Sara leyó una y otra vez el mensaje del señor X, no podía creer lo que estaba ahí escrito. Sus manos temblaron un poco cuando escribió. • ¿Sin venda? ¿Está seguro? • Muy seguro, Sara. Hoy cenaremos sólo los dos. • De acuerdo, estaré ahí. Sólo iré a mi casa a darme un baño y cambiarme de ropas. • No será necesario, Nicole te está trayendo esta acá. Un personal que contraté se encargara de arreglarte, aunque dudo que puedas verte más hermosa de lo que ya eres. Sara se sonrojó un poco cuando leyó el último mensaje del señor X, guardó su celular y respiró con calma. La sola idea de cenar con él, la ponía nerviosa de pies a cabeza. - No se preocupe, señora Smith. – dijo Nicole, mientras la observaba por el retrovisor. Se había dado cuenta de ese colorido color rojo en las mejillas de