—tu también me gustas mucho, desde la primera ves que te vi, pero soy el enemigo, y aún logres que los tuyos no me maten los de mi organización lo...
—¡bastaa!, no voy a dejar que nadie te haga daño, me gustas mucho y no quiero perder lo que siento por ti,—dijo Alexander,
—es inevitable, vendrán por mi porque era el capricho del hijo del jefe, no me dejara ir tan fácil,
—¡entonces tendrá que enfrentarse a mi!, porque yo tampoco te dejare ir tan fácilmente,
—¡quiero besarte pero te dolerá!,
—solo besa me despacio,—respondió el joven y leo lo beso con mucho cuidado,
—es hora de salir del agua, te voy a traer ropa limpia, leo se dirigía a su habitación para buscar ropa limpia y justo se cruzo con Alexander,
—leo necesito que vegas a mi despacho personal, tengo que resolver algunos a
