Llego a mi oficina ignorando la mirada de los que trabajan en el mismo piso y siendo seguida por mi guardaespaldas, quien tiene la amabilidad de cerrar después de entrar.
- Tengo una reunión en unos minutos en donde Aaron debería estar presente pero no lo estará por instruir a los que ocuparan esta nueva área de vigilancia informática – le informo dejándome caer en el asiento, pero solo me permito descansar un poco.
- ¿Qué debo hacer? – se encuentra con la espalda enderezada y con las manos en la espalda. Me pregunto cómo se verá vestido de camuflaje, seguro el verde se le debe ver muy bien. ¿Tendré alguna vez la oportunidad de verlo con uniforme?
Suelto un suspiro obligándome a dejar de pensar en esas cosas, no es el momento ni el lugar, concentración.
- Quiero que estés con él y aprendas también, no serás parte de ese equipo, pero si me gustaría que les eches un vistazo de vez en cuando, uno nunca sabe quién te apuñalará por la espalda y ciertamente no conozco ni la mitad de esas personas, no me deben nada, no los frena nada.
- Dijiste que confiabas en que ellos no te venderían – suspiro nuevamente, cansada de todo este asunto.
- Lo dije, pero es difícil depositar tu confianza en las personas ¿no crees? Ahora, hacerlo en tantas es definitivamente un error. Nadie termina de conocer con quienes conviven, podrían salir con cualquier cosa, es un riesgo que tomar, y es algo que definitivamente no haré cuando se trata de desconocidos.
Él se queda callado por unos segundos, analizando mis palabras y supongo que dándome la razón porque termina asintiendo.
- ¿Entonces por qué dijo esas palabras?
- Una parte es cierta, le confiaría mi vida a Josh y es por eso en que creo en ti y en Rodrigo, pero no los conozco del todo, no sé qué tan ciertas serán sus decisiones cuando se trata de elegir quien trabajará a su alrededor, pueden tener una baja percepción de las personas o solo equivocarse.
- Tiene tanta fe en Josh que confía en nosotros dos – asiento firmemente esperando que eso sea suficiente para responder sus dudas porque no hay manera en que pueda ahondar en el tema, no ahora.
- Ya iré a la reunión, como te dije, quédate con Aaron, empápate de información y vigila con cuidado a esas personas, quiero descartarlos a ellos primero antes de ir a las otras áreas con su ayuda – me pongo de pie tomando nuevamente mi cartera.
- ¿No cree que podría estar entre esas personas? – me encojo de hombros y me acerco a la puerta.
- Puede ser cualquiera que sepa meterse en las oficinas y pueda usar uno de los equipos – me detiene tomando mi brazo, causándome una pequeña corriente que me deja un cosquilleo.
Impresionante, y osado también. Volteo a verlo a los ojos y no sé si fue un impulso del que no se pudo frenar o asume que actuó indebidamente, quizás solo sintió lo mismo que yo, pero me suelta con rapidez.
- Lo siento, pero ¿no cree que debería acompañarla? – no sé de donde está saliendo esta repentina preocupación cuando parece odiarme, Aunque mantiene la misma seriedad de siempre. Que boba, seguro solo es cuestión de hacer bien su trabajo.
Este último pensamiento me pesa un poco pero como puedo lo dejo de lado tan rápido como me pasó por la mente. Sin embargo, encuentro raro que en la mañana me viese con rencor y ahora lo haga con inquietud.
- No te preocupes, así todos lo sean, no me saltaran encima. Puedes ir y hacer lo que te pedí y en cuanto termines vas conmigo – sin más salgo de la oficina dejándolo ahí preparada para enfrentarme a esa gente con una sonrisa y hacer como si el problema fuese pequeño.
*POV Elijah*
Sin saber porque me irrita tanto el hecho que ella entre sola a ese lugar sin saber si esas personas son de fiar o no, me encamino hacia la primera sala a la que llegamos esta mañana, en donde fuimos avisados de lo que se hará a partir de ahora.
Entro gracias a la tarjeta que se me fue dada y sin hacer ruido escucho atentamente todo lo que tiene por decir el rubio que trabaja lado a lado con mi jefa.
- De esta manera podemos ver si es un movimiento común o no, también estaremos esperando informes cada dos días para que en caso de que haya otro percance actuar a tiempo – él empieza desde su computador a estudiar la gestión de algún equipo de la empresa, siendo su pantalla proyectada y dejándonos ver los pasos a seguir.
Me desconecto de su explicación y le presto atención a cada una de las personas en la sala, todos con una libreta en manos, algunos se ven algo complicados y se inclinan al más cercano supongo que a preguntar, pero nada que me llame la atención.
