¡Es ese imbécil! Instintivamente vuelvo la mirada hacia el frente arrepentida de haber aceptado cambiar de turno este dia. Fijo la mirada sobre el cortinaje del comedor, es blanco y se nota bastante costoso, no es una tela que se venda en cualquier lado. Sigo observando el lugar de reojo para distraerme y no pensar en ese sujeto. “Quizás nos vimos accidentalmente y seguramente me ignoró después” me digo a mi misma para traquilizar a mis pobres nervios. Los ventanales dejan entrar una hermosa iluminación, todo reluce como si se tratara de un hermoso cuento de hadas, incluso el candelabro de cristal en el cielo razo del comedor brilla con intensidad, sin embargo, nadie lo nota, todos estan atentos a ese sujeto. Hablan de autos y carreras de caballos, fútbol gaelico y rugby, temas comune