La ciudad Estado

1459 Words
La ciudad de Carianópolis era mecenas tambien de los edificios, estéticamente y visualmente eran sin duda alguna y con gran ventaja de los edificios de piedra más agradables estéticamente de los reinos sobre todo gracias a qué tenían un dominio magistral del trabajo con la piedra y las columnas, lo cual convertía sin duda alguna en un parteaguas para la cultura y las artes de todo el Imperio, lo cual son hacía sumamente importante en los reinos del norte que comúnmente mandaban estudiantes para aprender de los grandes estudiosos de las ciencias ,las artes y el trabajo de los edificios , ya que era sin duda algo sumamente importante. para la misma existencia de los reinos del norte ya que los cientos de Miles de personas que residían en los reinos del norte ya que dichas culturas eran por autonomasia sumamente importantes y diferentes del resto de los reinos tanto de islas como de continentes, es por ello que ahí radica su importancia estrategica y es la razón de facto o la razón primordial por la cual era sumamente codiciada por los reinos del sur, pero los reinos del norte conocían sobre la importancia de este reino que en realidad solo constituía de una ciudad estado pero no por eso era menos importante ya que a pesar de ser una ciudad estado tenía un gran nivel de civilizacion suficientemente alto para poder tener una identidad cultural y étnica propia de otras regiones lo cual lo hacían un lugar que era suficientemente influyente en los reinos. Stella, una importante integrante de la casa real de la Ciudad Estado de Carianópolis o Carianis, quien era la hija del rey de la ciudad, se encontraba en su palacete, en su habitación observando a los mercaderes de la ciudad moverse por las calles, ver como las carretas pasaban trayendo mercancías y grandes cajas de un lado a otro, y como la gente del pueblo recorría las calles de la ciudad, de pronto la mandó a llamar a la reunión de alto consejo, y sería encomendada por su padre, que la quería preparar de modo profesional para la guerra, ya que era su deber como parte de la casa real gobernante de Carianis había ido a la batalla a lomos de un corcel contra la gente del desierto en socorro de la ciudad sitiada, y había salido victoriosa junto con los ejércitos de Alfgard, como se le conocía a los misteriosos aliados del reino,, - Hija, necesito que interrumpas tus trabajos de música por un momento, haz de acompañarme a una reunión diplomática y de una posible misión para conocer el País situado en la isla del este, del que pocos saben -hablas de la tierra de los salvajes de Mevtli que aún siguen en la edad del bronce seguramente- contesto sin interés como ensimismada en su mundo -Efectivamente, pero no son solo bárbaros hija, saben manejar muy bien la piedra y son grandes astrónomos, no podemos permitir que tengamos una mala relacion con aquellas tierras puesto que somos muy cercanos, además en caso de una guerra debemos estudiar a su cultura para poder saber que clase de gente son. - Padre con todo respeto, desconfío grandemente de estás personas ya que se han mostrado hostiles y poco amistosos en anteriores visitas, la sacerdotisa del Templo de Atenaie me ha dicho que los dioses le hablan cosas muy negativas de aquella tierra, y los sacerdotes igual, padre no podemos ir de esa manera a aquella tierra -Entiendi tus sospechas, pero no vendremos indefensos a la isla, llevaremos un destacamento militar y una flotilla de barcos para poder protegernos en caso de que quieran guerra -Accedere a ir Embarcaron rumbo a la isla de Mevtli además de lo mencionado había desempeñado un papel importante en el mando de la infantería y los arqueros para apoyar a los maltrechos defensores de la ciudad, y después del banquete de celebración, había sido mandada por su padre junto con el a una comitiva en el país isleño llamado Mevtli. No le gustaba tener que visitar esas tierras, tenía la extraña sensación de que no eran especialmente bienvenidos, así que cuando estaba en medio de toda la querella diplomática y el deber de establecer vínculos políticos o de intercambio, no dejaba de estar cerca de la guardia del rey de Carianis, ella parecía ser la única que sentía que algo no iba bien con el ambiente de ese lugar, su padre