Dos días después…
Estaba viendo la sonrisa de mi madre, desde que Ian había hablado conmigo le prestaba más atención a lo que hacía mi madre, había notado cierta actitud extraña en ella cuando la veías fijamente. Sus manos temblaban y desviaba la mirada, era como si ocultara algo.
La tía Marie la abrazaba eufórica, felicitándola por cumplir un año más de vida.
Mantenía mi distancia con todos, no solía ser muy sociable con la familia de mi mamá, mi abuela traía el pastel en las manos cantándole el feliz cumpleaños, Ian, rose, Liz y otro chico que no conocían se acercaron a mi mamá a felicitarla cuando apago las velas.
Cuando se dispersaron lo vi como una oportunidad para acercarme a ella, caminaba a paso ligero cuidando de no tropezar con nadie.
- Feliz cumpleaños mamá- estaba de espaldas a mi partiendo el pastel, cuando se volteo sonrió abiertamente colgándose de mis hombros
- Gracias cielo, te extrañé mucho- asentí apartándome cuando la abuela apareció
- Pero que grande estas, ¿Cómo van las clases? ¿ya tienes alguna novia? – le sonreí a la abuela apartando sus brazos de mí, su perfume me acusaba alergia – de seguro con esa cara tienes a mas de una enamorada por ahí- aparte la vista de la abuela apenas rose apareció a dejar unos vasos en la mesa
- No estoy saliendo con nadie – sentí la mirada de rose sobre mí, la mire esperando a que dijera algo. Pero nada, se limitó a sonreírle a la abuela y ayudar a mi madre en la mesa
Camine al porche de la casa a fumar un cigarro alejado del alboroto que tenían en la casa.
Me senté en las escaleras viendo el cielo nocturno, había muchas estrellas esta noche, esto no se podía ver en la cuidad, el aire era mas puro, todo era silencio, nada en comparación con la ciudad.
Sentí que alguien se sentó a mi lado, por su olor reconocí quien era, Rose…
- No sabía que fumabas – asentí botando el humo contenido – no recordaba que sueles ser muy callado ¿eres así en la universidad? – fruncí el ceño viéndola
- Ese no es tu asunto – me arrepentí apenas dejé que las palabras salieran solas
- Lo sé, pero es extraño que seas tan diferente de Ian – inhale del cigarro, controlando todas las preguntas que le quería hacer
- ¿sueles estar muy seguido con mi hermano? – ella asintió mirando la calle vacía con una sonrisa
- Es como si fuéramos amigos de toda la vida, me entiende mejor que nadie – fruncí el ceño sin creer lo que estaba diciendo
- Eso es estúpido, es 5 años menor que tu – ella rio ignorando mi comentario
- Tienes razón, pero aun así es un chico muy maduro para su edad – le di la ultima calada al cigarro antes de lanzarlo al piso y pisarlo para que se apagara - ¿no lo extrañas? – la mire esperando a que me dijera a que se refería
- ¿a Ian? – ella negó mirando las estrellas
- Esto, el vivir aquí, digo se que tu fuiste porque tenias que estudiar…pero es raro ver que puedes durar años sin venir y luego aparecer como si todo siguiera igual – su tono me daba a entender que estaba molesta, pero no comprendía el porque lo estaba
- Para mí tampoco es fácil vivir lejos de mi familia, pero hay que hacer sacrificios para conseguir lo que quieres – ella asintió con el ceño fruncido
- - son tan diferentes que me cuentas comprender que son hermanos – me miro sonriendo, sus cambios de humor me daban dolor de cabeza – gracias – guarde silencio dejando que hablara, era raro que fuera tan parlanchina conmigo
- ¿Por qué? – estire las piernas sentándome mejor en el escalón, con las manos apoyadas en la madera
- Por lo del otro día, no era tu problema y aun así me ayudaste – asentí mirando sus ojos puestos en mi
- ¿ese era tu novio? – sentido apartando sus ojos de mi
- Algo así, terminamos hace algunos meses… es complicado – asentí comprendiendo a que se refería, tuvo una relación complicada los primeros años de universidad
- Es una mierda, pero la vida siempre es complicada cuando de relaciones se trata – se volteo a mirarme, sus palabras quedaron atascadas apenas mi teléfono empezó a sonar
Lo saque de mi bolsillo, mirando la pantalla, Eleonor.
