La habitación siempre estaba a oscuras para ella. Amarrada a una silla. Con un antifaz en los ojos y un trapo que reconocía como su propia camisa en la boca. En ropa interior. Tenía frio, sentía la humedad de la habitación. Sentía ruidos todo el tiempo, había una canilla que estaba mal cerrada y no dejaba de oír caer esa maldita gota todo el tiempo. Hacía cuatro o cinco días, quizás más, quizás menos.
Adela había perdido la cuenta, la noción del tiempo.
La habían secuestrado, pero no era un secuestro normal, ella, bien sabía que esto era culpa de su hermano, metido, como siempre, en problemas que nada tenían que ver con sus normales vidas, vendiendo y traficando droga y armas con la mafia.
Estaba claramente asustada, no dejaban de pegarle cada vez que podían, la habían violado dos veces en lo que va de su estadía. Según llevaba en su cuenta mental, de lo tan meticulosa que era, cada quince minutos venían, no siempre era la misma persona, su perfume cambiaba, eran olores asquerosos pero ellos los podía diferenciar de esa manera. Cada vez que entraban le recordaban porque estaba ahí...
"—Agradécele a tu hermano que te dejo sólita—" No podía dejar de tiritar ni de sentir escalofríos al sentir esa presencia a su lado y no poder hacer nada por evitarlo.
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08:00am, dos tazas de café a un costado del escritorio, ya vacías, una 9MM, un iPhone que no dejaba de titilar llamadas y Demian Maloy, uno de los jóvenes más ricos y codiciado de todo Londres, se encontraba en su despacho, ocupándose de negocios sucios, lo único que él sabía hacer verdaderamente bien.
Hacía semanas que sus números no le cerraban, su fuerte era el contrabando de armas pero su fachada eran las innumerables oficinas de inmobiliarias que tenia distribuidas por el mundo... Las cuales, cada vez se expandía más. Ese había sido siempre el negocio familiar y siempre lo sería aunque más de ocho generaciones ya estaban salvadas gracias a la gran fortuna que poseía el apellido Maloy.
Por la puerta ingresa Theodore Finnic, su mano derecha portando un traje totalmente n***o, con una camisa negra a tono y una corbata grisácea oscura acompañando el look final con unos zapatos azules semi mate.
—Buenos días— Demian no le responde.
—¿Cómo está Felix?— Pregunta el rubio sin quitar la vista de sus papeles.
—No es mucho lo que tiene, la bala se la sacaron inmediatamente— Draco asiente con la cabeza. —¿Y tus costillas como están?— El rubio apoya sus papeles con fuerza, pero no mira a su amigo, simplemente hace presión en aquel acto.
—Bien, no es la primera vez que pasa, no te olvides que trabajo de esto el 70% de mi tiempo— Murmura sin mucho animo de mantener una conversación de su reciente accidente.
—Voy a llamar al doctor para que te cure, de cualquier manera— Demian estaba dispuesto a protestar y por primera vez estaba sacando la vista del trabajo para enfocar sus ojos fríos y grises en los azules de su amigo. —No me interesa tu respuesta, ahorratela— Lo corta Theo.
—Te dije que no quería ni un maldito doctor— Bufa.
—El medico vendrá a limpiarte la herida, como ayer. No podemos permitirnos que se te infecte Demian— Gira sobre sus talones y deja a su amigo y socio nuevamente con la palabra en la boca.
El doctor no había tardado en aparecer, antes de ir a trabajar a su clínica privada, pasaba a ver a su paciente más caprichoso. No había querido ir a su cuarto a ser atendido, así, que para no perder tiempo se hizo las curaciones en su oficina. Lograron hacer que Demian se quedara quieto por unos instantes para poder ser curado.
—Mañana vendré de nuevo Demian— Le comenta el medico guardando sus elementos en el maletín y desechando lo utilizado en el tacho más cercano.
Demian comenzaba a colocarse la camisa mirando con asco y fastidio lo que yacía dentro del tacho mientras que finalizaba de abotonar su fina prenda. —Como sea— Murmura.
