CAPÍTULO TRES Scarlet se quedó parada al final del sendero de su jardín mientras lo miraba. No lo podía creer. Allí, en la acera, a unos pocos metros, mirándola con sus intensos ojos grises, estaba el chico nuevo. Sage. ¿Qué estaba haciendo frente a su casa? ¿Cuánto tiempo había estado allí? ¿Había estado observando su casa? ¿Iba a acercarse por el camino? ¿O simplemente pasaba? Pero ¿pasando hacia dónde? Ella vivía en una tranquila calle suburbana, y casi nadie pasaba por allí. Por otra parte, vivía a tan sólo dos cuadras del centro y, posiblemente, él iba a alguna parte. Pero era poco probable. Pensar que estaba había estado parado allí, mirando a su casa, o a punto de acercarse, la asustó. Por otro lado, no podía negar que estaba emocionada de verlo. Emocionada no era la palabra cor