Dejo flores sobre la tumba del que fue mi hermano por un tiempo, quitando la grama que cubre su lapida, como se nota que Emma no ha venido por un tiempo, este sitio es un completo desastre. Me siento a un lado de ella suspirando, ¿Por qué venir después de tanto tiempo? Esto es una locura.
— ¿Cómo has estado hermano? Yo he estado bien, aunque debo admitir que me estoy volviendo loco, mejor dicho ¡tu hermana me está volviendo loco! ¿puedes creer que se fue a meter a la cueva? — rio sin gracia pasando las manos por mi cara — se la pasaba diciendo cuando éramos niños que la odiaba y que nunca seria parte de eso y ahora ¡mira! La loca de tu hermana está embarazada metida en una puta cueva donde no tengo idea de cómo la sacare — miro el cielo conteniendo las lágrimas — no quiero perderla Emma, no quiero perder a tu nana, y no sé qué rayos hacer para que eso no suceda, necesito que me des una señal o no sé qué mierda, pero necesito tu ayuda, si pierdo a Emma lo abre perdido todo — y lloro, lloro como tenia años sin hacer
Abrazo mis piernas metiendo mi cara entre estas, mientras dejo ir todo lo que atormenta mi alma, no creí volver a llorar nunca en mi vida después de los 14 años, pero heme aquí, con casi 30 llorando por la misma mujer, que patético me volví, que patético me volvió ella. Me dejo ir, dejo que todo salga de mi entre gritos y golpes que van directo a al pasto que me rodea, dejo que todo lo que está retenido en mi cabeza salga, pataleo y maldigo al en voz alta.
Cuando logro calmarme me limpio la cara con el dorso de la mano controlando mi respiración, después de unos minutos ya me siento mejor y puedo pensar con claridad lo que realmente quiero, encontrar la manera de sacar a Emma de la maldita cueva en la que está metida. Me pongo en pie sacudiendo mis pantalones, quitando todo rastro de tierra en él, miro la tumba por última vez antes darme media vuelta y seguir por el camino donde anteriormente había venido, me lo sé de memoria desde los quince años.
Me detengo frente al auto respirando profundo el aire puro del bosque que inunda mis pulmones y logra desintoxicar mi mente, abro la puerta e ingreso no sin antes dar un último vistazo a mi alrededor.
De camino a la base central donde todos se encuentran reunidos pienso en los cálculos y en las miles de ideas que surgen en mi cabeza con la viva imagen de los planos que logre aprenderme de memoria hace unos días, sin duda alguna tendré éxito si logro que todo salga tal como lo planee. Ya en la entrada de la base saco la mano por la ventana para introducir el código de la puerta de la entrada principal, cuando escucho el sonido de desactivación de puerta de metal aprieto ele acelerador, estaciono el auto en el primer lugar que veo disponible, bajo verificando que todos los planos estén ahí, camino hasta la entrada de la baje desactivando todas las puertas con reconocimiento facial para luego introducir la contraseña, que desactivara la alarma de alerta, cuando logro pasar por el umbral de la puerta veo a todos correr de aquí para allá alistando los preparativos para el rescate de Emma luego de su coronación, algunas miradas se centran en mí y pongo mi mejor cara inexpresiva, inclinan las cabezas en modo de saludo que termino correspondiendo, camino entre pasillos hasta que logro llegar al laboratorio que pertenece a Emma, me dejo caer en una de las sillas viendo a M y a P analizando varios de los dispositivos creados por la loca de mi media hermana.
