Capítulo I
Olivia
El vuelo fue largo, tuve que ir al baño más de una vez pues creo que a la bebe no le gusta esto de las alturas, Nadir se encuentra a mi lado intentando sacarme conversación acerca de cualquier tema aleatorio. Aun me hallaba sorprendida de que estaba aquí junto a mí, oficialmente había dejado toda mi vida atrás y ahora sería mi oportunidad de empezar de nuevo, viéndolo de esta forma el destino me había dejado reiniciar mi vida como si de un video juego tratase.
¿Por qué estás aquí? - le pregunté.
¿Te molesta? - su sonrisa me indica que solo quiere molestarme - Ya, ya gruñona.
¿Gruñona yo? - Le interrumpo indignada - Lo dice el que se molestó por no cancelarle su cita con los Coreanos.
Eran Japoneses, pero me encanta que lo recuerdes - vuelve a sonreír, yo lo imito - Bien, papá me sent y no es que no confié en ti o en tu trabajo, solo pensó que necesitarías algo de ayuda.
¿Y qué puesto tendrás tú? -.
Tu asistente -.
¿De verdad? - dije con un entusiasmo fingido.
No - respondió el volteando los ojos - Seré el vicepresidente, increíble que tu padre confié en un extraño que en su propio hijo.
Eh, que yo no soy ninguna extraña - me quejé - Además ya confió en uno de sus hijos, ¿Qué tal le fue?
Yo no soy Zaid - se defendió - He llevado la empresa siempre al pie de la letra.
Estoy sorprendida, nunca creí a mi amigo capaz de tal cosa - confesé.
Nadie realmente, pero más que eso estoy preocupado - me comentó.
¿No han logrado comunicarse con él? -.
Lamentablemente, no -.
Por los altavoces anunciaron el aterrizaje, sentí nerviosa por desconocer el lugar. Jamás había viajado sola y menos para no volver, recogimos las maletas para salir a buscar el auto asignado por el viejo Vahar. Nadir se quedaría en el edificio donde yo iba a vivir, convirtiéndolo ahora en mi vecino, el que él viniera no fue planeado así que mientras que ubicaban un auto para que lo tuviera, deberíamos que usar el mío. Al salir el sol se estaba escondiendo avisando que habíamos pasado una gran parte del día en el cielo, un hermoso Audi n***o nos dio la bienvenida a esta ciudad.
Vas de copiloto - le dije.
Ni en tus sueños muñeca - contesto mostrándome una llave.
>.
Pasaríamos recogiendo a Aida por la universidad, hoy se quedaría conmigo en el departamento que cabe destacar aún no había visto. Cenaríamos juntos los tres, por lo que no me desharía de Nadir en unas horas. El conocía la ciudad como la palma de su mano, me contaba como pasaba sus vacaciones aquí con su familia cuando estaban más pequeños. La universidad era un campus gigante, con varios edificios que se separan en tres, el que dan clases pintado de blanco, los dormitorios de chicos en azul y por ultimo el de las chicas que está pintado de rojo, lo que era una total pérdida de tiempo según los cuentos de Aida.
¿Dónde vamos a comer? - nos preguntó Nadir.
Podemos pedir Pizza Delivery - sugirió Aida.
Me gustaría sushi y quizás un helado chocolate - dije pensando en voz alta, mis acompañantes pusieron cara de espanto.
¿Pescado crudo y chocolate? - indago mi mejor amiga.
Creo que paso - dijo Nadir.
Pizza será - conteste rendida, tenía que ocultar más mis antojos.
El departamento quedaba en el tercer piso, Nadir vivía en el quinto. Abrí la puerta con la llave que le dio Vahar al joven para que me la entregara, el piso es completamente de madera, la sala está decorada con muebles grises con una mesa de vidrio en el centro además de un televisor pantalla plana pegado en la pared ya los lados dos estantes en forma de cuadrados también de madera. La cocina empotrada blanca, los electrodomésticos nuevos y modernos, tenían tres habitaciones y un baño, era simplemente perfecto. El cuarto principal consistía en una cama matrimonial dos mesitas de noche, un televisor y el closet más sin embargo lo mejor sin duda era la pequeña terraza.
Papá tiene buen gusto - alago Aida.
Sus decoradores querrás decir - intervino Nadir.
Llamamos para pedir la pizza, Minutos más tarde estaba un chico parado en la puerta entregándola, mi mejor amiga la treinta recibió y se quedó tonteando con él, hasta que el cascarrabias que recuerdo los separo.
Que pesado - se quejó ella.
Sigues siendo mi hermana pequeña, no quiero ver a ningún idiota cerca de ti - le amenazó claramente molesto, presenciar la escena me hizo reír al pensar como reaccionaria con nuestra hija.
Sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos, era la primera vez que siquiera en mi mente pronunciaba algo como nuestra, no puede estar pasando esto. Nadir no se tenía que enterar que iba a ser papa, me costaría ocultar un embarazo pero a medida que pasara el tiempo iría solucionándolo. Comimos en paz viendo una película, mi mejor amiga se quedó dormida a la mitad de la misma y Nadir la cargo hasta la segunda habitación, mientras yo aproveche para llamar a Dalila.
Llamada telefónica
Me abandonaste - grito dramática a penas marque.
Quería explicarte, pero todo se dio de repente - dije arrepentida - Eres una de mis mejores amigas Dali, lo siento.
No te preocupes cariño, el Sr. Vahar dijo que necesitabas a todo el equipo - respondió riendo - Llego mañana.
¿What? ¿Tú también? - pregunte confundida.
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¿Cómo que yo también? - Indago curiosa - ¿Quién más está ahí?
Nadir - le conté - No es la gran cosa…
¿What? Olivia mantente firme, cuidado - dijo exagerando las cosas.
Estas loca -.
Algo, por cierto viviremos contigo por un tiempo -.
¿Viviremos? -.
¡SI! - Grito - ¿Dónde creías que dejaría a Dorian? ¿En un internado?
Dios - >.
Nos vemos mañana, un beso - dijo cortándome.
Fin de la llamada
¿Algún problema? - pregunto Nadir preocupado, se acercó a mi sentándose en el sofá.
No, Dalila y Dorian vienen mañana – le explique.
Son tus amigos, ¿No deberías estar feliz? –.
Quizás, estoy algo cansada – dije evasiva.
Si debería irme, hasta luego vecina –.
Nadir salió dejándome sola, los recuerdos volvieron a atacarme pues ahora extrañaba tanto a Benja que no sabía cómo resistir a todo el dolor que me causaba su perdida, me acostumbre demasiado a su presencia, sus consejos y aunque siempre supe que no era el hombre que yo quería en primer instante el mismo me enseñó a amarlo a su manera, Benjamín era de esos hombres que estaban extintos y ahora solo mi memoria podrá seguir manteniéndolo vivo, mi amor por el continuara latiendo hasta que mi propio corazón deje de hacerlo.