Morena.
Miro a Sergio en la camilla prácticamente sin vida, respira con ayuda de aparatos, come de esa forma y no muestra signos de mejora, tuvieron que operarlo para sacar las balas de su cuerpo, la pierna casi la pierde por el hecho que después del disparo siguió corriendo haciendo que la bala perfore mucho más hasta que tocó el hueso, mis lágrimas caen ya que lo hizo para sernos de escudo a mi y a su hijo, por eso me siento tan culpable, toco mi vientre abultado y mas lloro, tanto que quería disfrutar del embarazo no puede hacerlo, se esta perdiendo los primero meses del bebé y hasta las ecografías, quería que este ahí pero estuve sola, más sola que nunca.
—Morena... Te vine a remplazar. —miro a Brisa sin emoción alguna donde no me quiero ir, todos los días es la misma historia—. Vamo