- Somos pocos y nosotros contamos con más de doscientas personas trabajando en áreas administrativas, por lo que me temo que las jornadas serán más largas hasta que se descubra que está pasando y podamos contratar personal autorizado para ocupar estos puestos.
Me impresiona que sean tantas cuando solo tienen cuatro pisos funcionando, Sí, son grandes, pero no pensé en esa capacidad, supongo que subestimé la marca de la muñequita.
- Pensé que tendrían ya a alguien que cubriera esto – me dirijo al rubio una vez termina la pequeña clase exprés y salimos del lugar.
- Somos relativamente nuevos, solo tres años, todavía estamos aprendiendo y cubriendo necesidades – me habla con amabilidad, una parecida a la de la castaña cuando se dirige a ciertas personas.
- ¿Por qué no actuar antes? – recuerdo que ella comentó que ya ha pasado un tiempo, lo que me confunde un poco.
Él suelta un suspiro pesado y se detiene antes de voltearse en mi dirección.
- Venus quiere sentirse independiente, tanto que me parece absurdo, ella no está sola, ya no, pero igual le gusta hacer las cosas por su cuenta sin pedir ayuda, fue por eso que aguantó tanto tiempo y tantas cosas antes de contratarte y por eso es que ha esperado para buscar quien la ayude a encontrar al culpable de esto.
- Porque no pudo hallar por su cuenta a esta persona – asiente a mis palabras dándome la razón.
- Ambos lo intentamos, yo tengo las herramientas, como podrás haber visto, pero son muchas personas que monitorear y nosotros solo dos con poco tiempo libre – retoma su camino y yo con él, sabiendo que se dirige hacia dónde está mi provocativa jefa.
Él pasa la tarjeta y entramos al lugar interrumpiendo a una menudita pelirroja que parecía estar temblando bajo mirada verde de la dueña del piso sobre el que está de pie.
- No estoy segura, pero eso es porque no me estoy creyendo nada de lo que dices – el rubio toma asiento a su lado en silencio, mientras que yo me quedo de pie a sus espaldas, curioso por lo que está pasando.
La mujer de unos pocos veintes, quizás de la edad de la jefa, parece estar pronta a llorar.
- Es-es que – se aclara la garganta intentando buscar fuerzas – Pienso que este diseño seria innovador, algo que no habíamos probado nunca – veo los bocetos a sus espaldas y me hace reforzar el pensamiento de que nunca entenderé la moda.
- Eso no es nada que usaría una mujer un día normal para ir a su trabajo, para salir de paseo ni en una alfombra roja – toma los papeles que tiene al frente ojeándolos rápidamente antes de desecharlos nuevamente.
- Pero me basé en lo que se está viendo en las ultimas pasarelas, las más grandes marcas están usando diseños parecidos en este.
- ¿Te estas basando en las ideas de otros para mis prendas? – la pelirroja cierra la boca y noto como tiembla un poco – Afrodita es una marca que se encarga de proporcionarles a las mujeres belleza, comodidad y elegancia, cosas que no consigo en ninguno de tus diseños.
Es ruda, mucho, también prepotente, con solo levantar su barbilla puede hacer sentir a todos los que están frente a ella como unos seres inferiores. Me molesta esa actitud.
- Intenté agregarle funcionabilidad al diseño, por a-aquí puede ver un-unos bolsillos – intenta señalar, pero parece ni ella conocer muy bien su diseño.
- Detente – le pide
La pelirroja efectivamente deja de hablar y vuelve a sentarse cabizbaja, incluso la veo limpiar su mejilla y es cuando me pregunto si hubo necesidad de actuar tan mal, de no utilizar más tacto o algo por el estilo.
A veces tiene actitudes que me hacen dudar, pero luego veo cosas de este estilo y refuerza mi pensamiento sobre que es una niña que solo sabe ordenar y exigir.
- Afrodita se trata de la imagen de una mujer segura de sí misma, una que es hermosa y lo sabe, que está con la barbilla en alto y representa orgullosamente quien es, que hace y sus ideas. Si quieres mostrarme un diseño debes hacerlo con seguridad, puede que sea malo o puede que sea bueno, pero si no tienes convicción no lograras convencerme – habla con crudeza no solo fijándose en ella sino en las otras cinco personas en la habitación.
>> Parar mañana en la tarde quiero que vuelvan con nuevos diseños, quiero versatilidad en colores y telas, también elegancia. Pueden marcharse – todos salen como animales asustados, en fila y cabizbajos.
- Ellos son nuevos, tranquila, me encargaré de pulirlos – comenta su socio una vez sale el ultimo cerrando la puerta a sus espaldas.
- Lo sé, tienen visión, pero les falta fuerza, la chispa – suelta su cabello y masajea sus cienes.
