Capitulo III
Olivia
Dorian me llevo hasta la sala, sentándome en unos de los muebles y se dirigió a la cocina donde me preparo un té. Sentirme incomoda era poco, sabía que tenía preguntas pero no quería que me las hiciera. Puso una taza en mis manos, lo bebí pasándolo suavemente por mis labios, se encuentran calientes más su sabor era embriagador, trate de demorarme lo más que pude en el primer sorbo pero era inevitable la conversación.
Podrás engañar a tus amigos, pero no a mí que te conozco hace tantos años - mis ojos sostuvieron los suyos - Recuerdo haber visto a alguien más en esta situación - dijo refiriéndose a mi madre, él estuvo con nosotras cuando ella luchaba contra el cáncer - Olí, ¿Estas enferma?
¿What? No - dije negando con la cabeza, por eso se veía tan preocupado, creía que estaba muriendo - Dorian, estoy embarazada .
Mi amigo se quedó sin habla durante unos minutos, procesando lo que acababa de confesarle. Quizás confundido por no saber quién era el padre de la criatura, o por pensar que Benjamín me había dejado con él bebe, que ahora crecería con su papa fallecido, tenía que aclararle todas las dudas que rondaban su cabeza.
Es hija de Nadir y si es una niña - continúe.
¿Pero cómo? - indago aun incrédulo.
Estuve con él, el día de mi cumpleaños - explique - le conté todo a Benjamín el día que me propuso matrimonio, aun así siguió adelante conmigo decidido a criar a mi bebe.
Entiendo, Shh - Dorian me abrazo, no había notado que estaba llorando y temblando, los recuerdos enfurecidos atacaban mi cabeza - ¿Nadir lo sabe?
No, no se puede enterar. Prométeme que no se lo dirás a nadie - implore.
Te lo prometo -.
Desperté en mi cama, supuse que Dorian me había cargado hasta aquí. Busque en mi maleta la ropa que usaría ese día, no desempaque antes y me estaba arrepintiendo de no haberlo hecho, saque un vestido blanco que tuve que planchar, con un blazer fucsia y zapatos altos del mismo color. El cabello lo rice y aplique un labial rosa con un poco de polvo en mi pálida cara. Dalia ya se encontraba despierta, hacia el desayuno así que aproveche para levantar a Aida. Cuando salí de la habitación Dorian acompañaba a su novia en el comedor, el iría hoy a buscar trabajo en un canal de televisión al que su antigua empresa lo había recomendado, era graduado en una carrera de periodismo. Esa tarde me entregarían el auto que usaría en la ciudad, mientras estábamos todos destinados a las manos de Nadir.
Dejamos a Dorian en el canal, luego a Aida en la universidad y por último los tres nos fuimos directo a la empresa. El edificio parecía un rascacielos, con el nombre de “Brother Harem’s, Company” gigante en la entrada. Nos acercamos a la recepcionista, impresionada por cada rincón del lobby, era una señora mayor con lentes en el puente de la nariz que daba un aspecto terrorífico.
¿Sí? – dijo cuando llegamos a ella.
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Soy Olivia Fields – me presente imponente, al asociar mi nombre sus ojos se desorbitaron.
Srita Fields, disculpe no sabía que era usted –.
Lo notamos – respondió Dalila con el ceño fruncido.
Bien, díganos donde quedan las oficinas no tenemos todo el día Sra. – gruño Nadir.
Acompáñenme –.
Caminábamos directo al ascensor, si mi oficina quedaba en el último piso no tenía idea de lo que iba a hacer para aguantar tanto tiempo dentro de ese horrible artefacto. Entramos juntos, Nadir detallo mi incomodidad y me tomo de la mano dándome fuerzas para llegar arriba. Intentaba pensar en otra cosa cuando la Sra. que ahora sabíamos se llamaba Gloria pues no dejaba de parlotear, marco el piso catorce.
¿Desde cuándo Zaid no viene por aquí? – me atreví a preguntar, tratando de desviar mi mente y mantenerla ocupada.
Hace varios meses que no se aparece por aquí, un excelente joven pero no muy responsable – critico Gloria, pude sentir a Nadir tensarse claramente enfadado por el comentario, después de todo seguía siendo su hermano – ¿Usted sabe que le paso? – pregunto curiosa, quizás para chismosear luego tomando café con las demás de planta baja.
No, no sabemos – interrumpí al joven a mi lado que se precipitaba a responder.
La charla no fue más larga porque justamente se abrieron las puertas corredizas, si el lobby era excesivamente lindo, la vista me dejo sin palabras. Las paredes pintadas en distintas tonalidades de azul, las decoraciones eran totalmente de vidrio hasta los cuadros que estaban pegados en ellas. El primer escritorio que asumí sería el de Dalila era blanco, con la silla del mismo color y la laptop gigantesca Mac. La puerta que separaba la recepción de la oficina también era de vidrio, adentro una mini sala con los muebles gamuzados turquesa en la esquina del lado izquierdo, mi escritorio tres veces más grande que el que estaba afuera y la vista era hermosa porque podía apreciar la estructura arquitectónica de toda la ciudad.
La de usted se encuentra en el piso de abajo, sígame - le pidió Gloria a Nadir, él fue detrás de ella sin chistar dejándome con una también impresionada Dalila.
Esto es hermoso, ¿Por qué querría irse? - indago, refiriéndose a Zaid.
No era feliz - conteste simple - Manos a la obra, hay mucho trabajo por hacer.
Dalila salió ubicándose en su puesto, me senté en la silla que era muy cómoda. Abrí los cajones que esperaba que estuvieran vacíos, pero no era así. Un sobre se encuentran en medio de una de las gavetas, blanco con mi nombre en la parte de abajo. Me sorprendí, creí que era una mala broma pero nadie sabía que yo venía hoy o eso pensé. Revise el remitente y me di cuenta del nombre de la persona que lo había dejado ahí.
¿Zaid? -.