siempre. Le dolía y solo quería desaparecer, llorar, gritar y romper cosas, pero eso no haría que ella regresara.
La había perdido para siempre. Ahora solo estaba Gabriela. La protegería si su vida dependiera de ello lo haría. La protegería y para hacer eso tendría que alejarla del peligro de todos los que según el eran malos y querían alejarlos.
Le pertenecía y solo era de él. Gabriela le recordaba mucho a Brenda, quizás no físicamente, pero él quería proteger a su hermana y no pudo, ahora su única razón era Gabriela.
Presente.
El día parecía que empeoraría cada vez más. Sin duda un día de San Valentín que nunca olvidaría ya no son los mismo desde que ella se fue. Suspiré y observé la tumba desde donde estaba. Me arrodillé, cuando la primera gota de agua roso mi rostro. Dejé las flores rojas, las cuales siempre fueron las preferidas de ella, me levanté y me aparté de la tumba de mi hermana.
Suspiré. Otro año más que no está conmigo. Es mi culpa que no esté aquí, si tan solo hubiese hecho algo ella estaría conmigo y Gabriela también. Sonreír de lado cuando el goteo aumentó a lluvia, una que parecía no tener fin.
-Perdóname por no cuidarte hermana...-susurre. - ¿Sabes? me hubiese encantado presentarte a Gabriela seguramente se llevarían muy bien, pero...pero tú ya no estás aquí. -cerré los ojos y me di media vuelta dejando que la lagrima que recorre mi rostro y se perdiera entre las gotas de agua. -
"Aquí yace Brenda Clark"
Partí del lúgubre cementerio, una vez al año venia para limpiar la tumba de mi hermana y dejar las flores que tanto le gustaban. Subí al auto ordenando al chofer que arrancara de una buena vez. Tomé mi teléfono y observé la foto que tenía a de Gabriela de fondo de pantalla, estaba feliz y radiante, pero ahora puedo asegurar que esa sonrisa no existe al menos no para mí. Proseguí a desbloquear y marcar un número, hasta que contestaron.
- ¿Hola? Kris muchacho Eres tú? -se escuché su voz. -
-Si...hola abuelo, quería hablarte sobre tu propuesta y....quiero que sepas que acepto. En 4 meses me tienes ahí. -dije. Será lo mejor. -
-Me alegra que tomaras conciencia hijo, serás un gran empresario y tendrás en tu poder muchos territorios y demás. Te estaré esperando. -dijo, contento al parecer. -
Alejarme me vendría bien. Aún si eso significaba alejarme de lo que más amo en este mundo...