— ¿Cómo va todo? — suelto viendo el sudor que corre por sus frentes
— Jodidos sin duda alguna, aun no logramos descubrir como funciona esta cosa ¿Cómo hacia la teniente para crear estas cosas? Dudo que esto sirva para algo, llevamos más de cinco horas haciendo intentos fallidos buscando la manera correcta de que esta cosa funcione, sin que lance humo venenoso o que nos electrocute — un P con ojeras y lleno de sudor habla de manera apresurada
— En conclusión, aun no logramos encontrar la verdadera función de esta cosa, cuando vuelva a ver a la teniente le diré que dejo instrucciones para cada uno de sus locos experimentos — rio viendo como P maldice luego de que la cosa en forma de espera le diera un corrientaso que le puso los pelos de punta
— ¿Hay alguien más aparte de ustedes que sepa cómo hacer funcionar esas cosas sin la ayuda de la teniente? — niegan apartándose del aparato cuando suelta una nube de humo n***o
— La teniente era muy celosa con sus creaciones, dudo que le haya dado la clave a alguien del funcionamiento de estas cosas — asiento pensando en cómo hacer que esto funcione sin su ayuda
— ¿No puedes simplemente preguntarle cómo es que funcionan? Eres el que está más cerca de ella, incluso eres su hombre de confianza — niego pasando las manos por mi cabello
— Dudo que quiera decirme, como tú lo has dicho, es celosa con sus creaciones, capaz y me corte la garganta cuando se lo mencione — ellos me miran y luego suspiran con frustración
— No tenemos casi municiones, ¿Cómo mierda la sacaremos de ahí sin tener armas con las que atacar? — suspiro halando las hebras de mi cabello
Otro problema que debo resolver, conseguir armas y municiones suficientes que nos ayuden a combatir a un ejército de lunáticos.
— Bruce estuvo aquí hace unas horas, pregunto por ti, pero al no encontrarte se fue de nuevo, te dejo el mensaje de que te comuniques con él lo antes posible — asiento pensando en ¿Qué carajos quiere ahora?
—Saldré a llamarlo, no tardo, sigan creando ideas de cómo hacer funcionar toda esa basura — ellos bufan antes de soltar varios insultos que solo producen mi risa
Salgo de la base sintiendo el frio que me congela hasta el alma, me reprendo por no ponerme un abrigo primero y me dispongo a marcar el número que se me de memoria, un tono, dos tonos, cuando ya casi pisa el tercer tono atiende la llamada.
— Hasta que te dignas a llamarme — escucho su voz malhumorada al otro lado de la línea entre quejas
— No sabía que me extrañaras tanto así — una maldición sale de sus labios antes de carraspear y callar por unos segundos — ¿Sucedió algo malo? — carraspea de nuevo y su silencio logra inquietarme
— Sucedió algo esta mañana, alguien entro al castillo maldito sin ser detectado — frunzo el ceño
Que un extraño ingrese a una fortaleza como esa sin ser detectado significa dos cosas, uno; que la ha estado ahí antes y fue expulsado, o dos; es alguien que logro jaquear el sistema y está detrás de algo grande, cualesquiera de las dos gritan peligro.
— ¿Cómo sabes que alguien entro al castillo? ¿Las cámaras captaron algo? — escucho su bufido y por alguna extraña razón mi corazón comienza a acelerar sus latidos
— Las cámaras no lograron captar al intruso, por más esfuerzo que pusieron los guardias no encontraron nada en especial que nos dé una pista de quien puede ser — suelto un gruñido de frustración antes de patear una de las piedras
— ¿Entonces como sabes que alguien entro al castillo? No tiene sentido nada de lo que dices, no puedes estar seguro de algo sin pruebas de ello — suelto enfurecido
— ¡Alguien estuvo aquí! ¡lo sé! Estoy más que seguro de eso, pero por una extraña razón nadie lo vio y ningún sistema de seguridad capto ningún rastro de el — frunzo más el ceño al no entender sus acusaciones
— Entonces como… — me calla abruptamente
— Porque la habitación de Emma estaba echa un desastre, quien quiera que sea quería que supiéramos que está detrás de ella y que nos conoce muy bien — siento que me deja helado con la noticia y me corta todo paso de aire a mis pulmones
— ¡Es imposible! Ese puto sistema de seguridad fue creado por Emma, no hay fallas ni variantes en su estructura ¿Cómo mierda supo desactivar las alarmas y esquivar a los soldados? ¡Esa mujer creo una puta fortaleza impenetrable! Es casi imposible que ese sistema fuera violado, no los mejores hackers han podido descifrar su sistema operativo — me altero jalando mi cabello
