Celeste.
Miro a Ara irse al privado con Exequiel que es el que está haciendo el trabajo, va a tatuarse después de lo que hablamos y de que me pude desahogar, que bien se siente tener una amiga, mis primas son algo así como amigas, ahora que pude hablar con Ara me doy cuenta de que no les tengo confianza, de que jamás en la vida les habría contado lo que pasó con Manu, pero con Araceli lo solté como si nada cosa que me sorprende ahora que lo pienso bien, pero no nos conocemos, y no se lleva bien con Exe, y me dijo que no iba a decir ni una palabra cosa que le creo, de reojo veo a Manu que esta de brazos cruzados mirando un dibujo que hizo.
—Hola Cele. —miro a mi compañero de escuela que vino muy amablemente por mi—. ¿Estas lista?.
—Si. —salto de la banqueta alzando un dedo—. Aguántame que le aviso a mi hermano.
—Si, no hay problema. —voy corriendo al privado.
—¿Exe se puede?.
—Si, entra. —entro viendo a Ara que esta acostada boca abajo en la camilla—. ¿Qué pasa?.
—Me voy... Después dale la llave a Manu, él abre a la tarde.
—Esta bien. —salgo dándoles privacidad y Manu mira a Facu de arriba abajo poniéndolo demasiado incómodo.
—Manu a la tarde te toca abrir... Voy a llegar como a las seis así que no vas a quedar solo. —asiente y agarro mi bolso—. Nos vemos.
—Si.
—Vamos Facu. —me abre la puerta del auto muy amable para después subir e irnos.
—¿Ese es tu empleado solamente?.
—¿Manu?. —asiente sin mirarme donde va entretenido mirando el camino—. ¿Es amigo por?.
—Me miró re feo.
—Ufff... Eso que mi hermano estaba tatuando o él te mira peor.
—Bueno... ¿Vamos a la biblioteca?.
—Sisi... Antes de las cinco tengo que volver, a lo sumo a las seis.
—Seguro terminamos antes no te preocupes.
Vamos a la biblioteca municipal a estudiar ya que a mi departamento no lo voy a llevar y ahí es mas tranquilo, sin decir que tenemos los libros que precisamos, él lleva su compu y nos prestan internet, aun en mi casa no me ponen el Wifi, mi papá está furioso porque no quiere que este sola el día en que lo vayan a instalar, pero lo quiere porque se queda como seis días y medio en mi casa y necesita trabajar, mis hermanos se quedan otros seis días y medio mas, y necesitan para las cosas de la escuela y yo también para seguir estudiando, mi mamá viene otros cinco días mas y me digo, al final ni se para que me dejaron mudar si de igual forma iban a andar encima mío.
Mi papá me llama diciendo que en donde estoy y le tengo que decir o después se me arma donde no para de decir que le debo avisar a donde es que voy así no voy sola y me lleva, así vaya a la esquina a comprar debo mandar mensaje o si llega a la casa y no estoy se pone como loco, me vive diciendo que me puede pasar algo y de eso estoy consciente, pero vivo en un táper donde el día en que me pase algo no voy a saber que hacer donde todo lo hacen por mi. Viene enseguida a buscarme y muy enojado, voy en el auto mirando hacia afuera sin prestar atención en lo que dice porque no para de hablar y de darle golpes al volante, pero cuando dice Manu lo miro.
—¿Qué dijiste?.
—Que si no fuera por Manuel que me avisó que te fuiste con un pibe no sabia nada, yo confiado en que estabas en la tienda, no puedes hacer eso nena.
—¿Manuel te llamó?.
—Si... Me dijo que fue un pibe a la tienda y que te fuiste con él sin decir nada mas. —llegamos a mi casa y lo miro sin animo de nada donde siempre me avergüenza.
—Bueno... Ya me jodiste el estudio así que chao.
—No te hagas la viva Celeste o vas a volver a la casa. —entro cerrando con fuerza la puerta y él atrás, por mas que le ponga llave entra igual porque con mi mamá y mis hermanos y tíos y abuelos tienen copia—. Te estaba hablando.