Era un mensaje diciendo que me extrañaba en la reunión que tenían todos.
Le sonreí a la pantalla viendo la foto de ella con cara triste que me había enviado, rose estaba viendo el mensaje cuando levante la vista para verla. Me sonrió tímidamente cuando vio que la pille.
- Tu novia es muy linda, no quería ver tus mensajes, solo me dio curiosidad- apague la pantalla guardando el teléfono de nuevo en mi bolsillo
- No es mi novia, es solo una amiga – su cara de asombro me causo gracias, apenas sonreí su cara se tornó de un color carmesí intenso
- Lo siento, suelo ser algo metida – sonreí asintiendo – mejor me voy, se está haciendo tarde – se levantó prácticamente huyendo de mi
Nunca había visto a rose apenada, y menos por algo tan mínimo como ver los mensajes de otra persona.
Pasé un rato más ahí, hasta que vi como volvió a salir de la casa despidiéndose de Ian con Liz y el otro chico. Se volteo a mi dirección agitando la mano en modo de despedida, asentí dedicándole una sonrisa, me distraje viendo como su cabello se movía por el viento mientras caminaba el sendero de gravilla.
Esa misma noche la dibuje, marcaba cada detalle que había visto de ella cuando estábamos hablando en el porche, y sus grandes ojos ámbar que me cautivaban cada vez que me veía fijamente.
Los días pasaban y sentí que era todo monótono para mí, la vida del pueblo era sumamente aburrido, me ayudaba a reflexionar y descansar, pero aun así me estaba cansando estar aquí por mucho tiempo, mamá seguía actuando extraño, Ian estaba molesto cada vez que le preguntaba algo sobre ella, era como si yo lo supiera, pero me hiciera el tonto ante él, lo cual me frustraba.
Estaba caminado por el pueblo, comprando algunas cosas para el cumpleaños de Ian, miraba la lista que me dio mamá procurando no olvidarme de nada, hoy había mas personas transitando por la calle que los días anteriores, el sol pegaba directo a mi cara agobiándome con su calor, pase cerca de una heladería, comprando un cono de mantecado, achinando los ojos tratando de buscar la tienda de dulces que me había indicado mamá, me estaba desesperando el no ubicarla aún.
- Hola – voltee apenas su voz y aroma me abrumaron - ¿estas de comprar? – miraba las bolsas en mis manos detallando su contenido – se te está derritiendo – antes de que pudiera articular alguna palabra, su lengua paso por toda la longitud del helado por donde se estaba derritiendo
Mi asombro fue tanto que sentí que el corazón me dejo de latir por unos segundos, se lamia los labios quitando todo el rastro que este le había dejado.
- Lo siento, se estaba derritiendo mucho – le tendí el helado para que se lo terminara de comer - ¿no te gusto? – asentí aun viendo sus labios
- Creo que lo necesitas más que yo – sonrió recibiendo el helado comiendo de el sin percatarse de mi desconcierto ante lo que hizo
- Estarás hoy para el cumpleaños de Ian, le haremos algo en mi casa – Ian no me había comentado algo así que asumí que era sorpresa
- Claro, llevare algo de alcohol – sonrió terminando de comer el helado – sabes donde que la ¿tienda de dulces? La estoy buscando, pero aún no me ubico bien – asintió señalando una tienda que estaba al frente de nosotros
- Te acompaño, también estaba por ir para allá – asentí agradeciéndole por su ayuda
Compramos lo que necesitábamos y decidió acompañarme a terminar las comprar, paramos en un pequeño puesto de comida rápida, me hablaba de su vida y de todo lo que le pasara por la mente, tenia muchas preguntas todo el tiempo, estaba asombrado de que hablara tanto, nunca me espere que rose fuera así. Tal vez siempre lo fue, pero al no ser tan cercanos nunca me di cuenta de eso.
Cuando se hizo algo tarde la acompañé a casa, me fui caminando con las compras a la mía, apenas entre a casa, el olor a pollo horneado me asomé en la cocina dejando todo en el mesón viendo como mamá tenia harina en la cara y en el delantal.