— No sé quién haya sido, pero de algo estoy seguro, Emma corre más peligro fuera de la cueva que dentro de ella — niego ante la loca idea de dejarla ahí por más tiempo
— ¡No! Hare lo que sea para sacarla y ponerla a salvo, así tenga que sacrificar mi propia vida por ella, pero no dejare que se quede más tiempo con esa cuerda de psicópatas — doy vuelta de un lado a otro poniendo mi mente a pensar más rápido que una maquina
— Entiendo tu preocupación, yo también estoy preocupado por ella, pero no podemos sacarla de ahí sin saber a qué nos enfrentamos realmente — suspiro cansado, mi mente está al borde del colapso
— No puedo dejarla ahí más tiempo viendo como sufre sola — la voz se me quiebra y tengo unas horribles ganas de llorar por la impotencia que me da no poder hacer nada para aliviar su dolor
— Alex, no puedes exponerla, no sabemos si la quieren muerta o si… — dejo de escuchar cuando siento una presencia detrás de mí, pero antes de darme vuelta un gran objeto impacta en mi cabeza y siento que todo se vuelve n***o
Emma
Miro a mi alrededor como las damas de la corte acomodan los vestidos que son posibles opciones para mi coronación, la verdad ninguno es de mi completo agrado, todos son de colores opacos y sobrios, no tienen ningún color vibrante y la mayoría son tan ajustados que temo que mi cuerpo logre caber ahí sin dejarme sin oxígeno primero.
— Mi señora, creo que no hay más vestidos, estos son todos los que el diseñador real puso confeccionar para tu, basándose en su imagen y medidas — rio sin gracia al escuchar a una de las damas
— ¿Medidas? Creo que no sabe cómo utilizar ni una cinta métrica ¿Cómo carajos harán para que mi cuerpo quepa ahí? Porque dudo que eso sea posible, son tres tallas más pequeñas que la mía, sin contar con que los diseños son horribles ¿acaso estamos en la era medieval? Ninguno es de mi agrado, prefiero salir desnuda a salir con eso puesto — las mujeres se escandalizan apenas me imagina caminando desnuda en plena coronación
— ¡Señora! ¡no puede hacer eso! ¿Cómo se le ocurre pensar en tal cosa? — me rio viendo sus caras de pánico
— Tranquilícense, no pienso hacer tal cosa — sueltan un suspiro de alivio apenas declino mi descabellada idea — ¿Hay alguien más que pueda ayudarme con la vestimenta de la coronación? — niegan viéndome con desgano
Camino de un lado a otro pensando cómo hacer para que esto funcione, vuelvo mi vista a los vestidos e ideas más locas que salir desnuda ante una multitud pasa por mi cabeza. Quito las sabanas de seda de mi cama y rebusco entre las gavetas y al no encontrar nada de lo que busco termino bufando.
— De casualidad ¿tienen hilo y aguja que pueda usar? — se miran entre ellas para luego asentir — ¡Perfecto! — aplaudo feliz
— No pensara utilizar una vulgar sabana como vestido ¿o sí? — asiento sonriéndoles — Mi señora… — las más jóvenes de las damas bufan consternadas
— Tengo muchas ideas en mi cabeza que quiero poner en práctica, necesito que busquen los que les pedí, y más sabanas de seda o con estampados que me sirvan para crear cualquier cosa mejor que esa basura — señalo los vestidos y hago que apresuren el paso a buscar los que ya les había pedido
— No es por faltarle el respeto ni muchos menos insultarla mi señora, pero no cree que sus ideas son descabelladas y fuera de lugar — me encojo de hombros porque no es la primera vez que alguien me dice aquello, ni la última que lo dirá
— Fuera de lugar o no, hare que esto funcione — asienten saliendo de la habitación en busca de las cosas que necesitare
Alrededor de diez minutos vuelven las cinco mujeres mostrándome lo que han traído con ellas, miro las telas encantada con el resultado de su búsqueda, hay tanta variedad que por un momento dude que fueran capaces de complacerme. Me pongo manos a la obra sentándome en el suelo haciendo bocetos de lo que dicta mi imaginación, recibo algunas quejas por lo sugerentes o descotados que son los vestidos expresados en los bocetos, incluso se niegan a ayudarme si intento usar algo muy abierto o llamativo en mis atributos.
