Contrato De Matrimonio

Capítulo 2

Acabando el turno, Annie entro al baño y se cambió por la ropa que traía en su bolsa. Salió del lugar y tomo un taxi para irse a casa, ella se sentía un poco cansada, pero eso no le impedía pensar en aquel chico, de sonrisa encantadora y ojos azules; al recordarlo una gran sonrisa se formó en su rostro, no podía evitar sonreír al recordarlo, ni sentir algo cuando se le venía a la mente.

Sabía que era ridículo pensar que estaba enamorada, pero no podía evitar sentirse tonta al pensarlo. Por Dios ¡Le había pedido su número! Sin conocerla. Sin siquiera haberla visto una segunda vez, seguro que le pareció muy atractiva o algo.

Annie sentía que había ganado la lotería sin haber comprado boleto.

Cuando llego, pagó el taxi, salio y busco en su bolsa las llaves, entro y cerro la puerta. Eran las 2:35 a.m, y ella estaba cansada, subió las escaleras, se quito la ropa para quedarse en ropa interior e ir a dormir.

Pero no podía dormir, pensaba en ese joven tan atractivo.

Suspira. Vuelve a suspirar. Sonríe y se siente tonta por verse tonta al actuar tontamente por un muchacho que tal vez no le llamé o que nunca más vuelva a ver.

Pero era la primera vez que alguien tan atractivo le hacía algo así, o bueno, alguien que le gustará mucho.

Annie cierra los ojos y de nuevo piensa en él y como sería tener una cita. Sí, mucha imaginación.

(...)

Al día siguiente Jeremy hizo su rutina diaria (ducharse, desayunar y ver el canal de deportes), pero claro, su plan no se le olvidaría por nada del mundo y menos cuando su hermano mayor le estaba ganando, él odiaba perder.

Con el celular en mano, Jeremy busco el papel en la mesita de noche que tenía una lámpara sobre esta, lo desenvolvió y marco el numero que tiene escrito en el. Al tercer timbre atendieron la llamada y una voz femenina habló.

Annie: ¿Quién eres? —hablo algo dormida.

Jeremy: Buenos días señorita Colville, soy Jeremy ¿Si me recuerdas? Nos conocimos ayer en el bar —lentamente se fue recostando en la cama hasta sentirse cómodo para hablar.

Annie: ¿Jeremy? ¿Eres el cliente del whisky?— Annie de golpe se despertó y se acomodo en la cama.

Jeremy: El mismo. —Jeremy soltó una risa divertida — Me preguntaba si quisieras salir hoy. — fingió estar nervioso e interesado.

Annie: Estas de suerte porque hoy es mi día libre. — ella sonrió y se dejo caer nuevamente en la cama. La emoción en su voz no podía ocultarla.

Jeremy: ¿Te parece a las 2? —propuso.

Annie: Sí. Esta bien ¿Pero dónde te veo? — borró su sonrisa al recordar que no conocía el lugar.

Jeremy: Dame tu dirección yo paso por tí. — eso fue raro para Annie, ya que había dicho que no conocía España.

Annie le dio su dirección , se despidieron y colgaron para hacer sus deberes antes de verse.

Eran las siete a.m y faltaba mucho para verse. Annie trato de dormir otro par de horas para no estar cansada durante la cita, aunque estuviera nerviosa le fue fácil porque realmente estaba cansada por el turno que le había tocado. Jeremy por otro lado fue a un spa para disfrutar las semanas que le quedaban ahí mientras seguía perfeccionando fríamente todo su plan.

Seria fácil tenerla porque "su tipo" siempre eran fáciles, enamoradizas y él no estaba nada mal , o eso es lo que pensaba él. Era alto y delgado, tenía el cabello n***o y un poco largo, le llegaba a los hombros, sus ojos eran azules como los de su mamá.

Aunque Jeremy hubiera preferido haber tenido los ojos de su padre, no se quejaba por lo que le había tocado. Era muy parecido a su mamá.

Annie en cuanto despertó, se levantó y recogió su cabello para ir rápido a desayunar. Abajo se encontraba su familia, su papá, mamá y su hermano menor Edward.

Edward en cuanto vió a Annie entrar a la cocina, llamó a Miriam, su mamá la cuál cocinaba sin ganas, se miraba cansada y fastidiada.

Edward: Mamá — mira a su madre que le da la espalda y ella lo ignora. Vuelve a llamarla pero esta vez levanto la voz al ver que no le hacia caso— ¡Mamá!

Miriam: ¿Qué pasa Eddie? — voltea a ver a su hijo sin nada de energía.

Edward: Necesito dinero para salir. — quería que su madre le pidiera dinero a Annie, había días que solo quería molestar a su hermana.

