"Te puedes ir", se repetía Ángela mentalmente, abrazada a él se preguntó si ya se abría cansado de ella, quería alargar ese momento. —Alejandro, ¿Te puedo preguntar algo? —quería saberlo, sabía que le haría daño la respuesta, pero lo necesitaba. —Claro. —Las otras chicas...¿Llegaron a los tres meses? —era masoquista, lo sabía, ni siquiera debía sentirse triste por ello. —Si, llegaron. —respondió secamente. ¿Porqué le preguntaba eso?, ¿Acaso no quería irse?, después de todo, ¿Si era como las demás?, no le dió tiempo a seguir pensando, para su sorpresa, Ángela se puso encima de él y lo empezó a besar, notó algo húmedo en la boca de Ángela, ¿Lágrimas?, se dejó llevar por ella, le dejó tener el control, Ángela se frotaba contra su m*****o, endureciendo a este de nuevo, se arqueó dejando a