— ¿Qué les parece este? — muestro uno de los bocetos esperando recibir la aprobación de todas
Lo detallan detenidamente antes de fruncir sus ceños y ladear sus cabezas, parece que estuvieran sincronizadas en todo lo que hacen, hasta dan un poco de pavor, al principio me daban unos sustos de muerte cuando hablaban a la vez o se movían en sintonía, parecían robots en vez de seres humanos, pero después de entrenarlas y explicarles mi incomodidad ante su actitudes y parecidos decidieron poner en práctica lo que les enseñe.
— Yo cerraría un poco más esa abertura de la pierna, no creo que sea conveniente que el gran consejo vea mucho su piel desnuda, empezaran a divulgar obscenidades — asiento cambiando el diseño un poco
Cuando se los vuelvo a mostrar niegan al ver que abrí mas el escote de la espalda y pechos.
— ¿Por qué no piensa en un vestido que sea más cerrado? si es ajustado a su figura no tiene que ser precisamente tan abierto — gruño borrando de nuevo el diseño para crear otro
— No soy una especie de monja, ni mucho menos una santa para salir tapada como si estuviéramos en Afganistán — arquee mi ceja pasando la hoja para dibujar otra cosa, la verdad hacer que estas mujeres aprobaran un vestido es más difícil que matar a un presidente
Amarre mi cabello en una coleta alta antes de dejar mi mente volar entre imágenes de vestidos que solía ver por las vitrinas de las lujosas tiendas en las distintas ciudades que llegue a visitar, mire las teles y termine por crear un diseño donde ellas y yo estuviéramos de acuerdo, ni muy santa ni muy perra, así lo llamaría. Cuando se los mostré con la esperanza de que no la rechazaran asintieron con una sonrisa, entre todas dimos ideas de como debíamos unir las telas, y era lo que estaba anhelando, que dejaran de dar negativas e hiciéramos lluvia de ideas. Después de pasar horas entre cortar, cocer y medir logramos conseguir un buen resultado, un bello vestido de color pastel que no destacara demasiado.
Les sonreí feliz de recibir su ayuda, estaba tan emocionada que no podía dejar de tocar las telas y dar vueltas a su alrededor prestando atención a cada detalle, estaba completamente fascinada del resultado final, tanto así que lloré a causa de las hormonas alborotadas en mi organismo.
— Bueno… creo que, quedo mejor de lo que habíamos planeado — asiento feliz, limpiando las lágrimas que habían logrado deslizarse por mis mejillas
— Ya deberíamos irnos, usted tiene que descansar, solo faltan dos días para la coronación y se ve agotada — suspiro echando un último vistazo al vestido
— Gracias por su ayuda, creo que sin ustedes no lo fuera logrado — me dan una última sonrisa antes de desaparecer e irse una detrás de la otra
En la soledad de mi habitación me dejo caer en la cama con la vista fija en el techo, los nervios por asumir el papel de reina me tienen los pelos de punta, jamás me imagine que esto algún día se hiciera real, pero aquí estoy, con un pie en lo que será mi tumba, casi pude huir de todo esto, pero no sería posible, no con más de un ejército siguiendo mis pasos, me vigilaron por años, sabían que me negaba a esto, incluso creo que hasta la misma helena lo sabía, solo se hacia la vista gorda, mi difunta madre solo fue el títere de toda esta monarquía, lo que ellos no se esperan es que yo no seguiré sus pasos, pienso cortar los hilos del titiritero el mismo día que pongan la corona en mi cabeza.