—Y yo escuchando y siempre dices lo mismo. —lo miro cuando me tiro al sillón—. Siempre me amenazas de sacarme de acá, si no lo quieres pagar mas dímelo y lo p**o yo.
—No digas pavadas. —se cruza de brazos mirándome—. Me preocupo que es diferente.
—No. —me paro frente a él apuntandolo—. Me tienes controlada... Eso es diferente.
—¿Acaso no ves las noticias Celeste? ¿No ves lo que les pasa a las mujeres?. —me quedo callada porque sé muy bien que es lo que pasa, no hace falta que me lo diga—. Y te voy a tener vigilada hasta el día en que me muera, vas a tener que aprender a vivir con eso. —abre la heladera y yo bufo donde termina la charla ganando él como siempre, me vuelvo a sentar escuchando como abre una lata de cerveza que tenía guardada para la noche, el tema es que la tenía bien escondida y de igual forma la encontró—. Y no quiero ver mas esto ¿está claro?.
—Si lo que digas. —se la toma sin considerar que era mía y prende la tele—. Me voy a bañar... Pide algo para comer que no he comido nada.
—¿Pizza?.
—Y una hamburguesa de pollo.
—Bien. —me meto a la ducha y pienso en el infeliz Manuel.
—Me las vas a pagar imbécil.
Me siento en el suelo así uso la mesa del living para estudiar, la verdad que mi papá amueblo la casa todo para su comodidad, trajo los sillones que le gustan y que mi mamá nunca le permitió elegir, una heladera inmensa, esa si es como la que hay en la casa de mis papás, con la diferencia es que ahí hay dos, hasta una cama de dos plazas terrible para mí y otra para él en la habitación que acomodó para cuando se queda, no me molesta en absoluto porque al menos me da una terrible mano al comenzar con mi vida; mi papá mira unos partidos de fútbol donde si que es fanático y comemos haciendo comentarios del fútbol ya que estoy con un ojo ahí y otro en mis libros intentando hacer lo que con Facu fuimos a hacer en la biblioteca.
Me lleva al trabajo a la tarde diciendo que a la noche viene por mi, mi tío Yas que va a llevarme a la casa, ruedo los ojos y le digo que esta bien, le mando un mensaje a mi tio de que lo voy a estar esperando, que no llegue tarde como los otros días que creí que me iba a tener que quedar durmiendo en el local, cuando Manu llega queda mirando con asombro el auto de mi papá porque se suponía que llegaba a las seis de la tarde.
—Chao.
—Mandame mensaje, si tu tio se tarda me escribes.
—Ya sé.
—Te amo amor.
—Yo también te amo. —le doy un beso en la mejilla y me bajo yendo donde Manuel que aun está sentado en la moto despidiendo a mi papá que se va enseguida a su trabajo, que de hecho se salió solo por ir a buscarme.
—La próxima vez que te metas en mis asuntos Manuel... Me voy a olvidar que eres amigo de mis hermanos y te voy a hacer la vida una mierda. —le saco la llave de las manos y solo me mira—. ¿Quedó claro?.
—No sabia quien era ese pibe. —se para de golpe y no me intimida nada que me saque unos buenos centímetros de altura.
—No tienes que meterte. —abro y él atrás mío respirando con fuerza como un caballo furioso.
—No me meto pero ni Exe sabia quién era. —me giro sin creer lo que me dice, cosa que me hace sonreír.
—Es mi novio Manuel. —no sé que se hace el celoso si no somos nada, pone la misma cara que mis hermanos cuando se enteran de que hablo de algún chico—. Y nadie lo sabe y por tu culpa, porque eres un metido, mi papá se enojó conmigo.
—Y esta bien... Quién te manda a andar con un pibe.
—Eso no te importa ya te lo dije... Es mi novio y punto, salgo cuando se me da la gana con él no seas metido.
—Las veces que te vea le voy a decir a tu papá. —me sale la risa y esta enojado, me gusta verlo así.
—Mejor ponte a trabajar y no seas marica quieres. —me agarra del brazo apretando y me habla a la cara.
—¿Quieres que de vuelta te muestre lo marica que soy?.
—Sueltame imbécil ¿Qué te crees?. —lo empujo y aprieta las manos—. Ese error no lo voy a volver a cometer.