Miriam: Sabes que no tengo, tu padre...— Aarón levantó la mirada de su periódico matutino cuando escucho a su esposa hablar— N...no tenemos dinero cariño. — intentó evadir la mirada de su esposo.

Edward: Pero, Annie trabaja ¿No?

Annie: No creo poder prestarte, hoy tengo que pagar el recibo de la luz porque al parecer nadie lo pagara. — saca lo necesario para poder prepararse un plato de cereal.

Aaron: No es mucho lo del recibo de la luz, podrías prestarle a tu hermano. — su padre se mostraba serio.

Annie: Haz cuentas. El recibo de la luz, lo que gasto para el taxi, el dinero que le doy a mamá porque tu sueldo desaparece y "nunca tienes". — hubo un silencio incómodo — No creas que gano una millonada como mesera en un bar; yo también tengo necesidades.

Aaron: No te cuesta nada darle a tu hermano. — la mirada fría de Aaron le ponía los pelos de punta a Annie.

Annie: Solo tengo veinte años, y tengo que ser la que mantenga esta casa, la que pague los recibos y además de eso ¿tengo que darle dinero a tu hijo porque no tienes dinero para darle ni a él ni a tu esposa? — el silenció se rompió cuando Aaron golpeo la mejilla derecha de Annie.

Aaron : Es mejor que subas a tu habitación si no quieres otra respuesta.

Annie con los ojos cristalizados se levantó sin siquiera comer, dejando el plato en la mesa.

Aarón: ¡Demonios! Eres una mujer y ¿no sabes que debes levantar tus trastes? — Annie regreso, levanto el plato y lo dejó en el lavavajillas.

(...)

Después de esa escena, Annie se levanto el animo a si misma , no quería arruinar su cita con Jeremy , tal vez el podría ser su hombre ideal y ayudarla salir rápido de todo eso.

En su closet encontró un vestido blanco que solo usaba en ocasiones especiales y unas zapatillas color lila. Entro a la ducha, luego se vistió y maquillo como a ella le gustaba.

Cada segundo se miraba en el espejo y hacía caras raras, hablaba sola frente al espejo imaginando un diálogo con Jeremy.

Había hecho todo muy temprano ya que era su primera cita (normalmente rechazaba todas, pero esta era la excepción) Jeremy era el hombre más guapo con el que se había topado, o al menos eso creía y no rechazaría a ese hombre por todo lo que la había hecho sentir en una noche, y eso que ni siquiera había tenido sexo con él.

Era el partido perfecto.

Esperó un poco y miraba cada 5 minutos su celular, hasta que escucho a su hermano gritar su nombre.

Edward: Oye Annie ,te buscan en la puerta. — al escuchar eso bajo casi corriendo, cuando llego empujo a su hermano a un lado mientras él la fulminaba con la mirada.

Annie: Hola — sonrió al ver a Jeremy parado en el marco de la puerta — ¿Nos vamos?

Jeremy: Claro. — dieron la vuelta sin despedirse, Jeremy le ofreció su brazo para acompañarla hasta su auto rentado. Abrió la puerta del auto y Annie se sonrojo porque nadie había hecho eso antes, subió al auto y Jeremy cerró la puerta y rodeó el auto para subir — Tengo que decirte que estas hermosa. —le regala una sonrisa.

Annie: Tú no estas nada mal. — se pasa un mechón detrás de su oreja — Conozco varios lugares lindos ¿A dónde quieres ir?

Jeremy: En realidad déjame invitarte a comer. — guiñó un ojo y encendió el auto.

Annie: Me dijiste que no conocías la ciudad — afirmo ella algo asustada, temía que realmente fuese un loco que la quería s********r y se sintió nerviosa.

Puso ambas manos sobre sus rodillas y miro por la ventana.

Jeremy: Fue un pretexto para invitarte a salir. — volteó a verlo y sonrió muy nerviosa — Es que me gustaste mucho. — aunque le dijera eso, su inquietud no bajaba.

Annie comenzaba a creer que había Sido mala idea salir tan rápido sin primero haber hablado una semana por teléfono o mandando mensajes. La joven le sacaba plática para calmarse. Le contaba sobre su trabajo y cosas que pasaban de vez en cuando.

Jeremy entro a una zona a la que Annie no había entrado antes, era una de las mejores zonas que había en Sevilla.

Jeremy bajó del auto y abrió la puerta de Annie, ella le agradeció y miró el lugar, se sintió un poco apenada porque la ropa que traía no era la adecuada para un lugar así de bonito.

Jeremy le ofreció el brazo y entraron. Se acercaron a recepción y él ya tenía una reservación así que los llevaron a la mesa.