Me levanto de la cama y camino directo a la puerta, le paso el seguro y voy directo debajo de mi cama donde hay una tabla floja, golpeo con los nudillos en las maderas hasta que escucho ese sonido hueco que produce la madera al no tener fondo, con la ayuda de unas tijeras logro sacar el trozo de tabla, quito un poco el polvo y meto la mano tanteando hasta que toco la caja que descubrí hace unos días. Me siento en el suelo y empiezo a debatirme si es buena idea revelar su contenido, paso los dedos por el nombre de mi madre escrito sobre la tapa de la caja, con la mirada perdida y el corazón comprimido abro lentamente la caja hasta que encuentro dentro de ella objetos y papeles que llaman mi atención.
Saco uno en particular de color n***o ya desgastado por los años desdoblándolo con cuidado de romperlo, está en griego, lo que no me extraña, ya que es un método de seguridad por si alguien más lo encontraba. Admiro lo pulcra que era su letra y siento nostalgia cuando los recuerdos de ella escribiendo en su oficina mientras tarareaba canciones de cuna para que Emma y yo pudiéramos dormir junto a ella inundan mi mente. Me estremezco cuando aun después de los años recuerdo el sonido de su voz, quedo tan grabado en mi mente que se me hizo imposible borrarlo.
Suspiro con pesadez antes de empezar a leer.
“Hola Gea,
Si estás leyendo esto es porque estas encerrada en la cueva como una vez lo estuve yo, siento que tengas que pasar por esto, trate de entrenarte lo mejor que pude para que no pasaras por el mismo dolor que pase yo, pero se volvió inevitable que afrontaras tu destino desde el momento de tu nacimiento, debes odiarme… lo siento mi pequeño rayo lunar, no era mi intención hacerte daño, desde pequeña siempre fuiste mi posición más preciada junto a tu hermano, mami sufre cada vez que tú lo haces, siento que mi pecho se comprime y mis huesos se quiebran cada vez que brotan lágrimas de sus preciosos ojos, son la luz que aparta las tinieblas de mi corazón, lamento no poder está ahí apoyándote en cada paso, no era mi destino vivir tanto para verlos convertirse en hombre y mujer, tenía que pagar por todos mis pecados, pecados los cueles se les serian cobrados a ustedes si yo no aceptaba mi culpa y mi muerte, por más que trate de huir con ustedes no pude hacerlo, mi destino ya estaba cincelado en la piedra de la luna roja.
Preferí entregar mi vida a cambio de la de ustedes, no soportaría el dolor de llegar a perder alguno de mis preciados hijos, son la más grande de mis creaciones, mis ojos todos los días se llenaban de asombro cada vez que aprendían algo nuevo, cada vez que crecían unos centímetros más, o incluso cuando hacían esas terribles travesuras que ponían calidez en mi corazón al saber que habían tenido la astucia para desafiarme, porque solo así lograban demostrarme la fortaleza que tenían, estoy tan orgullosa de ustedes dos que siento que con mi partida puedo estar tranquila al saber que juntos son incluso más fuertes que yo, más fuertes que todo el ejército real, juntos serán el rey y la reina del ejército que forje para ustedes, prepare por tantos años una fortaleza que los resguardara de todo peligro, con su inteligencia y vinculo que se les fue dado al nacer par sé que dominaran todo el mundo si se lo proponen, esa es mi herencia para ustedes, forje por tantos años esa piedra sobre tu cabeza para que ni el más fuerte de mis enemigos pudiera poner una mano sobre ustedes.
No temas por los enigmas que tendrás mañana, porque sé que si lograste encontrar esto es porque eres la niña inteligente de mama, nunca dude ni por un segundo de que buscarías mi consuelo.
Dentro de mi corazón encontraras las todas las respuestas que tanto has buscado.
Con amor mama.”