—Hay que seguir cuidando esa herida— Le ordena con el dedo, para luego abrir la palma y darle la mano.
—claro— responde rodeando los ojos.
—No hagas fuerza, que se pueden salir los puntos— Ordena nuevamente tomando su maletín y sabiendo que por más que lo atarán a una silla él no se iba a cuidar por voluntad propia.
—Hasta mañana doc— Es lo único que le responde luego de poner una mueca que no trata de ocultar. Estrecha la mano con el doctor por segunda vez, para luego percatarse de la presencia de Theodore ingresando por la puerta.
—Demian, Derek Wood esta buscándote— Demian no levanta la vista de sus papeles.
Pero asiente inmediatamente con la cabeza captando el mensaje. —¿Qué quiere?— Pregunta traspasando a su computadora unos cálculos.
Mientras con su otra mano cancela una llamada que le entra en su iphone. Theo sigue parado en el marco de la puerta
esperando autorización para hacer pasar al sujeto.
—Un favor— Demian levanta la vista y observa que Theo hace una mueca pequeña de molestia e incomodidad.
Vuelve a asentir con la cabeza. Y se sumerge de nuevo en sus papeles.
—¿Dónde está?— El rubio sigue metidos en sus asuntos, el iPhone no dejaba de sonar, pero también capta cada movimiento de su mano derecha.
—Lo lleve al living exterior— Comenta moviendo sus manos frotándolas una con la otra. —Esta jodido— Agrega para ver si con esto reacciona.
—Llama a mi contador, necesito que venga— Tira su lápiz y su teléfono contra los papeles echándose hacia atrás apoyándose sobre el respaldo de su sillón.
—Llamare a Leo Inmediatamente— Le hace saber.
—Vamos— Theo asiente con la cabeza y el rubio cruza la vista con la de esté, poniéndose de pie para encaminarse a su habitación.
Theo lo seguía a una distancia moderada de los pasos de Demian, pasan por donde se encuentra Fred, haciendo la guardia, con su equipo reglamentario y un gorro de lana cubriendo sus cabellos colorados a causa del frio que golpea a la ciudad de Londres aquella mañana, al cuál Demian le hizo un gesto con la cabeza en tono de saludo.
La oficina de Demian no estaba muy lejos de su cuarto, así que no demoran mucho en llegar, Theo conocía bien a su jefe y si había un lugar en el que a él le gustaba hablar en privado era ahí, donde no había peligro de que nadie los escuchara.
Él se adentra en el habitación sacándose el perfecto saco, que lleva el día de hoy, mientras lo deja sobre la cama soltando un bufido, encaminándose hacia el balcón/ terraza quedándose parado apoyando las manos en el respaldo de las sillas.
Mira hacia abajo y lo ve a Derek Wood tocándose la cabeza con la manos reiteradas veces y moviéndose sobre la silla de una manera casi enfermiza. Si algo que uno podía destacar de Demian era la capacidad instantánea para detectar cuando alguien miente o esta nervioso.
—¿Está solo?— Pregunta elevando la cabeza y mirando la vista que su "humilde" casa le regalaba ofreciéndole esa calma que tanto le faltaba en su vida.
—Si— Responde Theo poniéndose enfrente de su Jefe y amigo.
—uhmm— Chasquea la lengua.
—Se lo nota nervioso y desesperado realmente— Frunce la boca disgustado.
—Eso lo puedo ver con mis ojos, Theo— Menciona con sorna, señalando con la mano al castaño que se encontraba allí abajo.
—Supuse que te darías cuenta— Sonríe obvio.
—¿En que vino?— Cuestiona volviendo su vista al paisaje.
—Dejo su auto en la entrada de abajo- Suspira sin querer emitir otro comentario.
—La ultima vez que lo ayude, murieron dos grandes empleados— Menciona sin mirar a su acompañante ejerciendo presión sobre sus puños y el agarre a la silla.
—Lo se, pero aunque sea escúchalo y después lo pensas— Pide tragando saliva y curvando sus cejas hacía arriba, generando que su frente se arrugara.
