—¿en donde estoy?,—me pregunto cuando abro los ojos y estoy en el hospital,
—despertaste,¿como te sientes?,—me pregunto kai que justo entraba en la habitación,
—¿te duele el vientre?,—me pregunto,
—me duele mucho, realmente me duele, ubiera preferido morir que seguir en esta pesadilla,—le respondi,
—entiendo lo que sientes, en verdad lo siento,—me dijo mientras mira sus manos, y so se que el me entiende, mi padre prácticamente le hizo vivir en carne propia todo lo que Alexander me hizo vivir a mi,
—¿puedo irme?,—le pregunte, ya que Alexander me dijo que si yo lo decía podía irme y no me detendría,
—realmente no lo se,—me dijo,
quisiera llamar y hablar con ese maldito desgraciado pero tengo mis manos atadas para que no pueda lastimarme,
—¿puede preguntar por favor?,—le dije a
