El teléfono de la castaña suena incansablemente y es por eso que coloca el manos libre mientras maneja por la enorme y perfecta ciudad de londres... —Te escucho Kevin, estoy manejando— Responde con ternura. —Señorita Adela, quería saber como se encontraba, me tome el atrevimiento de encargar el almuerzo para usted, para que luego de la reunión vía skipe almuerce algo— Ella sonrie. Amaba realmente a su asistente y amigo, estaba atento en todo, y le agradecía el que le recordará delicadamente los próximos temas de su agenda. —Excelente Kevin, pedite lo mismo para vos, que almorzaremos juntos, pase por tifany y compre dos muestras para los recuerdos que daremos a los que aporten para la asociación... Necesito tu opinión, así cuanto antes llamas por teléfono les das los datos, hacemos el p