—¿Tanta lastima te dio?— Sonríe de costado y larga un sonido ronco mezclado con un bufido.
—Es que...— Suspira y se dispone a contarle como había sido la secuencia.
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—Theo hay un hombre en la puerta que pide hablar con el señor Maloy- Le menciona por radio Percy, el encargado de la seguridad del parque central.
Theo se levanta del sillón del living secundario que tenían en la propiedad, dejando su notebook abierta sobre la mesa y se encamina hacia la entrada principal.
—¿Quien?— pregunta mientras se encamina hacia la entrada y observaba a su amigo/jefe desde lo lejos discutiendo por celular en su oficina.
Menea su cabeza y sonríe.
—Dice que se llama Derek Wood— Theo lo conocía.
Eran ex compañeros y amigos de colegio, aunque iban a distintos cursos. Y más de una vez, Dremian los había ayudado cuando se había metido en cosas turbias.
—Hacelo pasar y revísalo— Ordena Theo.
—Si, jefe— Responde.
—Estoy yendo a recibirlo— Guarda su radio en el bolsillo y niega con la cabeza encaminándose hacía la entrada principal.
—¡Theodore!- Es lo primero que escucha de su voz cuando se lo encuentra cara a cara.
Uno de los muchachos de Percy lo estaba cacheando, para corroborar que no tuviera ningún arma, Derek llevaba una campera de cuero y unos jeans grises rotos, con una camisa escocesa en tonos verdes.
—¡Wood!— responde monótono.
-¡Necesito que la ayuden!- Suplica con una desesperación en sus ojos que parecía que se iba a caer ahí mismo al suelo.
Theo se sorprende e intenta mantener la calma de la situación. -Tráelo- Ordena con un movimiento de cabeza al muchacho que lo estaba cacheando.
Los guía hacia el patio trasero para que se sentará y se calmara un poco.
—Gracias por recibirme— Murmura aterrado.
-¿Queres tomar algo?- Theo sigue bebiendo su café, el mismo que había dejado antes por la mitad.
Wood niega con la cabeza, mientras se pasa las manos por su cabello alborotado.
-Es mi Hermana Nott- Comenta mientras el ojiazul se sentaba enfrente a él bajando la tapa de su computadora.
Él guardaespaldas que los había acompañado, se queda en la puerta que dividía el living interior con éste al descubierto, observando cada movimiento del invitado.
—¿En que te metiste?— Pregunta haciendo que el castaño lo mire.
—La secuestraron— Wood se hecha hacía atrás, cerrando sus ojos.
—¿Que?— Tuerce sus cejas.
—¡¡¡Lo arruine todo mal Theo!!!— Menciona con énfasis apoyando bruscamente las manos sobre la mesa blanca.
—Voy a ver si Demian esta disponible, Wood- Éste lo mira con esperanza en sus ojos asintiendo con su cabeza, verdaderamente se lo notaba desesperado.
—¡Son mi última oportunidad de recuperarla!— Admite.
—Cálmate un poco, ya sabes como es Demian- Le ordena con el dedo mientras lo dejaba con el custodio.
—Si— Pestañea.
—Avísale a Juana que le traiga un café— Ordena al pasar por al lado de Percy, este se dispone a responder afirmativamente con la cabeza, mientras saca el radio de su bolsillo trasero.
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A Demian, no deja de sornarle el telefor, con una mano para el relato de Theo, se da media vuelta atendiendo y metiéndose en su cuarto.
—¿Qué paso que no paras de llamar?... Ok... Ok, mañana por la mañana puedo mandarte un asesor si lo preferís así. Dame un segundo por favor— Se gira, para ver a Theo, que espera ordenes, mirándolo desde la puerta que da al pasillo de los cuartos. —Un café necesito... Que sea doble— Se sienta en la cama chasqueando la lengua y mirando a Theo.
—¿Qué hago con Wood?— Frunce sus labios.
