—No lo creo, no me apetece ir a ningún lugar, además, un sitio con ese nombre no me da buena espina, en especial si una mujerzuela te lo recomendó. —Como digas, aun asi insistiré para que en otra oportunidad me acompañes, quizás tenga suerte. Mientras Fabricio acompañaba a su amigo como él lo deseaba, Abba recibía fuertes penetraciones por parte del duque, el cual tras haberse estimulado lo suficiente indicaba que era su turno. A pesar de lo fuerte que había sido penetrada por el sujeto anterior que había estado detrás, el golpeteo que generaba el sexo del duque era aún mayor, a tal punto que le indicaba que cesara ya que mi v****a aún se encontraba colapsada recibiendo múltiples penetraciones. —No parare querida, me gustaste desde que te vi, asi que calla, estaré el tiempo que decida