Había un silencio sepulcral en la mesa, creo que todos estábamos a la expectativa de lo que fuera a pasar, tenía la vista fija en L por si abría la boca y decía algo de más.
Jared a mi lado no perdía detalle todo lo que hacía, creo que me ponía más nerviosa su mirada que la de X.
- La comida te quedó deliciosa – S sonreía como si le fueran dado un premio
Yo en particular no tenía apetito, solo removía la comida de mi plato con el tenedor esperando que todos comieran para irme a mi cuarto.
- Es de mala educación jugar con la comida – detuve el movimiento de mi mano para ver a S con una ceja alzada
- No de tu incumbencia los modales que tenga en la mesa – me sonrió de manera hipócrita
- Come, no puedes dejar de comer en la situación en la que estamos – X señalaba mi plato esperando que empezara a comer
- No tengo hambre – se inclinó en la mesa quitándome el plato picando la carne y sacando del plato pasando al suyo lo que no me gustaba
Jared a mi lado miraba incrédulo la situación.
- ¡Que romántico! No sabia que eras tan atento con tu hermana – carraspee poniendo una mano en su pierna debajo de la mesa para que se callara
X dejó de cortar la carne para verlo a él.
- ¿Tienes algún problema con eso? – le pellizque la pierna cuando vi que estaba a punto de hablar – eso pensé – Jared estaba inquieto tratando de quitar mis manos de sus piernas para soltarle más de un insulto a X
X me tendió el plato mientras me sonreía satisfecho por lo que había hecho, asentí en agradecimiento viéndome obligada a comerlo. Suspiré viendo el plato aun sin tocar, odiaba comer obligada.
- Si no tienes hambre te puedo preparar otra cosa que te guste, tal vez un té, si no tienes apetito – me sorprendió que Jared se ofreciera a hacer algo así por mi
- No es necesario, ella se va a comer lo que se le preparó – pase una mano por mi cara tratando de no estresarme ante la disputa de estos dos
Todos empezaron una conversación ignorando lo que estaba pasando.
- Ella no es una marioneta que manipulas a tu antojo – estaba en cuenta regresiva
- ¡Ja! Como si fueras realmente parte de nuestro equipo – quite la mano de mi cara viendo a X con el corazón en la boca por la metida de pata
- ¿Qué dijiste? – Jared se levantó de la mesa ocasionado que la silla se fuera para atrás silenciando a todos en la mesa
X se levantó golpeando la mesa.
- ¡Lo que escuchaste! Tu no eres… - me levante moviendo la silla a un lado antes de que arruinara mi plan
- ¡Ya basta los dos! ¿Qué les pasa? ¿son unos niños? ¡Compórtense como los hombres que son! Estamos en un país que ni siquiera conocemos siendo perseguidos por unos lunáticos que quieren nuestra cabeza y ustedes están discutiendo por una trivialidad sin sentido, ¡son unos idiotas! – respiraba agitada ante la adrenalina por el enojo y el miedo
- Lo siento – me voltee a ver a Jared volteándole los ojos
- Ahórratelas, no necesito tus disculpas – me fui esquivando las sillas en el piso ignorando a todos
Trabaje tanto para que Jared creyera que era parte de este equipo, usando a mi propio beneficio su amnesia para que todo se fuera a la basura en cuestión de minutos.
Cerré la puerta con fuerza antes de pasarle seguro, estaba al borde del colapso, desesperada de que la verdad que tanto ocultaba se quedará así, oculta y enterrada en el olvido.
Abrí la gaveta sacando el arma y cargándola, necesitaba aire fresco, me volvería loca en estas cuatro paredes, me puse el abrigo abrochándolo junto con las botas. Abrí la ventana viendo la altura de mi habitación al piso cubierto de nieve, me subí al marco tomando impulso, estaba meditando el saltar cuando varios golpes en la puerta atrajeron mi atención, ¡que se jodan! Sin pensarlo más salte, cayendo de rodillas, me coloque la capucha sacudiendo mis rodillas, corrí colina abajo con el arma en la mano, la guarde en la cinturilla del pantalón ocultándola con el ancho abrigo.
Corrí hasta llegar al pueblo, estaba apenas anocheciendo por lo que hacía gente transitando por las calles, me cubrí un poco la cara tratando de pasar desapercibida, llevaba más de 20 minutos caminado sin rumbo con las manos en los bolsillos del abrigo para darles calor.
Vi en la lejanía un bar abierto, me acerqué con cautela, entre atrayendo la mirada de varias personas, me dirigí a la barra sentándome en el primer asiento vacío que vi.