—Decile a Wood que ya bajo— Theo afirma con la cabeza y se encamina hacia su invitado. —Y llévalo al escritorio— Grita desde la comodidad de su cama.
—Bien— Sin más, el morocho se retira dejándolo recostado sumamente en la cama y hablando nuevamente por su IPhone.
El rubio ingresa en su escritorio al cabo de la media hora. Llevaba nuevamente su saco colocado perfectamente sin ninguna arruga, pero la corbata la tiene un poco aflojada.
—¿En que puedo ayudarte, Wood?— Pregunta, a modo de saludo, mientras que toma asiento en su sillón, bebiendo un sorbo de su café que recién servido se encuentra.
—Gracias por recibirme— Titubea y su rostro se vuelve pálido de inmediato al verlo.
Demian coloca los ojos en blanco, si había algo que detestaba era que la gente le tirara flores. Él sabia lo poderoso que era, no necesitaba que nadie se lo recordará y menos de una manera tan patética. —Tengo poco tiempo— Le recuerda.
—Yo... yo...— Suspira dejando la taza en el fino plato rectangular.
—Te voy a ayudar un poco, porque no tengo tiempo para perder, Wood— Lo corta viendo que su discurso no llegaría a ningún lado sin un poco de presión. —No me gusta cuando la gente se pone nerviosa ¡Y lo sabes!— Vuelve a beber de su café y coloca las manos sobre el escritorio.
—Si... Lo lamento— Responde poniendo cara de confundido.
—¿Qué paso? y ¿Por qué paso?— Levanta sus cejas expectante ante la respuesta del castaño que tenía enfrente. —Respuestas cortas y claras— Ordena.
Levanta la mirada hacia Theo, quien se encuentra sentado en un sillón, alejado del escritorio, pero, expectante igual que su jefe, de escuchar la historia completa.
—A veces, hago trabajos con los italianos, y colombianos por el tema de las drogas— Comienza.
Demian se hecha hacia atrás, el tema ya le empezaba a interesar. —Continua...— Pide aburrido.
—La cague, la cague, la cague... Me asocie para un trabajo con un dealer de cocaína que me quiso arruinar el trabajo— Traga saliva con pesadez mirando a los dos al mismo tiempo.
—Eso se ve— Murmura irónico.
—Y nos confiscaron la entrega, la cambiaron por mercadería que era sumamente trucha— Suspira bajando la vista. —El dealer desapareció aparentemente se manejaba con documentos truchos, la droga ya debe de estar repartida por medio mundo, a esta altura— Cierra los ojos con fuerza.
Derek asiente, mientras toca sus dedos —Si— Responde.
—No hay problema— Exclama Demian como si ese solo fuera el problema.
Simplemente unas llamadas a su nombre y no tendría más problemas.
—¿Que?— Abre sus ojos sorprendido.
—Pásame los nombres que los llamo y lo arreglamos Wood— Oliver ante la respuesta se tensa y niega con la cabeza.
—Tienen... Tienen a mi hermana Demian— El mismo se tensa ante esa respuesta.
—¿Quiénes de los dos?— Su tono de voz es seco.
—Ferragamo— Demian asiente con la cabeza, ya que era lo que se esperaba, los colombianos no se metían en ese tipo de trabajos a menos que fuera de alguien muy importante.
—Bastante lógico— Mira a Theo.
—La secuestraron saliendo de la oficina, una semana después de que pasara lo del cargamento— Continua hablando, aun si levantar la mirada de sus manos.
Theo desde aquella esquina miraba la secuencia, y centra su vista en Demian, que frunce el seño mientras cierra los ojos y suspira.
—¿Hablaste con ellos?— Cuestiona.
—Intente por todos los medios reponer el error pero ¡Son unos imbéciles de mierda!— Exclama, golpeando con fuerza la mesa.
—¿Por que viniste a mi?— Inquiere.
En su rostro ya se nota la impaciencia y el enfado.
—Sos... Sos... Sos el único que puede ayudarme en... En... En esto— Balbucea el Castaño.
—¿Si?— Sonríe burlón.
