No faltaban más de diez minutos para que fuera el momento de descender, el viaje había sido en completo silencio, nadie más emitió un comentario luego de que Demian diera las ordenes... El otro helicóptero ya estaba tomando nuevamente vuelo, y se veía a los hombres bajar con ayuda del personal de la casa.
Demian es el primero en saltar, sin esperar a que apagara el motor. Theo lo estaba esperando junto a un grupo de hombres que trabajaban para él la mayoría del tiempo.
Se saca el arma del pantalón y la descarga haciendo que los dos cartuchos cayeran en el suelo de su propio patio mientras camina hacia el interior de su casa. Nadie se interponía en su camino todos se abrían a su paso y lo saludaban —"Jefe"— , —"Señor Maloy"—, Entre otros estúpidos saludos que él detestaba.
—Ocúpate de Percy y de Gio— Ordena al pasar por al lado de Theo, a quien no le da tiempo a retrucarle nada.
—Lo hare— Responde para su tranquilidad.
—Percy tiene las bajas, Gio a la chica— El ojiazul se queda con una "o" en su boca ya que su amigo se veía agotado, confundido, y agregándole el plus de que le sangraba el brazo.
Theo mueve la cabeza en negación y corre para ayudar a Gio a bajar a la castaña. Derek, corre, también, hacia ella desesperado, pero con una sonrisa en su rostro que no podía dejar exponer, sus manos le sudan del sólo pensar que ella estaba con vida.
—Percy, espérame en el escritorio— Le grita el morocho mientras guía a Gio con la cabeza hacia la habitación que habían preparado para la castaña.
Gio seguía a Theo hasta el cuarto que se encontraba enfrentado al de Demian, pero dividido por un gran espacio que daba a la pileta central.
Theo lo visualiza tirado en la cama sin remera.
No hace ningún comentario al respecto de su jefe. Solo se limita al momento, percatándose de que nadie se había dado cuenta de lo que hacía su amigo en ese momento, por lo que se dispone a bajar dos de las cortinas, para darle privacidad a ambos.
Al ingresar a la habitación los espera la señora Juana y el medico de la familia.
Al verlos llegar Juana se acerca rápidamente hacia la joven. Derek es retenido en la puerta por el mismo Theo, quien le prohíbe acercarse a Adela hasta que supieran que estaba bien.
—¡¡Oh!! pobre niña— Mira al doctor con una mueca de preocupación en su rostro. —¿Qué hacemos primero, Doctor?— Cuestiona con sus manos en la boca.
—Lo mejor será que le de un baño— Recomienda el doctor tomándole el pulso, aun, en brazos de Gio.
—Esta bien— Acepta Juana con sus manos temblorosas.
—Luego le haré unas pruebas y corroboraremos el estado de la joven— Aprieta sus labios negando con la cabeza.
—Entendido— Lo escucha atentamente.
—No demore mucho porque su estado es critico— Pide mirando a Gio, quien seguía frio mirando al doctor.
—Muy bien— Le hace una seña a Gio para que la deje en la cama.
—La veo en breves— Responde el doctor con una pequeña reverencia.
—Yo me encargo a partir de aquí, muchachos- Los hombres asienten.
—si necesitas ayuda llamame— Pide Theo.
—Los veo en media hora señores— Los empuja hacía la salida. —Señor Gio en la cocina tiene la cena lista, espero sea de su agrado— sonríe agradecida por el gesto del morocho al traer a la castaña.
—Gracias Juana— Responde cansado Gio, mientras cierra la puerta tras de si.
—¿Doctor puede ir a ver a Demian por favor?— El que habla es el ojiazul.
—¿Esta herido?- Esta vez el medico se lo pregunta a Gio, ya que el había llegado con Demian.
—Tiene un corte en el brazo— El doctor asiente con la cabeza y se dispone a subir hacía el cuarto del rubio.
—¡¡Carajos!!— Murmura Theo.
—Me voy a dar un baño Theo, y a ver como sigue Marco— Theo palmea el pecho del grandote y baja hacía el escritorio con el radio en su mano.
Demian sale del baño con un cigarrillo en la mano y la toalla envuelta en su cadera. Se sorprende de ver a su medico en su habitación. Pero no pone ninguna expresión en su rostro, solo se limita a suspirar.
—Creo que se confundió de habitación Doctor— Le da la espalda y se tira en su cama boca arriba, prendiendo la televisión.
—Estoy donde tengo que estar, Señor Maloy- toma asiento a su lado y le agarra el brazo.