—Permiso. —la chica nos mira medio que no sabe si irse o no—. Venia a ver cuanto me sale esto.
—Permitime, yo te atiendo.
Atiendo a la chica pensando en lo que pasó recién, estoy muy incómoda y mas que enojada por lo metido que fue, tal vez él y mi papá tengan razón pero estaba en una biblioteca publica con un chico que estudiamos juntos desde que entramos a la universidad, jamás se me insinuó ni mucho menos así que no lo veo malo para nada, somos compañeros y ya, nada mas, cada uno con sus vidas, ni siquiera nos consideramos amigos.
A la noche me preparo porque vamos a salir con mis hermanos y mi tío Yas, por eso es que le dijo a mi papá que venia por mi, porque vamos a salir y aunque mi papá es uno solo, mis tíos me dan permiso de hacer cosas que mi papá no, y aunque llegan a los encontronazos termina aceptando porque no es que me dicen, si ve, haz lo que quieras, no, van conmigo como en este caso, salgo cuando ellos me invitan sino duermo como un oso sin que me importe en lo mas mínimo, no me llama la atención eso de andar madrugando cuando podría estar teniendo mis horas de descanso correctas y un día productivo mas que pasarme todo el día durmiendo o con dolor de cabeza por el exceso de volumen de la música.
—¿Lista?.
—Aguanta Yas que me estoy maquillando.
—¿Para qué? Si eres hermosa así no mas.
—Dale no jodas. —me hecho perfume y me despeino un poco mis pelos mas finos que un hilo de costura—. Lista.
—Estas hermosa muñeca.
—Siempre estoy hermosa. —se ríen negando, miro la mesa en donde me dejaron el desastre de comida—. Y esta hermosa no les va a abrir mas la puerta si me siguen dejando la casa así.
—Mañana limpiamos, me vengo a dormir. —dice Seba parándose.
—Te convenía. —él entra porque el boliche es de Benicio y no toma nada de alcohol, dice que no le gusta.
—Bueno, vamos que debemos ir por Manu. —ahí se me va toda emoción.
*****
Manuel.
Me pasan a buscar a la plaza central de la ciudad, por nada los dejaria entrar a mi barrio si van con Celeste, no es que a penas entren los van a matar ni nada, y tampoco es como que si les roban van a dejar que le hagan algo, pero no quiero que vea de la forma en la que vivo.
Cuando abro la puerta de atrás ella está pegada a Seba, me siento a su lado y voy nervioso ya que sentir todo su lado izquierdo pegado a mi me tiene loco.
Me mira enojada y sé que está furiosa por lo que le hice, pero realmente me preocupé porque nadie sabia nada de ese pibe y ella como si nada se fue sin siquiera decirnos como se llama.
—¿Quieres bailar?. —quedamos todos de piedra cuando un pibe la invita a bailar.
—Si claro. —se van riendo y Seba con Yas atrás.
—Esa está buscando que mi papá la golpee.
—Va para los veinte Exe ¿qué mas quieren?. —vamos a la barra a pedir para tomar, mira su celular y sonríe como un idiota.
—Me tengo que ir... Ara me invita a mirar unas pelis.
—Si, ve. —me giro cuando me tocan el hombro.
—Manu. —le doy un abrazo a la amiga de mi hermano mayor, es una chica que ronda los treinta.
—Estela... ¿Cómo estas?, hace rataso que no te veo.
—¿Vamos a bailar?.
—Dale.
Voy con mi trago y la dejo que me guíe, llegamos al centro de la pista y veo a Cele bailar con el pibe y su hermano con una chica y Yas con otra, me queda mirando y yo le sonrío cuando Estela se gira fregando su culo en mi pene, aunque eso en otros tiempos me hubiera encantado, ahora no me genera absolutamente nada, pero no se lo voy a decir a ninguna de las dos.
—Manu. —me habla al oído a los gritos.
—¿Qué pasa?. —casi no oigo por la música fuerte.
—No puedo sacármelo de encima, está re pesado y no sé dónde está mi tío. —miro a Estela que tampoco me deja.