—Tenes... Tenes gente por todo el mundo— Una lagrima vuelve a rodar por su mejilla.
Aparta el pelo de sus ojos con una mano y con la otra cierra fuertemente el puño sobre la mesa. —Eso no significa nada— Agrega monótono.
—Necesito... Necesito que la salves Draco...- Pide sin importarle su aspecto.
Su mirada todo lo decía.
Draco se levanta y pone sus manos sobre el escritorio haciendo que Derek levante la mirada. —No puedo salvar tu culo en cada cosa que haces mal— Concluye frio.
—Te doy lo que quieras— Wood explota ante la desesperación.
—No hay nada que me interese de vos— Se ríe.
—¡TODO DEMIAN!— El rubio se gira hacia el ventanal, a mirar la vista. —¡¡LO QUE SEA QUE QUIERAS TE LO DOY!!— El castaño ya se encuentra llorando.
A Theo le parece que era momento de ayudar a su ex compañero, ya que Demian no estaba poniendo interés alguno en colaborar. A veces, no entendía si lo hacia por disfrute, o porque verdaderamente era así.
—Demian...— Lo llama Theo.
La voz del morocho hace sobresaltar a Wood, que se había olvidado completamente que estaba en la habitación.
—¿Uhmm?— Ni siquiera se da vuelta.
—Podríamos asociarnos a su constructora, un 50% no nos vendría nada mal— El entiende lo que su amigo estaba haciendo y le parece que esta bien, de todos modos la niña estaba en peligro mientras ellos discutían obviedades.
—Theo- Menciona frío.
—Maloy te doy lo que sea porque ella este a salvo. ¡¡¡Lo que sea!!!— Declara el castaño tocándose el pecho.
Draco tenia más miedo de que se muriera ahí mismo que de que alguien los atacará. —bien— Wood, levanta la vista hacia el rubio ante su respuesta.
Demian se gira y se encamina hacia Theo, se apoya sobre el respaldo del sillón que estaba enfrente al mismo, dándole la espalda a Wood que seguía cabizbajo sudando y pálido.
—¿Estás seguro que querés jugar con Ferragamo?— Sonríe cínico, tocando el pasado de su amigo.
—Si— Responde apretando sus puños.
—En ese caso averigua todo de Ferragamo y encárgate de negociar con Colombia para que la deuda sobre ese caudal se cancele esta misma tarde— Demanda neutro.
—Excelente— Una sonrisa burlona sale del rostro de Theo.
Demian lo sigue, frunciendo el entrecejo en tono de reproche. —Se lo que haces Nott— Su amigo se para para darle una palmada a Demian. —Bastardo— Finaliza entre una mueca divertida.
—No es lo que parece— Theo se retira de la oficina dándole un guiño de ojo a su jefe.
—Wood—— Este se para de inmediato, poniéndose enfrente de su futuro salvador. —Anda a casa— Ordena.
—¿Irme?— Indaga preocupado.
—Mándale cuanto antes todo lo que tengas sobre las negociaciones a Theo— El castaño asiente con la cabeza, en su mirada había un luz que había nacido de la esperanza que Demian le acababa de dar.
—Esta bien— Murmura.
—A la tarde te mando a buscar— Finaliza Demian, haciéndole una seña para que se dispusiera a salir de la oficina.
—No sabes cuanto te agradezco esto Maloy— cierra con fuerza sus ojos, esperanzado de que no todo está perdido.
—Cuando la tengamos a ella viva, agradécemelo— El castaño se ve desganado y sumamente enfermo.
Eso es lo que Theo lograba sobre su amigo, persuadirlo para ayudar a la gente.
—Dalo por echo— Derek estrecha su mano con la de él, dándole una mueca de agradecimiento y una media sonrisa con tristeza.
—No demores— Pide.
—Se que la vas a encontrar— Demian hace un movimiento afirmativo, mientras, salen ambos de la oficina, allí estaba Fred, quien es el encargado de llevar a Wood hasta la salida.