Demian, ante el toque, hace un movimiento brusco para librarse del agarre.
—No es nada— Gruñe. —Vaya con la niña— El medico se ríe, cosa que irrita aun más al jefe de la casa.
—Su ama de llaves la esta bañando— Informa al mismo tiempo que saca unas vendas y desinfectantes para comenzar a atenderlo. —Ahora voy a curarlo, para que no se le infecte el brazo, si es que no le molesta— Demian deja el cigarrillo apagado en la mesa de luz de su izquierda.
El rubio cierra los ojos y cuenta hasta diez para volver a abrirlos.
Estaba furioso, no sabía aun cuantos habían muerto, pero suponía que Marco no estaba bien. Y todo por salvar a una niña estúpida.
—Sólo haga su trabajo y ya— Demanda con pocas pulgas.
—Veo que los puntos se le están por saltar— Demian fija su vista en la televisión sin prestarle atención a lo que le decía —Y, también, veo que no me hizo caso Señor Maloy— Nuevamente, Demian tensa la mandíbula... Al escuchar que lo están retando.
—Haga lo que tenga que hacer y déjeme solo por favor— Siente una punzada de su lado derecho ya que le estaba toqueteando la herida y le dolía bastante.
Pero no lo suficiente como para quejarse y mostrarse débil.
—Será rápido— Promete.
—Déjame algo para la cabeza— Señala la cien y aprieta su dedo índice en ella con una mueca de asco mirando de costado al Doctor, que ya estaba parado dispuesto para retirarse.
El mismo vuelve a abrir su botiquín y saca un blisten de pastillas verdes que se las deja en la mesa de luz.
—Cada seis horas. Vendré a verlo mañana, Señor Maloy— Como para variar no obtiene respuesta se retira dejando la puerta entreabierta.
Demian, delicadamente, coloca sus manos detrás de la cabeza y mira hacía la habitación de enfrente atravez del ventanal enorme que tenía. Había movimiento en ella pero no llegaba a ver a la castaña. Suelta un bufido y cierra los ojos por unos minutos, creyendo que no se va a quedar dormido.
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El rubio había podido dormir una hora, ya era casi la hora de la cena, le dolía el cuerpo por no descansar bien, pero debido a lo poco que había dormido estaba agradecido de haber descansado al menos unos minutos.
Le gustaba la paz de su habitación no había ningún ruido solo la televisión que estaba en silencio pero prendida dándole un fondo más cálido. Y hablando de calma, y silencio, este es interrumpido por el simple echo de que llega Theodore a la habitación sacándolo de sus pensamientos por el cierre de la puerta.
—¿Hablamos ahora?— Pregunta el ojiazul dándole un vaso de agua para que bebiera el calmante.
—Baja las cortinas, Theodore— bebé rápidamente el calmante y deja el vaso de agua sobre la mesa, se levanta, aun, con la toalla en su cadera.
Theo toma asiento en uno de los sillones mientras sacaba su celular. Luego, de haber cerrado parte de las cortinas que daban a la habitación donde ahora estaba la castaña. Mientras que Demian ingresa a su armario para ponerse un traje y una camisa.
—¿Ya tenes los tramites hechos del pase de la empresa de Wood?— A Theo no le extraña el comentario, estaba preparado para responder.
Demian se coloca los pantalones, buscando un cinturón que le fuera a juego mientras que espera la respuesta de su amigo.
—Falta que firmes unos papeles y ya estaría automáticamente todo a tu nombre— Explica.
—Quiero que hables con Lucien— Se coloca su camisa negra con botones azulinos.
—¿Qué le digo?— Cuestiona tomando nota de los pendientes.
—Necesito a alguien de confianza ahí adentro, para saber como movernos, no quiero llevarme sorpresas, quiero que tripliquemos su capital en un lapso de no más de seis meses— Theo anota en su móvil cada cosa que escucha mientras que asiente con la cabeza.
—¿Qué tal te fue?— Chasquea la lengua cuestionando sobre la expedición que tuvo su jefe el día de hoy.
—No estaba Ferragamo en la casa— Suelta.
—Me hubiera gustado que lo matarás a ese infeliz— Aprieta sus labios.
Demian se lo queda mirando unos instantes. Para luego asentir con la cabeza, Theo y Ferragamo tenían historia.
—Me supone que eso va a ser un problema a futuro, así que quiero que Wood se arrepienta de haberme pedido este favor— Bufa negando nuevamente.