- ¿Por qué tardaste tanto? Necesito la levadura – asentí sacándola de las bolsas y dándosela
- Me perdí en el pueblo, rose me ayudo con algunas cosas – me sonrió apenas le nombre a rose
- Es una niña encantadora, siempre viene con Liz a ayudarme a cocinar – me desconcertó el saber lo cercana que era con mi madre – vete a bañar ya casi es la hora de que vengan los invitados
Asentí subiendo las escaleras en dirección a mi cuarto, pase por la habitación de Ian, se escuchaban voces, me acerque a saludarlo, pero apenas escuche mi nombre me quede detrás de la puerta escuchando lo que decía.
- Liam es algo estúpido algunas veces, pero supongo que esta traumado o algo así, mamá dice que era así desde pequeño, pero que cambio cuando se fue a la universidad – fruncí el ceño molesto por como se refería a mi
- ¿por lo de tu padre? – me acerque para oír mejor lo que decían
- Supongo, el debe de tener recuerdos de papá cuando estaba vivo – las risas de las otras personas en su habitación me enfurecieron
- Tu hermano necesita un psicólogo, es un traumado – estaba apunto de entrar a partirle la cara a ese tipo, pero el sonido de mi teléfono me distrajo
Me aparte de su cuarto yendo en dirección a mi cuarto.
Eran mensajes de Eleonor diciendo que ya quería por verme, le respondí quitándome todo para darme una ducha rápida poderla llamar.
Apenas Sali del baño, se empezaron a escuchar voces en el piso de abajo, supongo que los invitados estaban llegando. La voz de rose de distinguía con claridad, entre de nuevo a mi habitación a vestirme para bajar.
El teléfono no paraba de sonar en la cama, pero la voz de mi madre en la puerta ordenando que bajara a recibir a los invitados me distrajo de responder, agarre el teléfono guardándolo en mi bolsillo, bajando las escaleras.
Ian tenia muchos amigos, la casa estaba repleta de personas que yo nunca había visto, antes de que yo pudiera caminar ya tenia a rose abrazándome, me estaba hablando de muchas cosas a la vez que me tenían confundido. No sabia a que responder primero.
Ayude a mi mamá a llevar la carne al patio trasero para hacer el asado, los amigos de Ian estaban colocando luces y un altavoz, apenas conectaron todo, la luz cegó mis ojos y el chillido del altavoz tapo mis oídos, cerré mis ojos colocando las manos en mis oídos cubriéndome del ruido que salía de este.
Apenas abrí los ojos rose se acercó a mi ofreciéndome un vaso, tomo mi mano guiándome a donde estaban todos reunidos hablando.
- Chicos el es Liam, el hermano de Ian – las chicas me veían con asombro, mientras mas de un chico bufaba por mi presencia
- Eres el raro hermano de Ian ¿no? Tranquilo no comemos personas puedes hablar con nosotros – sus risas me enfurecieron
- Tranquilo, no suelo socializar con idiotas – el ambiente se volvió tenso apenas deje aquellos, todos miraron en mi dirección, rose me sujeto de la mano hablando del nuevo centro comercial que abrirán en el pueblo, voltee los ojos ignorando las miradas que aun estaban fijas en mi
Apenas empezó a sonar el teléfono de nuevo, solté la mano de rosé para poder contestar la llamada.
- ¿hola? – me aleje un poco para poder hablar con tranquilidad
- ¿Por qué no contestas mis llamadas? Idiota – la voz de tomas fue como brisa fresca
- Estaba algo liado con la casa, ¿Dónde estás? Se escucha ruido – rose seguía a mi lado escuchando todo
Alguien se subió a mi espalda haciendo que el teléfono cayera de mis manos directo al suelo.
- Imbécil, no sabes cuánto de extrañe – sujete más a Eleonor evitando que se cayera – te estuvimos llamando – mis amigos de la universidad venían en dirección a nosotros
- ¿Por qué eres tan difícil de contactar? Este pueblo de mierda te tiene aislado del mundo – Eleonor se bajo de mi espalda cuando tomas se acerco a darme un abrazo
- ¿Qué hacen aquí? ¿Cómo llegaron? – todos miraron a Eleonor, la mire a ella también, tenia un mecho entre sus manos dándole vueltas con su dedo evitando hacer contacto conmigo
- El grupo no es igual si tu no estas – sonreí atrayéndola a mi mientras la abrazaba
Le di un beso en la frente antes de soltarla, y justo apenas Eleonor se alejo de mi vi los ojos ámbar de rosé, su mirada de odio y desconcierto hacia Eleonor me hizo caer en cuenta que aún seguía aquí.