Se encamina a la cocina, en la que se encontraba su Cocinera Juana y ama de llaves, aparentemente preparando el menú del mediodía y de la noche. Era una señora encantadora de unos 65 años, ella junto a su marido vivían en una no muy pequeña casa que había en el fondo del parque. Cuidaban la casa cuando Maloy no estaba en ella, ya que la conoce de toda la vida, por el simple echo de que vivían y trabajaban en su antigua casa.
El marido era el encargado de mantener la vivienda y los alrededores de los parques.
—Señor Demian, no lo oí llegar. ¿Se encuentra bien?— Juana deja el repasador sobre la mesada y se encamina hacia el rubio con preocupación.
Demian asiente y le da un beso en la mejilla.
—Ni son las diez de la mañana y ya el día me parece eterno, Juana— Responde, sentándose en la banqueta, mientras que Juana le acerca un rico desayuno.
—¿Hoy te levantaste muy temprano cariño, no?— Demian asiente, nuevamente, mientras se mete una tostada en su boca.
—Me di cuenta porque la cafetera estaba sumamente descompaginada, así que supuse que anduviste tocando por acá— Demian larga una carcajada simpática y de culpa a la mujer.
Ella lo mira con ternura.
—No iba a molestarte para esa pavada— Asegura con aires de grandeza sonriendo.
—Nunca molestas, cielo— Le responde con su tono maternal, mientras sigue ocupada en cocinar sin errores.
—No era importante— Murmura.
—Al mediodía tenemos risottos con salsa blanca o salsa de pesto. Y a la noche habrá un rico salmón al disco. ¿Qué te parece el menú?— Demian hace un movimiento afirmativo con la cabeza, nuevamente, tragando su jugo mientras que levanta el pulgar derecho en modo de aprobación.
Juana se gira a verlo y sonríe ante la respuesta de su jefe.
—Lo que hagas siempre esta bien— Vuelve a tomar una tostada y luego se dispone a comerse uno de los panqueques de frutas al estilo francés y con su mano libre comenzaba a mandar algunos mensajes de w******p y unos emails a sus conocidos para poder ubicar a la hermana de Derek Wood.
Para Marcelo Forradilla: —"Necesito que consigas información sobre Adela Wood. Clave de seguridad social 935679834. Para el mediodía como tarde. Maloy. D."—
Para Hugo de Guana: Hugo, estoy buscando a Adela Wood 935679834. Fue secuestrada hace cinco días aprox. Creo que aun pueden estar por el país. Espero tu respuesta a la brevedad. Maloy. D.
Para rubengonzales@h*********m; Catalinadelaorqueta@h*********m; Carlosdelmonte@h*********m; Lorenamontes@h*********m; Emmalugones@hotmail.com
Asunto: URGENTE.
Necesito que consigas información sobre Adela Wood 935679834. Es sumamente urgente, la secuestraron aparentemente hace cinco días y creo que aun sigue en el país, de lo contrario no creo que este en Italia aun. El sospechoso principal es Ferragamo.
Espero a la mínima brevedad la respuesta, lo más compacta posible. Tenes mi numero cualquier cosa.
Att. Demian Maloy Director General de Maloy inc.
En ese momento, ingresa una de las chicas que ayudaban en el día a servir las comidas y el desayuno, con una bandeja en la mano, se ve que había estado recogiendo las tazas que quedaban por la casa de tanto café que se tomaba en ella. Saluda con una sonrisa a Juana y luego enfoca su vista en Demian ya que no lo había visto.
—Buenos días Señor Maloy— Demian bebe otro sorbo de su jugo y levanta la mirada del periódico.
—Buen día— Murmura sin muchas ganas.
—Juana le llevaré café a la gente de seguridad— Le informa.
—Me parece perfecto, y cuando vuelvas le llevas al Señor Theodore su desayuno, al despacho del señor Maloy por favor ¿Si?— Sonríe fraternalmente volviendo a poner la atención en su cocina.
—Perfecto— Sirve los café en tazas nuevas, mientras que las otras las coloca en el lavaplatos.