Las manos me tiemblan y no puedo parar de llorar al sentir el mismo sentimiento de nostalgia y pena cada vez que estampaba una letra sobre esta hoja de papel, la odiaba tanto, tanto por pensar que ella era la culpable de la muerte de Emma, pero a pesar de todo prefirió dar su vida para evitar que nos tocaran a nosotros, pero aun así con todos sus esfuerzos no fue posible que no pasáramos por el infierno que ella tanto evito, se ofreció de ofrenda a sus enemigos en cambio de nuestras vidas, fue el cordero que masacraron y destrozaron por el bienestar de nosotros.
Llanto imparable sale de mis labios como susurros, evitan do ser oídos por el exterior, sabía que esa madre cuyo amor era tan inmenso que no permitiría que la desgracia rondara nuestras vidas, pero con la muerte de mi hermano todas las cosas buenas de ella en mi cabeza se habían esfumado como humo en el viento, mi corazón se llenó de rencor y odio hacia ella, pero esta es la prueba de que ella no fue la que mando a matar a Emmanuel, ella no fue capaz de permitirlo, alguien debió de traicionarla, pero ¿Quién? ¿Quién se atrevió a desafiar a la reina? ¿Quién fue capaz de acabar con la vida de uno de sus herederos? Releo la carta una y otra vez esperando encontrar palabras claves que me ayuden a descifrar el trasfondo de sus palabras, porque si algo se de mi madre, es que cada carta o escrito tenía un mensaje oculto, mensaje que lograba dejar en caso de que algo saliera mal.
Entonces me doy cuenta de algo que no había llamado mi atención, gea… ese nombre nunca lo había escuchado, estaba tan segura de que era yo que no me había percatado del hombre a quien iba dirigida la carta ¿Quién es gea? Y ¿Por qué mi madre le escribía a ella como si fuera su hija? ¿acaso tuvo otros gemelos aparte de Emma y yo? Porque si tuvo a Alex, de seguro debió tener a otro par de hijos bastardos regados quien sabe en dónde.
Otra cosa que no logro comprender es esa tal piedra de la luna roja, en mis entrenamientos, nunca tuve conocimiento de tal cosa ¿Qué podrá ser eso? ¿otra ejercito tal vez? ¿otra reino? O ¿aliados? Algún significado debe tener, pero de algo si estoy segura, debe estar enlazado a la corona, porque con ese nombre dudo que sea cualquier cosa.
Sigo releyendo hasta que de nuevo me detengo en otra parte que no había tenido mi atención… “Dentro de mi corazón encontraras las todas las respuestas que tanto has buscado” ¿Qué diablos significa eso? ¿sus recuerdos? ¿sus pertenencias? O ¿acaso es solo una metáfora? Demasiado astuta para mama, pero algo me dice que esto no es cualquier cosa.
Empiezo a rebuscar en la caja y voy leyendo los otros papeles que también son escritos por ella, pero solo logro encontrar partes de ellos, están rasgados a la mitad y se me dificulta ver por completo su contenido, parecen piezas de un rompecabezas, algunos son partes de canciones, lo que me parece muy extraño, otros son mapas incompletos, o mandatos que ella misma creo para el ejército real, pero si son mandatos ¿Por qué no están en el libro de leyes reales de los antiguos reyes y reinas? Me memoricé cada página de ese libro y nunca encontré nada de esto, y dudo que sean solo borradores, porque no estarían resguardados aquí con tanto cuidado.
Me siento frustrada cada vez que no logro entender ninguno de los tantos misterios que abarcan la sombra de mi madre, es como si cuidara su espalda con cada uno de sus secretos.
Vacío todo el contenido de la caja y toco el fondo de está esperando que tenga algún compartimiento y ¡Bingo! Lo hayo en una de sus paredes, logro sacarlo con la ayuda de una daga que había ahí y extraigo otro trazo de papel, como era de esperarse, helena solía inmortalizar cada una de sus palabras en papel cada vez que podía, una vez llegue a pensar que era un método de desahogo, pero ya veo que no es así.