Necesitaba que el alcohol se adueñara de mi sistema, pedí al de la barra lo más fuerte que tenían, una bebida que prácticamente me quemaba la garganta era mi acompañante.
Los primeros tragos fueron fondo blanco, después de casi media botella ya sentía un leve mareo, varios hombres se me acercaban para coquetearme, los ignoraba bebiendo directo de la botella, lo que menos me importaba era tener un revolcón con todos los problemas que tenía encima. La música de un DJ se adueñó del ambiente y de mi cabeza, antes de que me diera cuenta ya estaba bailando sobre la barra con una multitud de público, me sentía en las nubes, me costaba enfocar la vista, era como si no fuera yo misma, no sé en qué momento tenía a varios hombres toqueteando mi cuerpo. Me faltaba fuerza en el cuerpo, tenía demasiado calor, la ropa me estaba sofocando.
Todo me daba vueltas, creo que esa botella tenía algo, nunca me había sentido así.
Aparte la mano de uno de los hombres cuando quiso desabrochar mi abrigo, mire mejor a mi alrededor tratando de enfocar la vista, estaba metida en un callejón ¿Cómo mierda llegué aquí? Mire a los tres sujetos que estaban intentando quitarme la ropa, pero no podían por lo inquieta que estaba.
- ¿Dónde estoy? – arrastraba las palabras con cada oración
- Eso no importa, tranquila te prometo que te vas a divertir – estaba forcejeando con los botones, le aparte de nuevo la mano
- Tengo que irme, no me siento bien – el cuerpo me pesaba, sentía las gotas de sudor rodar por mi frente y espalda
- Quédate quieta muñeca – uno detrás de mi besaba mi cuello, estaba ahogada de tener tantas personas sobre mi
- No suéltame, me tengo que ir – otro apareció sujetándome de la cintura impidiendo que me moviera - ¡que me suelten! – Empuje al que tenía enfrente
Me faltaba la respiración, veía puntos negros y no podía enfocar la vista, estaba desesperada de no saber qué era lo que me estaba pasando.
Patee al que tenía atrás, a cambio el que estaba a mi derecha me proporcionó un golpe en la mejilla que me desestabilizo enviándome al piso.
- Escucha si te portas bien prometo no hacerte daño, no seas tan perra y quédate quieta – me pase la mano por la comisura de los labios viendo mis dedos manchados del líquido carmesí
- Solo los maricas golpean mujeres – solte una pequeña risa haciendo el máximo esfuerzo para ponerme de pie nuevamente
Me sostuve de la pared caminado en sentido contrario a ellos, antes de que me alejara lo suficiente me sujetaron del cabello enviándome al piso de nuevo, me queje al recibir el mayor impacto en mi trasero.
- Esto no fuera pasado si hicieras lo que nosotros te dijimos, a ningún hombre le gustan las perras engreídas – me reí ante las estupideces que decían
- ¿Quién te dijo que eras un hombre? – le escupí apenas se me acercó para besarme
Una patada en mi abdomen me hizo perder el aire doblándome por el dolor.
- Te mostraré lo que es un hombre – escuche como se desabrocho el pantalón
Me pensaban violar entre los tres de eso no había duda, por más que tratara de forcejear no contaba con la fuerza suficiente para apartarlos de mí, cuando lograron romper los botones de mi abrigo patalee con más fuerza, estaba luchando en no caer en la inconsciencia, me sentía mareada las arcadas por las ganas de vomitar se hicieron presente, sus manos sobre mi cuerpo me daban asco, cuando sentí que estaban por desabotonar mi pantalón alguien me los quito de encima, me voltee en el piso agarrando mi pecho en busca de aire, me estaba sofocando, desesperada para que el aire entrara en mis pulmones, aire que no conseguía respirar por no acordarme como.
Escuchaba a lo lejos el jaleo de varias personas peleando, cuando uno de los sujetos que intentó abusar de mi cayo a mi lado me aleje, con las manos en el asfalto logre hacer el suficiente impulso para ponerme de pie.
- ¿Te encuentras bien? – mire a la persona que estaba a mi lado hablándome, pero su cara era muy borrosa para saber de quién se trataba
- No puedo respirar – abrí mi boca en busca de aire, el pecho lo tenía comprimido
- J necesito ayuda aquí – trate de inclinarme colocando mis manos en mis rodillas para evitar el mareo
Un hombre cayó en mis pies, sujetándome de la pierna, el vértigo se apoderó de mi cuerpo, antes de procesarlo mejor ya había desenfundado el arma y le había pegado cuatro tiros en la cabeza, silencio total fue lo que se escuchó después de las detonaciones.
