Completamente desconcertado, por la mujer que acaba de ver, Ares se encierra en su oficina, y se toma unos minutos, para pensar, ¿por qué salió huyendo como si fuera un cobarde? Él era Ares Walton, y jamás en sus años de vida, había actuado tan ridículamente. Sin embargo, no podía evitar estar aterrado, al saber que esa chica de la parada de autobús, era real. Lo que jamás imaginó, es que sería su prometida. —¿Pero qué me pasa? No puedo actuar como un tonto. No puedo sentirme intimidado por una simple mujer. Ella es quien debe sentirse intimidada por mí. Sale nuevamente hacia la oficina de su madre, dispuesto a enfrentar a esa chica, que no era más que un juguete que serviría de distracción para su madre, mientras él se quedaba con la mujer que en realidad amaba, Vanesa. Decidido a