- Oh por el amor al cielo – llevo las manos a mi cabeza esperando que un milagro ocurra y me salve de esto. - No quería aceptar sin su aprobación, pero me amenazó con despedirme si no le informaba y luego colgó – Nia hace una mueca y se remueve en su lugar. Pobre, tratar con Amanda no es fácil, solo es otra víctima de mi madre. - No te preocupes, no puede despedirte. - Pero usted sí, si quiere intento llamar nuevamente y… - hago un gesto con la mano para que se detenga e intente despreocuparse. No hay manera en la que ella pueda decirle que no a mi mamá sin ganarse un monologo de su parte, uno extenso y tedioso en donde clasifica a las personas de una manera algo insulsa. - No, no te preocupes, por suerte tenía ese tiempo libre – con un suspiro levanto el teléfono y marco a la extensió