Gabrielle Mi boca se hace agua cuando paso por el aparador de la pastelería cercana a mi casa, por lo que no lo pienso dos veces antes de entrar. Y esa fue definitivamente una buena idea, porque huele mucho mejor de lo que se ve. - ¡Señorita Hopkins! – veo como una chica de no más de diecisiete se acerca desde la cocina, saludándome con una sonrisa. - Hola ¿Cómo estás? ¿y tus padres? – Queen, la linda morena que llegó a atenderme, es la hija de una familia de tres que me visitaba bastante seguido, especialmente porque la madre es algo torpe en la cocina y siempre terminaba con quemadas y cortadas. Por fortuna, su esposo es todo un chef repostero y hace unos meses inauguraron esta preciosa pastelería que solo he podido visitar un par de veces, mayormente porque no he tenido tiempo y cua