Eyra estaba paseando por los pasillos del alto mando del CNI, cuando se detuvo frente a la gran pared de la memoria de los caídos. Todos murieron en servicio, había desde muy jóvenes hasta mayores. Una ligera punzada le dio en el pecho al saber que Nacho tendría lugar en esa pared. — Se cuentan historias de su gran labor – dijo un chico a su lado. – Todos ellos son un ejemplo para nosotros. — ¿De su valentía? – lo miró. — No – la miró. Sus ojos grises la dejaron sin habla. – De no cometer el mismo error – le sonrió. – Emily Dods, Ayde Pirce – soltó un suspiro cuando miró su fotografía. — ¿La conociste? – preguntó curiosa. Ayde Pirce era muy hermosa, su uniforme con sus insignias le quedaba muy bien. — Hace años, ella me entrenó y después yo tomé un mal camino. Regresé o más bie