CAPÍTULO NUEVE Gwendolyn corrió en el campo abierto; su padre, el rey MacGil, al lado de ella. Ella era joven, tendría unos diez años y su padre era mucho más joven, también. Su barba era corta, no mostraba ningún tono del gris que tendría posteriormente en la vida, y su piel no tenía arrugas, era joven, brillante. Estaba feliz, despreocupado y se reía con abandono mientras tomaba la mano de ella y corría junto con ella a través de los campos. Este era el padre que ella recordaba, el padre que conocía. Él la levantó y la puso encima de su hombro, dándole vueltas una y otra vez, riendo más y más fuerte, y ella reía salvajemente. Se sentía tan segura en sus brazos, y quería este tiempo juntos nunca terminara. Pero cuando su padre la bajó, algo extraño sucedió. De repente, el día cambió de