Carraspee ante de hacerme a un lado para que todos la vieran.
- Chicos ella es rose, una amiga – todos pusieron su atención en ella
- ¿esa rose? – asentí apenado de que sacaran el tema con ella presente – vaya si es tan hermosa como la rose de tus dibujos – ella volteo a verme esperando a que le explicara de que hablaban
- Es un placer, soy Eleonor – tendió su mano en dirección a rose, a pesar que de fuimos novios ella solía actuar de manera madura cuando una chica se me acercaba, rose junto su mano con la de Eleonor algo dudosa, Eleonor jalo de ella abrazándola – ellos son Tomás, Marcus, Louis, Daniels, Justin y Andrew – rose saludo a todos estrechando sus manos
- Eres su musa, pensamos que estaba exagerando cuando hablaba de lo bella que eres, pero no se equivocó – tape mi cara evitando la mirada y las risas de los demás cuando ella me veía
- Disculpen, pero no tengo idea de que hablan – Andrew saco su teléfono del bolsillo mostrándole las fotos de mis cuadros en la galería de la universidad
- El suele dibujarte, eres famosa amiga, ya sentimos que te conocemos de hace años con solo escucharlo hablar de ti - ella miraba la pantalla en sus manos detallando el cuadro que pase semanas terminado en mi habitación
- No sabia que me dibujabas – sus palabras sonaron más a asombro que a reproche, esperaba que me gritara por pintarla sin su permiso o incluso que me dejara de hablar, pero apenas me sonrió supe que estaba feliz de descubrir algo que aun no le contaba
- Eres muy bueno ¿desde cuando pintas? Me veo mejor en tus cuadros que en persona – las risas de las demás personas me hicieron reír a mí también
- Eres linda de ambas formas – la mano de Eleonor en el hombro de rose la hizo sonreír
Seguimos hablando, habían traído varias botellas de alcohol de la universidad con la excusa de que en este pueblo las personas eran tan aburridas que capaz y no supieran el significado de un buen trago. Eleonor era el alma de la fiesta con sus bromas y anécdotas de como éramos todos en la universidad estando ebrios.
La noche se me hizo amena con su presencia, me volvía a sentir en mi elemento, en un momento de la noche uno de los amigos de Ian se quiso sobrepasar con rose, Eleonor al meterse para sacar a rose del circulo de chicos ebrios, recibió un empujón que la tumbo al suelo.
Fue la gota que derramo el vaso, corrí hacia ella golpeando al chico que hace unas horas se estaba burlando de mí, impacté mi puño en su cara mandándolo directo al piso.
Mis amigos me trataron de quitar a aquel chico antes de que lo dejara inconsciente por la cantidad de golpe que le estaba dando, limpie la comisura de mi boca escupiendo la sangre que salía de mis labios por el golpe que me dio.
- Solo eres un traumado psicópata – apenas soltó aquello no pude evitar abalanzarme sobre el de nuevo, golpeando su cara antas romper mis nudillos
- Suéltalo Liam, ya basta – la voz de mi madre me hizo volver de nuevo a la realidad, el chico debajo de mi con la cara echa mierda por todos los golpes que le estaba dando
Me aparte de él viendo a mi alrededor, ya la música no estaba sonando, rose se tapaba la boca sorprendida por lo que había pasado, Eleonor Andrew y Justin estaba llevándome con ellos, evitando que siguiera peleando. Ian ayudaba al otro chico a levantase del suelo, su expresión de odio era notable, estaba furioso por lo que le había echo a su amigo.
- Es mejor que nos vayamos, así te calmas – mi mamá estaba revisando las heridas de aquel chico sin mirarme, le prestaba más atención a un extraño que a su propio hijo
Recogí mi abrigo del suelo para irme de ahí, venir aquí de nuevo era una perdida de tiempo. Estaba mejor lejos de ellos como lo estuve todos estos años.
Esa misma noche me fui con los chicos a su hotel, rose decidió venirse con nosotros le dio miedo quedarse sola después de lo ocurrido.
Entre platicas nocturnas entre todos en la piscina del hotel terminamos todos ebrios, dormiría con Louis ya que Eleonor dormiría con rose.
A la mañana siguiente apenas llegue a casa mi madre empezó a reprender mi comportamiento de la noche anterior. Sus gritos y los míos era lo único que se escuchaba en la casa. Nunca había discutido tanto con ella como lo estaba haciendo ahora, cuando subí a mi habitación en busca de mis maletas para irme, recogí todo lo que había traído cerrando las maletas a medio hacer, no pensaba volver aquí en mucho tiempo.
