Lo primero que noto cuando recorro la calle que la separa de mi auto y su casa, es un chevy azul. El mismo de la otra vez, aparcado frente a la posada. Ella permanece mirándolo un par de segundos, antes de adentrarse a la casa. No puedo evitar que mil ideas crucen mi cabeza en ese momento, desde las más probables (desde que el rubio es su hermano Neil), hasta las menos obvias: vino por ella y es un chico con el que tiene una relación. Sacudo la cabeza por lo estúpido que suena. Primero: nuestro acuerdo incluye exclusividad y sabe que si no cumple con su parte, saldrá perdiendo ya que me dará el derecho de ver y estar con otras mujeres. Segundo: sé de lo que siente por el hijo de Elton; Alan. —O lo que parece sentir —frunzo el ceño al recordar la llamada de él en el celular de Leilah,