Tomaron asiento y en seguida le dejaron los menús.

Jeremy: ¿Qué vas a tomar? — preguntó sin dejar de mirar el menú.

Annie estaba nerviosa, no sabía que pedir de tomar, pero vió algo que la salvó, jugo de naranja con fresas y nuez, le pareció muy extraño pero se atrevería a pedir algo nuevo aunque eso fuera algo de desayuno.

Mesero: ¿Les ofrezco algo de tomar?

Annie: Quiero esto. —le señalo el jugo del menú y el joven anoto el pedido.

Jeremy: Tráigame lo mismo. — el mesero se va y los deja— ¿Tienes novio?

Annie sonríe y baja la mirada.

Annie: Bueno, si tuviera pareja no estaría aquí contigo ¿no crees? —levanta la mirada y sonríe de nuevo.

Jeremy: Tienes razón. Cuéntame de tí.

Annie: Ya te he contado un poco de mí cuando veníamos para acá.

Jeremy: Me contaste sobre tu trabajo, pero yo quiero saber de tí.

Annie: Bueno, es que mi vida es mi trabajo. Cuando no estoy trabajando, estoy dormida. En mis días libres me gusta comprarme mascarillas o a veces voy a comprar cosas que hacen falta en casa... Pero no tengo mucha vida social, mis amigas son del trabajo, por fuera no tengo amigas. — se escuchó y le dió pena — Vaya, eso sonó muy triste. — ríe y Jeremy igual.

Jeremy: Sí, sonó muy triste. — les ponen las bebidas en la mesa y el mesero pregunta si van a ordenar, pero Jeremy pide un poco más de tiempo. Annie se toca el estómago, ella no había comido nada — Pero supongo que tienes metas y ambiciones, no siempre vas a quedarte a trabajar ahí.

Annie: Claro, me gustaría estudiar algún día, quisiera ser abogada y trabajar en algún despacho. Vivir sola. Casarme algún día.

A Jeremy se le iluminaron los ojos cuando le menciono casarse.

Annie: ¿Qué me cuentas de tí?

Jeremy: Soy de Estados Unidos, estudie administración de empresas, soy soltero, no tengo hijos. Hablo español desde que tengo diez años. Algún día me gustaría casarme, tener hijos y vivir en Francia.

Annie: Eso suena muy lindo. — le regala una sonrisa mientras menea su jugo con el popote.

Jeremy: Solo estoy buscando a la mujer ideal.

Annie le da un sorbo a su jugo y nota que esta muy bueno.

Annie: Jeremy... ¿Podemos ordenar?

Jeremy: Claro, debes tener hambre ¿cierto?

Annie sonríe nuevamente, se sentía muy feliz de estar en esa cita. El miedo se había ido y se sentía tranquila de nuevo, aunque nerviosa de estar en compañía de él.

Mira el menú y se siente perdida, pero mira a Jeremy. Pediría lo mismo que él, haría exactamente lo que él hizo cuando pidió su jugo.

Jeremy: ¿Qué vas a pedir? —le pregunta cuando el mesero llega.

Annie: Primero pide tú. — mira por encima del menú a su cita.

Jeremy: — levanta su vista también y sonríe, aunque solo se podían ver sus ojos, ambos sabían que estaba pasando.— Quiero el Tomahawk, tal cuál está en el menú.

Annie: —mira al mesero— Quiero lo mismo, por favor.

Jeremy: Y también una botella de vino tinto.

Ambos se miraron a los ojos y Annie soltó una pequeña carcajada.

Jeremy se sentía cómodo estaba precipitando todo, pero sentía que había encontrado a su cómplice.

Al final de su cita Jeremy llevo a Annie a su casa.

Jeremy: Bueno, creo que nos seguiremos viendo ¿No es así?. — ahora si estaba nervioso porque no sabía cual sería la respuesta de Annie.

Annie: Eso me encantaría . —sonrió y se acercó a su mejilla para darle un beso— Gracias por la cita. — dió la vuelta y Jeremy espero ahí parado para que ella entrara a su casa.

Annie se fue a su habitación y corrió hasta la ventana para ver si Jeremy ya se había ido, pero no, él seguía ahí.

Annie se alejo de la ventana en cuanto vió a Jeremy irse. Se quitó la ropa y se puso una camisa holgada y fue al baño para lavarse los dientes y desmaquillarse, estaba muy contenta, tenía mucho que no se sentía tan bien.

Si las cosas no funcionaban con Jeremy (lo sabía, estaba pensando en algo serio demasiado pronto, pero no podía evitarlo, no podía evitar ser tan intensa) nunca olvidaría esa noche tan linda.