Bajaba las escaleras con los gritos de mi mamá, preguntando se me iría de nuevo, Ian estaba entrando a la casa viendo la escena, decidió ignorarme pasando por mi lado golpeando su hombro con el mío.
Estaba por salir hasta que el grito de Ian me hizo voltear, mi madre estaba en el piso inconsciente. Deje las maletas en el piso corriendo hacia ella.
Una hora después todos estábamos en el hospital, hasta el novio de mamá, el que no tenia idea de su existencia. El doctor estaba explicando el estado delicado de mi madre, nombrando una enfermedad que tampoco tenia idea que ella poseía, me sentía perdido. Le quedaba un corto tiempo de vida y yo no tenia idea de nada. El chico que golpee la noche anterior era el hijo de aquel hombre.
Ya entendía el comportamiento de mi madre hacia aquel chico, era su hijastro por eso le prestaba tanta atención.
Rose le estaba dando agua mientras ella estaba escuchando las instrucciones del doctor, mi resentimiento ante todo lo que sucedía y el que prefiriera callar, me tenían al borde del colapso.
La miraba fijamente, se escudaba con rose para evitar hablar conmigo. Eleonor sostenía mi mano conteniendo mi enojo.
- Nos iremos en unas horas ¿te quedaras aquí? – negué apretando su mano
- Me iré con ustedes panas salga de aquí, estoy sobrando en el panorama de familia feliz – ella asintió, salió de la habitación para informarle a los demás que me iba con ellos
Apenas la habitación quedo vacía, mi madre por primera vez me vio.
- No quería que te enteraras así – bufe burlándome de la situación
- ¿Era mejor decirme cuando ya te fueran a enterrar? Porque no le encuentro lógica a tu silencio ante la situación tan delicada a la que te enfrentas – desvió la mirada a la ventana, dejando el vaso en la mesa al lado de su cama
- No era mi intención lastimarte – me acerque a ella haciendo que me mirara
- Lo estas haciendo justo ahora, es que no ves que me duele saber que estas muriendo y no tenia idea de ello – sus ojos se aguaron bajando la cabeza para evitar verme – tampoco me contaste que tenias un novio, y menos que tenia un hijo de la edad de Ian
Sonreí por la ironía de la situación.
- No encontraba el momento adecuado para contarte – fruncí el ceño
- Cualquier momento es el adecuado si se trata de tu vida mamá – le reproche harto de esto
- Si, pero contigo las cosas son diferentes Liam, eres mas complicado que Ian cuando de hablar se trata, eres igual a tu padre. Siempre tan callado y reservado que es complicado el hablar de cualquier cosa, es como si todo te molestara – la mire frustrado por lo que decía
- Nunca te importo hablar conmigo cuando era mas pequeño, que esperabas ¿que fuéramos mejores amigos ahora? Porque creo que sobro aquí – ella negó tratando de sujetar mi mano, la aleje antes de que la pudiera tomar - Es mejor que me vaya, estoy uy alterado, no quiero decir algo de lo que luego me pueda arrepentir
Sus sollozos se hicieron presentes apenas cerré la puerta detrás de mí, la mirada vacía de Ian sobre mi me daba a entender que me odiaba, tanto como lo estaba odiando yo a él en este momento por ocultarme lo de mamá.
Ese mismo día partí sin despedirme de nadie, necesitaba estar lejos de todos.
Lo ultimo que vi de Jacksonville antes de irme fueron los ojos aguados de rosé cuando el auto partió rumbo a la ciudad.
Deje todo lo que algún día considere un hogar.
Fue la última primavera que decidí volver a ese pueblo, que para muchos era su vida diaria y su hogar, para mi fue una tormenta y malos recuerdos que quiera borrar de mi mente.
La ultima primavera que contemple a rose, esa fue la ultima vez que la vi prometiendo no volver.
Esa misma noche llore, en la oscuridad de mi habitación.
Llore por todas las cosas, por mamá, por Ian, por rose. Pero para mi fue lo mejor, no encajaba en la nueva vida que ellos tenían.
Fue el cierre de todo, los secretos y las verdades, deje todo atrás sin importarme lo que sucediera después.