Supongo que me retracto un poco de lo que pensé antes, si fue muy ruda, pero parece genuinamente agotada y preocupada por el futuro de ese grupo.
- Siéntate un momento, también debes estar cansado – murmura hacia mí, pero sin voltear completamente a mi dirección.
Obedezco, pero solo por educación. Estuve en la guerra por años, estar parado medio día o caminar de un lado a otro no me resulta una verdadera molestia.
- ¿Qué pasa con el asunto de las telas y colores? ¿hubo otro problema en inventario? – ella niega suavemente y vuelve a levantar la vista más despabilada.
- No, ya todo está listo, después de la siguiente reunión iré a revisar y quiero que empiecen a trabajar a máxima potencia, quiero supervisión estricta a la fábrica y no quiero ni un solo error, nos queda un mes, ya nos hemos retrasado lo suficiente.
Se pone de pie y la sigo junto con su socio.
- Ya comenzará la siguiente, esta será más molesta todavía – masculla una pequeña queja hacia las matemáticas y sale del lugar para entrar a la sala continua.
Supongo que subestime mucho su vida de muñequita afortunada, pero aun así creo que es algo presuntuosa.
*POV Venus*
No veo el momento en que este día acabe y todavía tengo que hacer las entrevistas. Muero de hambre, de estrés y quiero dormir muchas horas.
- Hay veinte personas – gimo en protesta al escuchar a Aaron. No puedo creer que hayan llegado tantas cuando el comunicado se lanzó ayer – Te entiendo, son muy pocas.
- Demasiadas – le corrijo.
- Pocas, estamos hablando de un puesto como secretaria en Afrodita, si no la consigues hoy tendremos que hacer otra ronda mañana – me rehúso, es hoy o no tendré ninguna.
Con una seña le pido comenzar de una vez por todas y tomo asiento sintiendo como el guapo hombre de la guerra se queda a mis espaldas. No sé si son ideas mías, pero lo siento más alerta que ayer.
- Tanya Maraj, treinta y cinco, graduada en administración, experiencia en cosmetología, trabaja desde los diecisiete – Aaron lee la primera ficha que tiene en las manos mientras se sienta a mi lado, al terminar de hablar pasa una mujer morena con atributos enormes, cintura pequeña y una sonrisa brillante.
- Soy Tanya, pueden decirme Nía, un placer conocerla – se acerca a tomar mi mano y ya con su entusiasmo me está agradando mucho, me parece una persona transparente a primera instancia.
- Un gusto Nía ¿por qué te gustaría trabajar aquí? – se sienta cursando sus piernas, peina su largo y lacio cabello con elegancia y le guiña el ojo al hombre a mis espaldas. Sutil.
- Es Afrodita y no cualquier puesto, sino como secretaria de Venus Harlow, no podría desaprovechar esta oportunidad, de hecho, diría que es una señal que el puesto saliera disponible justo después de haber renunciado – a pesar de su entrada tan carismática y el gesto del final que podían dar una imagen errada, o no, de ella, al comenzar a responder lo hace con seriedad y seguridad.
- ¿Por qué renuncio a su anterior trabajo? - ignoro el papel frente a mí, me enfoco en ella, en sus gestos y en estudiarla, me parece una mujer autentica y eso también añade puntos.
- Porque mi trabajo era infravalorado, los demás trabajadores hacían menos y eran aprobados cuando yo debía esforzarme el doble para no ser amonestada – entiendo, lo sufrí mucho al inicio, pero ahora son ellos los que tienes que gritar para que sean escuchados por mí.
- Me gustas – Aaron abre los ojos con sorpresa y me voltea a ver, sabe lo que haré y no le agrada mucho – Te daré un par de semanas de pruebas, no más, me gusta el trabajo rápido, la eficiencia y la calidad, espero puedas seguirme el paso.
La mujer me muestra una sonrisa con todos sus dientes y asiente.
- Por supuesto que sí – exclama y se despide educadamente antes de salir, sin embargo, me sorprende un poco cuando escucho una exclamación detrás de la puerta. Ella luce como alguien explosiva y espontánea.
- Ni siquiera le diste la oportunidad a los demás – sacudo la mano para que deje de discutir y tomo mis cosas para salir de ahí.
- Mis disculpas, pero ya hemos seleccionado a una candidata, espero comprendan y tengan una buena semana, nos vemos – me comunico ligeramente con las demás personas que estaban esperando su entrevista y sigo mi camino hacia el ascensor.
Tanya me inspira seguridad y como mencioné anteriormente, mi instinto nunca falla cuando se trata de evaluar a la gente. Ahora solo queda ver si sabrá llenar las expectativas.