—Hoy mismo hablo con él para ponerlo al tanto— Asegura su amigo, mientras que Demian busca un saco n***o entre la parva de sacos que tenía colgados en ese enorme armario.
—Gracias— Responde ronco.
—Lo que hay que priorizar ahora es ordenar todo esto— Theodore habla con una mueca en su rostro.
—Y no se cuantos problemas se nos van a venir encima esta semana— Pasa los sacos sin siquiera darle mucha importancia a los que veía.
—Sea lo que sea le vamos a hacer frente Demian— Se cruza de piernas retorciéndose un poco sobre el asiento.
—Sí— Suspira.
—Siempre lo hacemos- Sube sus hombros y sonríe de costado ladeando su sonrisa.
—Supongo que si, no quiero dejar a la gente de Mexico colgada Theodore- Asegura alzando una ceja.
—Mañana podemos comunicarnos y hacer el papeleo— Responde anotando nuevamente en su teléfono para no olvidarse de recordarle al rubio.
—Si, me quiero sacar esa mercadería de encima cuanto antes— Theo vuelve a asentir.
—Bien— Cuando el rubio encuentra el saco que buscaba, se lo coloca y se encamina aun descalzo hacia su amigo.
Se para delante de él y lo mira desde arriba.
—¿Cuáles fueron las bajas?— Theo deja el celular en la mesa que tenía enfrente y lo mira fijamente.
Había estado queriendo evitar este momento con su amigo pero dilatar mucho más.
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Theo ingresa al escritorio dejando su celular sobre el escritorio, los papeles de esta mañana ya no estaban, él se había encargado junto con Leo de ordenar y poner todo al día.
—Theo— Saluda cordial Percy, que lo esperaba de pie allí adentro.
—Al grano Percy— Exclama cerrando los ojos e intentando hacer todo lo que tenía cuanto antes.
—Murió Marco— Theo Levanta la mirada hacia el colorado.
No lo podía creer, ahora entendía la actitud de su amigo.
—Carajo— Pasa una mano por su cabello.
—Y Fredes, Konex y Luis están heridos, pero ya los llevamos a la clínica, desistiremos de sus servicios por al menos una semana, pero podrán estar activos pronto— Aprieta los puños contra la mesa canalizando la ira.
—Te pido, si no es mucha molestia, que te ocupes de que todos estén en su casa inmediatamente—. Agarra un bolígrafo para golpear la mesa a medida que dictaba los pasos a seguir.
—Le haré llegar a Gio su petición— Lo mira, para ver con qué otra cosa lo puede ayudar.
—Que no quede nadie que no sea del personal de siempre— El colorado asiente con la cabeza, a medida que Theo le va informando.
—Entendido Theo— Agacha su cabeza con sus brazos juntos.
—Come algo, que en la cocina Juana dejo para todos- Percy se encamina a la salida volviendo a afirmar con la cabeza.
—Gracias jefe— Responde.
—Y anda a descansar— Ordena levantando una ceja.
—Nos vemos mañana, Theo- Se dan la mano y Theo se tira en el sillón que usaba su Jefe diariamente.
Se dispone a llamar a algunos contactos para poder organizar el día de mañana y la nueva empresa que se les venía encima.
Tanto así como el funeral y avisarle a Leo que comenzara los papeles de la indemnización para la mujer y la familia del recién fallecido.
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—Perdimos a Marco— Demian, cierra los ojos, y se encamina hacia la terraza... Apoya su cabeza contra el marco de la puerta.
Sabía que iba a perder gente el día de hoy. Pero no quería que fuera uno de sus mejores hombres.
—¿Alguien más?— Cuestiona frio y serio.
—No...— Hace una pausa para tragar saliva.
—¿Algo más?— Lo mira perspicaz, sabiendo que su amigo suele ocultar la información para que no se haga tanto problema.
—Hay tres heridos pero están fuera de peligro— Se levanta acercándose al rubio que estaba mirando el piso, aún, en el marco de la puerta.
—Cuatro bajas por una sola persona— Se queja.
—Ya fueron llevados a la clínica— Agrega.
—¿Podes ocuparte del entierro de mañana?— Theo afirma con la cabeza.
—Todo esta ya organizado— Demian se gira dándole de nuevo la espalda metiéndose en el placard para sacar un par de zapatos.
—La quiero fuera de mi casa en menos de 24 horas— Señala con el dedo a la habitación que tiene enfrente.
—Demian...— Mueve su cabeza a un costado prácticamente que suplicando un poco de sororidad por parte de él dueño de la casa.