Demian se sentía un inútil al no saber usar la cafetera, y esa chica que era simplemente del servicio la manejaba como si la conociera de toda la vida, por lo cual la rabia salía a flote en su interior.
—¿Nueva?— Pregunta levantando una ceja.
—Es la hija de Roxana se tomo unos días, el señor Theo se los dio— Draco levanta la mano restándole importancia al asunto y dando por aprobado el tema.
—Estaré un poco ocupado esta semana Juana, así que podes tomarte con tranquilidad el tema de la comida— Comunica cortando la charla, mientras se relame por el pedazo de panqueque que se había llevado nuevamente a su boca.
—Bueno cariño— Sonríe.
—Se que hay muchas cosas frizadas y por ahora el horno y el microondas lo se usar— Sonríe ante esa respuesta que lo hacia quedar un poco tonto. —Así que no te preocupes por mi Juana— Agrega sincero, mientras se retira a con su taza de café en la mano, no sin antes dejarle un beso en la frente, a esa señora que le hacia recordar a su abuela.
Theo acaba de ingresar a la cocina saludando a Juana con un sonoro beso y tomando un taza para hacerse un café en la cafetera express.
—Señor Theodore la señorita ya le lleva el desayuno al despacho del señor Maloy- Theo asiente, pero de todos modos se prepara el café sonriéndole a esa señora tan querida por él también.
—Me gusta el café que compras, Juana- Argumenta levantando la taza y sus cejas.
—Te veo en la oficina Theo— Le grita Demian, mientras se aleja con la taza en la mano y los diarios en la otra. —Y no molestes Juana— Ordena el rubio entre risas al irse alejando.
Juana y Theo sonríen ante su ya conocido Demian alborotado.
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Al cabo de diez minutos Theo se sienta finalmente donde había estado sentado el cuerpo pálido de Derek. Delante de él, había una bandeja increíblemente llena, como la que todas las mañana lo esperaba en esa oficina. Juana sabia que el desayunaba allí y que Demian o hacia antes en la cocina con su compañía, así organizaban el día y las compras necesarias.
Demian no levanta su vista, sigue haciendo su trabajo, mientras que Theo le extiende un pendrive.
Levanta la vista tomándolo. —¿Tan rápido?— Indaga mientras lo coloca en la pc.
Theo bebe un sorbo de café y se lleva una masita a la boca, asintiendo con la cabeza mirando a su amigo que lo miraba con cara de asco por la mezcla que está haciendo
—Llame a Jake— Demian le hace una seña de aprobación mientras busca el archivo.
Jake era el detective que tenían a su disposición cuando se requería para algún trabajo de este estilo.
—Come como una persona normal por favor ,Theodore- El documento se abre y allí estaba todo lo que necesitaban para llevar y realizar toda la corrida del rescate, y/o negociación.
—¿Esa es Adela wood?- Levanta una ceja al ver una foto de ella, que, para su asombro, no era lo que se esperaba.
Esta muchacha tendría cuatro o cinco años menos que él solamente, cuando él esperaba que fuera una niña de unos doce o trece años. No una joven de 24 años cuánto mucho.
—Es hermosa ¿No?— Pregunta entre risas, Theo, revisando su celular.
—No es lo que esperaba. Pensé que sería más pequeña— Admite leyendo por arriba el documento.
Theo lo mira y coloca los ojos en blanco en tono de pesadez. Mientras que Demian... Termina de leer todo el documento y se levanta para salir del escritorio tomando su iPhone.
—Esto estaba delicioso— Comenta contento con su desayuno.
—Voy a llamarlos para ver cuanto quieren por ella— Theo lo mira con recelo.
—¿No es un poco pronto?— Demian se detiene en el marco de la puerta y se pasa una mano por su cabello.
—Esta secuestrada desde hace cinco días Theodore. ¿Te parece poco? —Su mirada fría asusta a cualquiera, pero a su amigo de toda la vida no.
—No me mires así— Le advierte Theo, que acaba de dejar el diario sobre el escritorio de manera brusca.