Abro la hoja con sumo cuidado y es un retrato de ella, me quedo más confundida de lo que ya estaba, ¿Qué mierda significa esto? ¡helena me estas volviendo loca! Detallo la belleza que desprende y la sombría mirada que se cargaba, esta mujer de seguro hacía temblar a más de uno con esos ojos.
Escucho pasos acercarse y tengo que apresurarme a guardar todo en su lugar antes de que alguien más lo descubra, cuando vuelvo a poner la caja y la madera en su lugar corro a la puerta quitando el seguro para luego meterme en la cama y hacerme la dormida, es susurro de las damas de la corte al abrir la puerta me da a entender que están haciendo sus rondas nocturnas, se aseguran de verificar mi estado todas las noches antes de irse a dormir, creo que sienten temor de que me mate o que huya si ellas no están constantemente vigilándome. Cuando vuelven a cerrar la puerta me vuelvo a levantar y empiezo tocar la madera del piso a ver si hay otro escondite que yo no sepa, si ese lo encontré por casualidad al pisar la tabla, este de seguro lo encontrare más rápido.
Después de casi una hora buscando entre tabla y tabla al no conseguir nada me dejo caer rendida en la cama, debe de haber otra forma de descifrar lo que ella antes había escrito y de encontrar las otras partes de los trozos de papel faltantes, helena no era estúpida, debió ocultar todo en partes para que no les fuera tan fácil descifrar lo que tanto ella ocultaba, pero si algo saque de ella fue esa inteligencia, puede que mi gemelo ya no este, pero aún conservo cada uno de los recuerdos de ella enseñándonos acertijos que nos ayudarían en el futuro.
A la mañana siguiente doy un recorrido por las instalaciones de la cueva junto a las damas de la corte cerciorándome de que todo esté en completo orden para mi coronación, cambiando uno que otro detalle clásico por una más moderno, esta gente es tan antigua que sus toques decorativos me disgustan, entre tantas replicas y refunfuños de las mujeres logro quedar en un punto medio como en el caso del vestido, cambio los colores tierra por unos más vivos y las flores aburridas por unas con más vida, después de horas reacomodando las cosas como me gustan termino en la biblioteca real, donde miles de libros y estantes del tamaño del techo me dejan asombrada, de seguro Alex se volvería loco con todo esto, es un fiel amante de la lectura pesada, mientras más paginas tenga el libro mejor para él.
— ¿Por qué hay tantos libros? — paso las manos por las cubiertas llenas de polvo aun con la impresión plasmada en el rostro
— A la reina madre le gustaba mucho leer, y a la difunta reina también — asiento comprendiendo que hablan de mi abuela y mi madre, lo que me deja atónita es la enorme colección que alberga el gran salón
— Ya veo, supongo que no pudieron leer todo esto, es demasiado, incluso para una persona — la más antigua de las damas de la corte mira las estanterías para luego reflejar la duda en su mirada
— No le sabría responder, la reina madre que pasaba meses encerrada leyendo un libro tras otro, y vaya que tuvo larga vida — asiento paseando mi mirada por todo el lugar hasta que me detengo en algo que logra captar mi atención
Es el mismo retrato, es el mismo que guardaba helena en la caja oculta bajo mi cama, lo contemplo aun impactada, y sin darme cuenta estoy parada frente a él con la vista clavada en su rostro.
— Esa es… — las palabras se me quedan atoradas en mi boca
— Es el retrato de su madre mi señora, fue el último que se hizo de ella antes de fallecer — detallo cada pincelada, cada toque de color, incluso la forma tan real de las facciones de su cara
Y justo cuando bajo la vista a la escritura incrustada en el marco logro leer en letra griega "el corazón de la reina" y justo ahí algo hace clic en mi cabeza, justo ahí la repuesta de una de mis más grandes dudas llegan como milagro enviado de lo más alto del cielo, el corazón...