estaba muy ocupado en su labor de mercader, trato de Hacer el menor contacto posible con la población local, siempre cerca de los soldados de su padre, la misión diplomática se sentía en riesgo, dado que los soldados del reinado extranjero el cual visitaban parecían sumamente recelosos, se sentía una vibra como de discordia en el ambiente, los habitantes civiles incluso, miraban de manera desdeñosa a la comitiva de su padre y de ella, muchos ni siquiera se dignaban a voltear a verla, parecía como si fuesen de otro mundo, además, cada vez que el traductor traducía los dialogos entre los monarcas o los diplomáticos, entre ellos murmuraban en su propio idioma como tratando de ocultar sus verdaderas intenciones. Al día siguiente la despertaron gritos en las afueras de la ciudad, al parecer había habido una discordia entre los términos del tratado y una muchedumbre furiosa estaba a las afueras de donde estaba alojada ella y la comitiva de Carianis, a su lado se escuchaba la multitud enardecida gritando en su idioma ¡Eritlar!, ¡Dazur!, Que traducido es, echen a los extraños Sin duda ese era el momento perfecto para salir y embarcarse lo más pronto posible, le dijo a su padre acerca de esta idea y el parecía estar de acuerdo, ordeno a la comitiva embarcar inmediatamente en la flota, pero cuando llegaron se dieron cuenta que los barcos estaban siendo defendidos por una muchedumbre enardecida de gentes, en una decisión apresurada y desesperado por las circunstancias, el padre de Stella dio la orden de abrirse a filo de espada hacia las embarcaciones, era un caos total la muchedumbre les lanzaba piedras y algunos los atacaron pero fueron repelidos por las mejores armaduras de los carianios, quienes se apresuraron a abordar y salir lo mas rápido de ese hervidero de gente, para cuando la tripulación abordo el barco, no se habían percatado de un detalle importante, habían dejado una trampa, habían cubierto las bodegas con aceite de caña, y le habían prendido fuego, había fuego en la bodega, de inmediato parte de la tripulación se dedico a apagar el fuego y la otra a hacer zarpar al barco lo mas rápido posible de regreso a Carianis antes de que fuera tarde, mientras tanto el fuego seguía propagándose pero no podían dar marcha atrás, en la costa los esperaba una multitud cada vez mayor de gente enardecida, así que decidieron mantener el rumbo hacia el puerto de la ciudad, sin embargo no fue tarea fácil apagar el fuego, doce personas tuvieron que ser tratadas por quemaduras graves en brazos, piernas y cuerpo por el esfuerzo y sacrificio de haber contribuido al cese de las llamas, al final lograron extinguir el fuego, y lograron llegar la mayoría sanos y salvos a bordo del buque, sin embargo, lo que habían presenciado había sido un acto de guerra y agresión traicionera sin una declaración de guerra, por lo que el ejército y la armada de Carianis se preparo para una represalia, no iba a quedar impune este acto de truhanería, sin duda una retribución y venganza era lo necesario. Stella y la fuerza expedicionaria de la flota y el ejército de la ciudad estado no quería saber nada de batallas por el momento, Cuando desembarcaron en Carianis, se encontraron con la noticia de que los aluces estaban preparando un asedio, los salvajes del desierto, habían aprovechado la ausencia de la casa real de la pequeña ciudad estado para preparar un asedio y una emboscada a la ciudad, de inmediato comenzaron a preparar las defensas, trabajando de día y de noche, la situación era desesperada, así que barajearon el pedir auxilio a los reinos fronterizos, la ciudad estaba siendo tomada pro sorpresa y necesitaban un ejército más grande por lo cual barajaron pedir refuerzos al Principado de Purias quien era un reino del Gélido Norte. Las casas gobernantes de los reinos del Norte tenían una alianza de facto para poder hacer frente a los invasores que no eran afines a ellos por lo tanto políticamente eran miembros de un eje de batalla que estaba cimentado en alianzas militares y también basadas en matrimonios políticos como los de la casa real de Suabia, Karión, Purias y Alfgard que compartían descendientes de parte de las casas reales para poder tener un ejército común.
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