Jemima. —Ahí me hacen señas de luces. —me bajo viendo que los dos vienen hacia el auto, Fede va del lado del conductor y Matías baja a mi hija. —Ve al auto Jemima. —Si, pero no me quiero olvidar el bolso con las cosas de la nena. —me lo pasa y ahí voy a su camioneta corriendo por el frío, veo como viene con mi hija envuelta en su campera y el auto de mi hermana yéndose. —¿Por qué corrías?. —sube de su lado pasándome a Keziah que esta media dormida. —Porque me dio mucho frio. —Pero como no vas a tener frío si ese vestido es mas una remera que vestido. —Es chistoso, mi papá dijo lo mismo. —Eso es porque somos grandes. —acomodo a Keziah de lado sonriendo al ver como saca trompita ya casi dormida. —Hablas como mi papá también. —Es que podría ser tu padre. —¿Qué? ¿A los doce años me