—Me tengo que ir. —le grito apuntando la salida y ella sonríe.
—Vamos. —niego mientras me apunto y apunto a Cele.
—Me voy con ella.
—¿Eh?. —abre los brazos negando—. ¿Toda la noche bailamos y te vas con otra?.
—Perdón. —agarro a Cele de la mano y simplemente comienzo a caminar sacándola de la pista, pero el pibe la agarra del otro brazo.
—¿A dónde vas?.
—Eee suéltala. —ni Yas ni Seba están a la vista o ya seria historia.
—Esta conmigo.
—Ahora conmigo así que suéltala ahora.
—¿O qué?. —le doy un golpe en medio de la cara y enseguida nos empujan para atrás.
—MANU... MANUUUU.
—CELE. —la busco con la mirada pero no la encuentro.
—MANUUUU. —veo como dos pibes la tienen agarrada, voy para allá empujando a todos con los brazos y le meto un golpe al primero que se me cruza.
—SUÉLTALA. —la sueltan y ella corre agarrándome del brazo, los miro ya que los conozco.
—Esto lo vamos arreglar afuera Manuel.
—Cuando quieras. —me abraza donde está asustada—. Camina.
—Si. —salimos abrazados y los dos idiotas están ahí sentados afuera.
—¿Qué mierda hacen acá? Me cagué a trompadas ahí dentro y ustedes acá como si nada.
—¿Qué pasó?. —Yas se para enseguida cuando ve que tengo abrazada a Cele.
—No sé. —ella realmente tiembla—. De la nada Manu estaba peleando porque unos pibes no me querían soltar.
—Mierda ¿Sabes quiénes son?.
—No... No tengo idea... Mejor vamos.
En el auto voy atrás con ella y vamos agarrados de la mano donde aun está muy asustada, me dejan en mi casa esta vez y se van.
En la cama pienso en lo que pasó, no me gustó nada verla asustada de esa forma, mi antiguo yo salió, el que no le importaba nada, el que si tenia que lastimar a alguien lo hacia sin remordimientos, pero ya no soy así, no quiero ser mas así, debes en cuando sale a la luz pero me contengo ya que de esa forma no voy a dejar nunca esta vida de mierda.
—Manuel. —miro a mi lado donde está mi hermanita.
—¿Qué?.
—La mamá dice que si vas a comer.
—Ahí voy. —me estiro gimiendo y se queda ahí mirándome—. ¿Qué?.
—Tienes el ojo negro... ¿Qué te pasó?.
—Me pegaron. —abre grande los ojos por eso.
—¿A ti te pegaron? ¿Quién?.
—No sé... Ve a ver si mamá necesita ayuda y así me cambio.
—Si. —me visto y salgo escuchando la música fuerte y mis hermanos que gritan.
—Che, bajen un poco. —bajo la música haciendo que me quedan mirando—. Esta al palo, no se puede ni hablar. —me siento y Gonzalo se ríe.
—Juntarte con esa gente te hace mal Manuel.
—¿Qué gente?. —mi mamá me sirve ñoquis y yo contento donde es mi comida favorita.
—La estirada esa para los que trabajas. —no digo nada, ni los miro—. De la nada todo te molesta.
—La música esta al palo ¿Acaso son bestias y no personas?. —mi mamá me mira seria—. Seamos normales una vez en la vida... Comamos sin que la música este fuerte o sin que halla gente que nada que ver en la mesa. —miro a los tres pibes que no sé quienes son—. Una vez... Que charlemos algo, no tienen nada que ver con los que trabajo, pero no tengo idea siquiera a que grado va Alma por ejemplo.
—A quinto.
—Vieron... Vivimos todos juntos pero no tenemos idea de nada del otro. —me paro cuando Issac se ríe, se para dispuesto a pelear y mi mamá empieza a gritar.
—NO EMPIECEN... BASTA MANUEL.
—Me voy a la mierda no soporto esta casa del infierno. —agarro mi moto saliendo, voy donde Cele mirando la casa donde vive, toco la bocina de la moto, ella sale sonríendo—. ¿Esta la propuesta de que me hagas algo laborioso de comer?.
—Obvio que si... Pasa.
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