Había hablado Margherita: “Valerio, a la espera de que nos llegue la autorización para saltar al pasado de Tinno, te rogaría que solicitaras al gobierno mi astronave para la misión”. “Esa era mi intención y también te he invitado para solicitarte tu beneplácito”. “Estupendo. Aparte de esto, os digo otra cosa un poco más... peliaguda”. Había aumentado el nivel de atención en la sala. Después de una brevísima pausa, había continuado: “Como sabéis, está prohibido intervenir en el pasado de la Tierra, pero ninguna ley impide actuar sobre la historia de otros planetas, aunque no se haya hecho hasta ahora; por tanto, ¿por qué limitarse a estudiar en vivo la civilización de Tinno y no tratar de salvarla de la aniquilación? Por lo que ha dicho Valerio, la inmoralidad fue la causa esencial de l