—Marion me dijo que ayer saliste de clases, saltamontes —la voz alarmada de Neil casi logra espabilarme, como no lo hago lo suficientemente rápido él retoma la palabra—. ¿Estás bien? —sus ojos tornan un color más oscuro mientras me analiza.
—No me sentía bien —respondo, encogiéndome de hombros con pesadez.
Esa debía ser una excusa tan buena como cualquier otra y en cierto modo, es la verdad.
—Lamento no haber venido antes —se excusa y no entiendo el motivo—, tuve un proyecto gigantesco que no podía rechazar —gime rascándose la mejilla–. ¡Oh! Y Marion también quería venir, pero Mailen llegó de visita y…
Me pierdo de lo que dice luego, porque me quedo pensando por qué yo no estaba enterada del reencuentro anual de Marion con su hermana menor, siempre estamos presentes todas desde que la
