—¡leo presta atención!,—dijo Alexander,
entraron a la mansión y buscaron por todos lados,
—¡señor no ahí señales del ella ni de nadie!, en la mansión esta abandonada,—dijo leo,
empezaron a buscar pistas por todos lados,
—¡maldita sea otra vez no!,—grito Alexander de frustración y pesar, no quería sentir que estaba perdiendo a alguien más,
—voy a encontrarla cueste lo que cueste, no voy a volver a perder a nadie más,—dijo Alexander,
—¡vamos retíresen!,—grito Alexander y volvieron a la mansión,
—solo ahí una persona que podría ayudarme,—le dijo Alexander a leo,
—¿habla de ella?,—pregunto leo,
—si, es la única que me podría ayudar,—Alexander va en busca de esa persona para que lo ayude a buscar a Venecia,
—¡hermano!, hace tiempo que no te veo, hace unos días vine al país,—d