—Ya te podes ir, Theodore— Demian, lo deja solo, encaminándose al estacionamiento, para, luego retirarse de la casa solo en su porsche gt n***o a todo vapor.
Seth hace un amago de salir con él, como solían hacer, ya que nunca acostumbraba a salir sin guardaespaldas, pero es el mismo Demian, quien lo frena con la mano y su mirada fría.
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En la casa del rubio ya eran las 00:30hs.
Demian, aun, no había vuelto, hacía dos horas que estaba fuera de casa. Juana ya se encontraba en su casa junto con su marido, Theo les había pedido que vayan a descansar por el día de hoy. Percy descansaba, al igual que Gio.
Fred, John, y Seth tomaban café en el living esperando el cambio de guardia.
Adela se había despertado, confundida y mullida. Se sentía cómoda dónde se encontraba, su cabeza recordaba varios flashes de lo que había estado viviendo esta ultima semana, incluso recordaba un poco de como fue que la salvaron.
Una vaga sonrisa se dibuja en sus labios. La pesadilla había parado. Estaba a salvo. A pesar de que no reconocía donde estaba.
Abre los ojos despacio parpadeando varias veces para acostumbrar sus ojos a la luz. Solo ve paredes de vidrio que indican que es de noche, una luz muy sutilmente prendida y una gran vista.
—Uhmm— Levanta despacio su mano derecha y la ve vendada y completamente machucada.
—¿En donde estoy?— Pregunta más para si misma, que para otra persona.
—Habitación de invitados— Responde una voz fría a su costado.
Tiene que levantarse para ver de quien se trataba aunque su mente no lo reconocía ya que jamás lo había visto. Y eso le da miedo.
—¿Quién sos?— Frunce su ceño.
—Soy amigo de tu hermano— Esto calma un poco a la castaña, se vuelve a relajar y recuesta de nuevo su cabeza sobre la suave almohada.
—¿Vos... Vos me salvaste?— Titubea con la voz fina.
—Fue mi jefe— Responde sincero Theo.
—Uhmm— Murmura tímida.
—Ya lo vas a conocer— Una "o" se forma en sus labios, estaba confundida y adolorida.
Se levanta un poco sobre la cama, lo máximo que su cuerpo se lo permite.
Mira la ropa que lleva puesta era una bata blanca mullida y muy cómoda, su cara es de confusión y susto al ver que la habían cambiado y que lleva el cabello semi húmedo.
—Juana te dio un baño y te cambio... Tranquila— Ella solo asiente con la cabeza.
Levanta su mano izquierda, tenia un catete que siguiendo su vista logra detecta una bolsa de suero.
—¿Por qué tengo un suero?— Sus ojos se entrecierran.
—Hace cinco días que no tenes nada en el estomago, si te damos comida es probable que la vomites— Adela, aprieta sus labios débilmente.
—Derek...— Pide por él, achinando sus ojos.
—En un momento vendrá— Theo le acerca un vaso de sprite helada, Adela lo toma con cuidado y debilidad.
—Gracias— Theo lo sigue sosteniendo, por miedo a que se le caiga y se lastime.
—Despacio— Ella le hace caso y toma un pequeño sorbo que disfruta con mucha calma.
—Gra... Gra... Gracias— Traga saliva e intenta hacer una mueca amable.
—Necesito hacerte unas preguntas Adela, si es posible— Ella asiente con la cabeza, pasándole el vaso, aun, en manos de los dos, dándole a entender que ya no quería tomar más.
—Está bien— Aprieta sus labios.
—El doctor vendrá de nuevo a verte mañana. ¿Te duele algo especifico?— la castaña sube sus hombros y al hacerlo la expresión de dolor en su rostro se hace presente. —Despacio— Theo le acaricia la mano en tono paternal.
—Me duele un poco el cuerpo— Admite.
—Tenes una herida bastante fea en la espalda. El pómulo cortado, y varias heridas en brazos y piernas— Adela se acelera de repente recordando las cosas que le habían sucedido estos últimos días, Theo capta la preocupación...
—Yo...— No llega a seguir hablando que el morocho le corta las palabras.
—Tuviste dos ataques de asma, los cuales terminaron haciendo que pierdas el conocimiento por falta de aire, realmente es una suerte que estés viva— Suspira —Doble suerte— Respira profundo y vuelve a apretar la mano suavemente de la castaña para darle fuerzas.
—Supongo— Comenta poco convencida.
