—Déjame adivinar. — Dijo mirándola de manera detallada. —¿Eres la chica popular? — La vio dar una negativa con un movimiento de cabeza. —ok… —Lo pensó por un segundo. —¿Eres esa chica que es sexy, pero inteligente y que prefiere estar con los nerds y no con los populares? —Ella con una divertida sonrisa volvió a negar. —Entonces eres un cliché. —Sentenció el chico, la sonrisa se le borró para darle paso a una mirada de confusión, ¿De qué hablaba ese loco? Pensó ella.—No sé a lo que te refieres. —Inquirió ella al sentirse demasiado observada por aquel chico de sonrisa juguetona.—Ya sabes, bonita, inteligente, una chica que tiene amor propio, pero… —Alargó ligeramente la “o” —Eres eso que todo el mundo quiere y se ve siempre entre dos amores. —Esa última definición no le gustó a Melanie, ese tío es un capullo.—No sé lo que quieres decir chato, pero a mí no me quieras llamar zorra, sé muy bien elegir y saber con quién estar. —Dándole una mirada despectiva intentó alejarse, pero aquel moreno que iniciaba a fastidiarla la detuvo con delicadeza por el brazo, su primer pensamiento fue escupirle la cara, pero dejaría que él dijera aquella gilipollez que de seguro diría para cruzarle con un puñetazo la cara.—Me refiero a que las mujeres clichés como tú siempre están entre dos amores, mi físico y mi polla. —Eso fue todo para que Melanie sacara a la española brava que vivía en ella. Sin pensárselo le doy un puñetazo en toda la mejilla izquierda, todo el campus estaba viendo aquel drama que solo sería el primero de un cliché. Ella era la misma que él recordaba, pero ella ni siquiera le había reconocido.