[Alessandra] Esta mañana estuve desayunando con Alejandro en su hotel, del cuál soy una pequeña inversionista y como siempre la pasé muy bien a su lado, hablando un poco de todo, aunque no puedo negar que nuestras conversaciones siempre se giran a hablar de negocios, pero bueno, ni modos, es lo que nos gusta y apasiona a los dos y creo que por eso nos entendemos tan bien. Alejandro como el caballero que es, siempre me acompaña hasta mi oficina, se cerciora que todo esté bien y al poco tiempo se vuelve a ir a continuar trabajando, pero hoy es la excepción a lo de siempre y acá está conmigo en la oficina, mientras nos tomamos un café y hablamos de nosotros. —¿Cómo ha estado el Señor Michael y la Señora Alessia?— me pregunta Alejandro y un nudo se me hace en la garganta cuando recue