—¿Donde está Evan?— Pregunta al bajarse del flamante Porsche. Demian rueda los ojos y cierra bruscamente la puerta del piloto, no había nada más que lo pusiera de mal humor que las preguntas tontas. —En tu oficina, no necesitamos cuatro personas ya que yo puedo cuidarte perfectamente.— Demanda obvio. Ella asiente apretando sus labios. —Que modesto.— Murmura subiendo las escaleras del lujoso hotel. Demian y Gio miran para todos lados, era temprano y la zona era sumamente concurrida, pero sabían cómo manejarse. —Solo digo la verdad, Wood.— Sonríe sínico a la vez que se coloca a su lado para agarrarla del codo y así apurar su paso. Ella se molesta, pero no se suelta ya que no quería hacer una escena en pleno centro. —Eso no decías hoy, cuándo... Cuándo ese auto nos perseguía.— Murmura