—A pesar de que fuiste violada...— Habla en un susurro, ellos eran hombres duros, que no sabían mucho de tratos con mujeres y el más tierno de todos era Theo por lo cual aún le costaba de igual manera hablar de algo así. VSe ve que tomabas medidas y te inyectabas una vez al mes con tu ginecólogo ¿No es cierto?— Adela asiente despacio.
Theo respira con alivio y suelta la mano de la castaña despacio, para tomar su móvil.
Sí— Titubea.
—Bien, gracias a eso no tenes infección, ni tampoco hijos— Theo, intenta, esforzar una sonrisa tratando de que sea tierna. —De cualquier manera, el doctor mañana va a sacar cualquier dudas que tengas, y cuando vuelvas a tu vida normal, podes ir a tu especialista para que te saque de dudas y sustos— Ella le devuelve el gesto y su respiración se vuelve lenta y calmada.
—Gracias— Muerde su labio inferior.
—Te dejo para que descanses— Ella le iba a responder, pero una voz que la asusta... La hace estremecerse.
—Theo, en el chaleco esta mi radio ¡¡Pásamelo!!— El sonido proveniente desde afuera interrumpe a la castaña que se quedo callada entre las sabanas.
Theo se levanta de la cama con agilidad y va hacia el baño dónde estaba la ropa con la que había llegado Adela. Pero no estaba allí, supuso que Juana se las había llevado para lavar, cuando sale de nuevo hacia la habitación para preguntarle a Adela si sabía donde estaba el radio. Lo ve en la mesita baja.
Lo toma y sale rápidamente dejando abierta la puerta, aunque Adela no podía ver de quien se trataba, ya que estaba de espaldas a la misma.
—Toma— Theo le entrega el radio mientras guarda su móvil en el bolsillo trasero de su pantalón.
—Gracias— La frustración está en su rostro.
—¿Recién llegas?— Demian mira hacia el interior de la habitación desde afuera frunciendo el ceño.
—¿No se fue todavía?— Demian bufa y rueda sus ojos mientras se guarda el radio en el pantalón.
—¡Demian, esta herida! Recién mañana va a poder irse a su casa, no es recomendable que se vaya aún— Exclama Theo levantando los brazos para darle a entender la situación.
—Y mi mejor hombre muerto ¡¡por su puta culpa Theodore!!— El olor a whisky emana del cuerpo del rubio, pegándole a Theo.
—Demian— Suspira pasando una mano por el puente de su nariz.
—¡No me interesa si se esta muriendo la quiero fuera de esta casa para mañana!— Theo cierra la puerta con brusquedad, sabía que ella estaba escuchando todo.
—¿Podes bajar la voz?- Pide entre dientes Theo. Queriendo agarrarlo por los hombros para luego zarandearlo.
—¿¡¡¡No puedo gritar en mi propia maldita casa!!!?— pone los ojos en blanco, agacha la mirada, y toca el puente de su nariz.
Si Draco estaba alcoholizado sería una mala noche.
—¿Dónde estabas?- pregunta elevando una ceja, con preocupación.
—¡¡Me fui a ver a la perra de Eva!!- Theo, frunce los labios y hace un gesto afirmativo con las manos.
—Genial— Murmura irónico
—¿Necesitas más explicaciones, papá?— hace una reverencia burlona mientras lo mira con sus ojos fríos y helados.
—¡¡Que bien el señor desaparece por tres horas y nos tiene a todos con el la boca en la garganta!!— La mirada de Demian se congela de inmediato y sus ojos se tornan casi negros de lo dilatados que se encuentran.
—¡¡¿PERDÓN?!!— Mueve la mano en tono de pregunta. —¿¡¡¡A QUIEN CARAJO TE COMISTE THEODORE!!!?— Sonríe de costado, irónico, y luego aprieta su mandíbula, por lo molesto que se sentía en ese momento.
—¡¡Que seas el jefe de esta puta mafia, y de todo el imperio que te dejo tu familia no te da derecho a dejarnos preocupados a todo tu personal, y menos que menos a tu hermano!!— Demian mueve la cabeza en tono de disgusto y coloca una mano agarrando su cadera.
—Sólo fueron tres horas, no seas exagerado— Se queja.
—Seth dice que te fuiste sin nadie— Levanta sus hombros negando con la cabeza.
—¿Y cual es el problema?— Pregunta elevando, de igual manera, sus hombros y haciéndose el canchero.
Theo mueve su cabeza a un costado conteniendo realmente las ganas de golpear a su amigo.
