Al final de la tarde, Walter notó como en las afueras de la empresa se congregó un gran número de reporteros, todos esperaban por él, todos estaban expectantes a lo que Walter diría.
Incluyendo a Tabitha.
Fue lo que pareció un día largo, lleno de emociones encontradas, y todos los problemas de Walter desaparecieron, pues solo había una sola cosa en la cual enfocarse, el pequeño heredero que venía en camino.
Walter no podía dejar a Tabitha a la deriva, no después de todo lo que habían pasado juntos, después de tantas promesas y tanto tiempo de esperar, mucho menos ahora que ella esperaba un hijo de él.
Quizás el padre de Walter había hecho una jugada que él no esperaba, pero eso no significaba que no se la pudiera voltear, Walter ya había tomado una decisión, vendería la empresa y crear