Me voltee apuntando a los otros dos descargando el arma en sus cuerpos, cuando mire mis pies la sangre me asqueo, me aleje del cuerpo inerte sosteniéndome de una pared vaciando mi estómago, no sé qué mierda fue lo que me dieron, pero me sentía realmente mal, el estómago me ardía, tenía el corazón agitado, la cabeza me pesaba y los pulmones no me querían funcionar como debían.
Antes de que pudiera dar un paso más caí en el vacío, la oscuridad se había adueñado de mí.
[*****]
Las risas de un niño a mi lado me tenían hipnotizada, no sabía porque razón me sentía tan feliz con solo oírlo reír, la grama bajo mis manos se sentía húmeda, como si fuera llovido con anterioridad.
- ¿Quieres jugar a las escondidas conmigo? – asentí levantándome del suelo corriendo cuando él empezó a contar
Había mucho pastizal, parecían cultivos de arroz, me trate de esconder detrás de un árbol, ansiosa por ganar aquel juego.
- 1 2 3 allá voy – tape mi boca tape mi boca para que mi risa no me delatara
Podía escuchar sus pasos acercarse, sus risas al tratar de encontrarme, el sol estaba en su máximo esplendor, pero varias nubes se estaban adueñando del azulado cielo, para convertirlo en un gris opaco.
- ¡Voy a encontrarte! – me pequé más al tronco para evitar que me viera – ¡Emma! ya casi te encuentro, siempre pierdes en este juego – tenía la mano aun en mi boca riendo por lo bajo – ¡aquí estas! – escuche sus quejidos cuando se dio cuenta que se había equivocado
Cuando sus pasos estaban más cerca de donde yo estaba un estallido me sobresaltó, un sepulcral silencio se adueñó del lugar, me asome para ver que sucedía, aquel niño no se veía por ningún lugar, Salí de mi escondite en busca de su presencia.
- Te voy a ganar – grite corriendo entre el pastizal, pero no había rastro de el por ninguna parte – se te acaba el tiempo – me detuve mirando a los alrededores, pero nada, no había ni el más mínimo ruido
Corrí abriéndome paso entre los cultivos de arroz mojando mis pies.
- ¿Dónde estás? ¡No es divertido si tú también te escondes! – seguí caminando buscando con más atención – no es gracioso ¿Dónde estás? ¡Sal! – camine buscando al niño, pero nada
Tropecé cayendo al piso, cuando me intente levantar pensando que una roca fue la causante de mi caída me asuste al punto de gritar con todas mis fuerzas, el niño que estaba jugando anteriormente conmigo estaba tendido en el piso con los ojos abiertos botando mucha sangre de su cabeza, gotas de agua empezaron a caer acompañando mis gritos.
[****]
Me levante sobresaltada, con el cuerpo cubierto de sudor y el corazón acelerado.
Las pesadillas habían vuelto a atormentarme.
- Fue una intoxicación, tuvo una reacción alérgica a la droga que le suministraron – mire a mi lado a las personas que estaba hablando
- Le hiciste el lavado de estómago – M asentía mirando a X
- ¡Despertaste! – me aparte asustada ante la presencia de Jared
- ¡Apártate! - X no logró llegar a tiempo a donde jared
Lo denia debajo de mi cuerpo haciendo una llave, no tenía control de mi cuerpo, estaba en un agujero n***o acabando con todo tipo de amenaza, mi cerebro reaccionaba a la defensiva cuando se sentía en peligro. Su cara se estaba tornando morada, aplicaba más presión para que dejara de respirar.
Sentí como me jalaron de manera brusca, apartandome de Jared, luchaba por atacar pero aunque quisiera tomar el control de mi cuerpo y de mi mente no podía, no era yo misma. vi como Jared cayó de la cama al piso tosiendo con fuerza sujetando su cuello, tenía una crisis nerviosa, gritaba y pataleaba para acabar con todo a mi paso. X envolvió sus brazos sobre los míos haciendo presión sacándome de esa habitación y metiendome en otra aislándome del mundo.