—Sabes perfectamente que sin guardias no podes salir, medio mundo te quiere muerto— Abre sus manos levantando un poco sus brazos. —Si no hice que te siguieran, ni que te rastrearan era porque corroboré que estabas por la zona— Explica pasando una mano por su pelo con desesperación.
—¡¡¡Vos estas mal Theodore!!!— Exclama el rubio frunciendo su frente con bronca.
—¡¡Vos sos el que esta mal!!— Demian, golpea la pared al lado del rostro de Theodore, para invocarle miedo, pero el morocho no se queda atrás y lo enfrenta sin escrúpulos con la mirada.
—¿Pero que te pensas que me voy a suicidar por haber perdido a un guardia de seguridad, imbécil?— Pregunta elevando una ceja.
—Pienso que no tomas los recaudos suficientes para cuidar tu seguridad— Lo contra ataca apretando su mandíbula.
—¡¡Yo hago de mi vida, lo que quiero, Theodore!!- Levanta su brazo apuntándolo.
—Se nota— Responde burlón.
—Nadie, me dice como manejarme- Theo niega con la cabeza cruzando sus brazos sobre su pecho.
—Veo— Frunce las cejas. —Pero, sigo siendo el jefe de seguridad y yo te obligo a salir con custodia— Levanta las cejas haciendo que sus fosas nasales se abran ante la desesperante escena.
—¡¡Ándate a dormir que te falta unas buenas horas de descanso!!— Theo lo toma de los hombros para frenarlo pero Demian, vuelve a escupir sus palabras. —El jefe ¡¡¡SOY YO!!!— Se hecha hacia atrás con brusquedad apuntándolo con el dedo índice.
—El que debería de ir a descansar es otro— No puede guardarse sus palabras.
—¡Me voy porque sino te parto la cara de una trompadas!¡¿Desde cuándo me hablan así?!— Niega con la cabeza sin poder creerlo, enfurecido por toda la situación.
No es un bebé que necesita ser cuidado, el sabe defenderse muy bien... Se da media vuelta y se retira a la planta baja, al sótano donde tenía su propio gimnasio.
Theo golpea suavemente la pared respiro hondo sacándose las malas vibras y cuando se encuentra un poco más calmado vuelve a ingresar a la habitación.
—Permiso— Asoma su cabeza con una mueca de disculpas en su rostro viendo a Adela llorando hecha un moin en la gran cama. —Discúlpalo... Es un poco brusco a veces— Adela asiente con la cabeza.
—Eso parece...— Responde débilmente.
—No tenes la culpa de nada, lo que dijo no es así— Adela le iba a retrucar que seguramente ella si era la culpable. Pero que él también era un insensible.
—Permiso... ¿Puedo pasar?— Era Derek, el que interrumpía esta vez, con una sonrisa en su rostro.
—Te dejo en buenas manos— Mira a Derek.
—Gracias— responde, ahora la castaña, con un poco más de brillo en sus ojos al ver a su hermano.
—Mañana 08.00am es el entierro, te esperamos para ir— Derek asiente con la cabeza.
—Mi abogado ya se comunico con vos ¿no?— Cuestiona el castaño avergonzado y agradecido a la vez.
Theo suspira y termina afirmando. —Ya esta todo en marca, Demian, ya firmo todo cuando se fue— Derek, hace un movimiento de afirmación.
—Eso es bueno— Suelta despreocupado.
—Mañana Lucien va a ocupar el cargo de director— Aprieta sus labios.
—Gracias... Gracias por todo— Sus palabras son sinceras.
—No vuelvas a meterte en problemas, que lo próximo que te puede sacar Demian no lo vas a poder dar, y lo más probable es que no quiera colaborar de nuevo en ayudarte... Fue una excepción, y yo me jugué mi cabeza también por ayudarte— Sisea dándole un consejo a su ex compañero.
Derek vuelve a asentir cabizbajo.
—Me encargare de que tenga una oficina reconfortante— Aprieta sus labios destrozado, eleva sus cejas al mismo tiempo.
—No olvides lo que te dije— Amenaza.
—Lamento haberte tenido que meter en esta situación, y el modo en el que me comporte, estaba muy asustado— Asegura apretando sus manos entre sí y siendo sincero con su viejo amigo.
—ya pasó— Responde simplemente el morocho. —No la entretengas mucho— Ordena elevando una ceja.
—No lo haré— Promete tímido.
—Y no la presiones— Derek lo mira como si fuera un cachorro asustado.
Finalmente el morocho los deja en absoluta soledad.