Venecia no sabia que pensar, era todo tan confuso en su cabeza, era demasiado el daño mental y físico, no estaba en sus cabales, no estaba en sí, el daño era irreversible, pero no podía solo ir a casa, su padre no era de confianza porque era maldito que solo le importaba el dinero y nada más,
—¡señor tiene que ver las noticias!,—grito leo, que corrió hasta el despacho personal de Alexander, saco su tableta y le mostró,
—¿que sucede?,—pregunto Alexander y miro la tabla en donde salía la noticia de que el padre de Venecia se iba a separar del padre,
—¡bien esta es una buena noticia!,—respondió Alexander y Venecia pasaba por ahí y escucho que estaban hablando de algo importante pero no sabía con certeza de que,
se pego a la puerta para oír de que estaban hablando,
—¡el plan funcionó m