- ¡Tienes que calmarte si no quieres que te inyecte esa mierda que tanto odias! - negué eufóricamente aun presa en sus brazos
- No, ¡No! por favor de nuevo no - clavé mis uñas en sus brazos para que me soltara
- Maldita sea Emma ¡controlate! - me soltó lanzandome al piso verificando el daño que le había causado en sus brazos con mis uñas
Aproveche la oportunidad para salir corriendo de la habitación escaleras abajo, A estaba entrando por la puerta principal, los gritos de X pidiendo que me detengan lo alertaron, no le dio el suficiente tiempo de detenerme cuando ya le había pasado por un lado dándole un golpe directo en la cara moqueándolo.
Corri lo mas lejos que mis pies descalzos podían, estaba temblando por estar descalza y sin ropa de abrigo con esta baja temperatura.
El aire me comenzó a faltar cuando no sabía qué camino tomar, me detuve en medio del bosque buscando un lugar seguro a donde huir.
Se empezaron a escuchar los pasos de las personas que me seguían, cuando iba a huir fue demasiado tarde, me apresaron colocándome una inyección en el cuello.
- Perdoname pero es necesario que te calmes - su voz se escuchaba tan lejana que me costaba reconocer de quién se trataba
[****]
Se escuchaba los lamentos de una mujer, me acerque a ver qué le pasaba, estaba en la esquina de la habitación.
Me resultaba familiar el lugar donde me encontraba, me detuve un momento a ver detalladamente aquella habitación y en las paredes habían cuadros con fotos mias y de un niño, ¡el niño! ¿dónde está el niño que jugaba conmigo? la mujer volvió a llorar más fuerte atrayendo de nuevo mi atención, me acerque a ella agachándome a su altura retirando el cabello de su cara, no me permitia que le viera la cara, tenia a cabeza agachada mirando al piso.
- ¿Porque lloras? - paro de llorar para luego comenzar a reír
Fruncí el ceño sin entender porqué lloraba y luego reía, ¿será que ahora está feliz? me reí junto a ella.
- ¿De que te ries? ¿te causa risa mi desgracia? - pare de reir cuando escuche su voz
- ¿Desgracias? - asintió levantando la cabeza
Me sorprendí por como lucia, la cara manchada de n***o por el maquillaje corrido, su labios mal pintados y sus ojos rojos producto de haber llorado con anterioridad, me sonrió achinando los ojos.
- Mira, me esta saliendo sangre - mire su muñeca, me eche hacia atrás apenas vi la cantidad de sangre que salía de ella, es su otra mano sostenía el cuchillo con el que seguía costando su muñeca abriendo más la herida, me levanté del piso en dirección a la puerta pidiendo ayuda, pero esta tenia seguro, no había respuesta de nadie del otro lado de la puerta, cuando voltee a ver que hacia aquella mujer, me pegue más a la puerta con el corazón acelerado, se estaba acercando lentamente a mi con el cuchillo en la mano y su muñeca izquierda bañando el piso de sangre.
Comencé a gritar más fuerte golpeando la puerta pidiendo ayuda, mientras lágrimas cubrían mi cara producto del susto de que aquella mujer lograra llegar a mi.
[****]
Me levante sosteniendo mi pecho con fuerza, regulando mi respiración secando mi sudor con la sábana que estaba a mi lado.
Solo fue una pesadilla, tranquila Emma solo fue una pesadilla.
Me abrace de las piernas ocultando mi rostro en ellas mientras sollozaba.
No se cuanto tiempo paso, pero cuando me quise levantar me di cuanta que estaba atada de manos y pies a la cama con cuerdas pegadas a los extremos.
- ¿Estas mas calmada? - X ingreso a la habitación con un vaso de agua
- Desatame ahora mismo - negó sentándose en una silla que estaba al lado de la cama - ¡Desatame! - trate de jalar de la cuerda para soltarla pero no podía hacer nada para que cediera
- No puedo soltarte hasta que de verdad compruebe que no tienes otro de esos ataques ¿sabes a cuantas personas trataste de matar? - voltee la cara evitando que me viera - se que es esa época del año, pero entiende tienes que controlarlo, pudiste matar a alguien del escuadrón
Me volvi a acostar viendo la pared.
- Vete, quiero estar sola - lo sentí suspirar colocando el vaso en la mesa de noche - No quiero que nadie entre hasta que yo misma los llame, incluso tu, no quiero verte - cerró la puerta con fuerza mostrando su molestia
Por más que intentara controlar mis ataques, cada vez se me hacia mas difícil, estaba perdiendo de nuevo el control de mi mente... tenía que viajar y encontrar a la única persona que me podría ayudar, aunque eso significara desaparecer del mapa por un buen tiempo.